ENG 🇬🇧

La Historia de YVY, la Exitosa Empresa Uruguaya de Cannabis Medicinal

Categoría: Entrevistas

✍ 23 June, 2020 - 15:27

Por Hernán Panessi


¡No te pierdas ni una noticia! Haz click aquí para suscribribirte a nuestra newsletter GRATUITA.

Anuncia en El Planteo, el medio cannábico más leído en el mundo de habla hispana.

Síguenos en redes sociales para más contenido exclusivo. Instagram // Facebook // Twitter


YVY Life Sciences licencias cannabis uruguay

Luz, verde y sol. La fantasía del campo. El anhelo por la vida tranquila: el aire puro, los tiempos largos, la lenta calma. Así, en esa búsqueda, una pareja de emprendedores seriales –ella uruguaya, él sudafricano- se emplazó en Canelones, en el Montevideo rural, y fundó YVY Life Science, una compañía de cannabis medicinal que trabaja con productores locales y se yergue bajo un modelo de agricultura regenerativa.

Pero la historia es larga y tiene sus ribetes. En 2003, a sus 18 años, la joven Andrea Kruchik Krell viajó a Israel para estudiar Economía. Allí fundó Microfy, una organización de microfinanzas que ayudaba a refugiados del África a encarar sus emprendimientos para subsistir.

“A raíz de esa experiencia supe que iba a ser emprendedora toda la vida, que iba a interesarme en el impacto social y que ese era mi propósito”, dice Andrea, desde su casa en Uruguay.

Contenido relacionado: Cannabis Medicinal en Uruguay: Lo Último en Regulación

Tiempo después, para 2005, Andrea conoció a Kevin Nafte, quien se convirtió en su pareja y, por esas cosas, hoy es también su socio. Kevin nació en Sudáfrica y estaba en Israel estudiando Gobierno y Diplomacia.

YVY Life Sciences

Por esos días, Kevin había creado Telalivit, una plataforma que ayudaba a inmigrantes a encontrar lugar donde vivir y trabajar en comunidad.

Hasta que, de pronto, sus proyectos fueron mezclándose: “Algún día tenemos que hacer algo juntos”, se dijeron.

Así las cosas, llegó un nuevo viaje, nuevas aventuras y nuevos emprendimientos: se mudaron a California, Estados Unidos. En rigor, fueron a vivir a Silicon Valley para desarrollar una aplicación que ayudara a encontrar estacionamiento.

Y, de costado, la vida, el amor, los dolores.

Kevin sufre artritis psoriásica, un tipo de artritis inflamatoria cuyos síntomas incluyen dolor articular, hinchazón y rigidez. Y, por esta condición, se acercó al cannabis. “Le hacía bien”, comenta Andrea.

Mientras tanto, cuando el sueño de emprender en Silicon Valley estaba marchando sobre ruedas, unas charlas comenzaron a torcer nuevamente su destino. Su primo se unió a Flow Kana, una de las empresas más grandes de cannabis en Estados Unidos. Y, desde allí, tendieron lazos y se les apareció una nueva oportunidad.

Contenido relacionado: THC vs CBD: Estudio Revela Cuál Provee Más Alivio

“Su modelo era ayudar a pequeños productores de cannabis de California”, recuerda.

Y eso los cambió.

Rápidamente, Kevin se sumó a Flow Kana como jefe de operaciones: la compañía se agrandó (pasaron de tener un staff de 7 a ser unas 70 personas) y, lo más importante, este raid les permitió desarrollar un vínculo con los granjeros del norte de California.

Intempestivamente, hacia allá fueron.

“¿Qué estoy haciendo con mi vida?”, se preguntaba Andrea.

Atrás quedaba Silicon Valley y por delante tenían una nueva mudanza, una nueva historia por tejer.

“En esas granjas, Kevin estaba en su salsa. Es que en Israel vivió en un Kibutz, una comuna agrícola, y siempre soñó con volver a ese estilo de vida. Le hace muy bien el ambiente relajado”, recuerda Kruchik Krell.

Una vez ahí, Andrea se juntó con unas mujeres que le enseñaron a hacer extracto de cannabis a partir de plantas. “Teníamos abundancia y empezamos a trabajar con cinco granjas. Ayudamos a un grupo de granjas a legalizarse. Así tuvimos acceso a muchas genéticas”, desliza.

Por su dolencia, Kevin toma un medicamento farmacéutico muy dañino. “En algún momento necesitamos algo natural”, pensaron. Por eso, fueron usando distintos extractos de genéticas para dar con un alivio natural. “Kevin fue como un conejillo de indias: al principio era ensayo y error, hasta que llegamos a una dosificación buena. Y a niveles de cannabinoides que mostraron resultados y le bajaron sus inflamaciones”, comenta.

Otra vez las maletas y una vez más tras la aventura. Con eso en mente y con el sueño de empezar un emprendimiento juntos, viajaron a Uruguay, el primer país del mundo en legalizar el cannabis.

Contenido relacionado: La Foto Cannábica de Lelen Ruete: ‘La Planta Es Artística y me Propone Potenciarla’

No lo imaginaba, no lo presentía, ni tampoco quería hacerlo del todo: “Bueno, tá, nos vamos a Uruguay”, bromea hoy, mientras en ese momento se le borroneaba cada vez la experiencia en Silicon Valley.

YVY Life Sciences

Para 2017 se establecieron en tierras charrúas. Al principio, vivieron en casa de los padres de Andrea y se ayudaron con unos ahorros de su época californiana. Fueron tiempos de reuniones, de ensanchar sus contactos, de juntarse con otros emprendedores para compartir experiencias y de conocer el IRCA, Instituto Regulador de Cannabis.

Y un año después, empezó YVY Life Science.

“Al principio no sabía cuántos años me iba a quedar en Uruguay, pero mi vieja estaba contenta que iba a tenerme cerca. Fuimos papás con Kevin y, ahora que lo pienso, empezar una familia y un proyecto al mismo tiempo es algo muy intenso. Fue todo un desafío”, revuelve con emoción.

Sus primeros pasos estuvieron basados en la inspiración del modelo de la “granja sustentable en la mitad de la nada”. Entonces, recibieron apoyo de Leandro Martinelli, un amigo e ingeniero agrónomo que maneja un poderoso know how en el tema y que, según Andrea, “tiene las plantas más espectaculares del mundo”.

Entretanto, fue Martinelli quien capacitó a los granjeros uruguayos, que venían acostumbrados a trabajar con orgánicos pero que nunca habían manipulado cannabis.

Tiempo de emprender, de poner en marcha la rueda. De esta manera, recibieron un primer impulso económico que llegó de un fondo friends and family. “Tuvimos una respuesta súper positiva porque es gente que nos conoce de toda la vida. Ellos saben bien qué tipo de personas somos”. Con ese envión juntaron unos u$s 250.000.

Contenido relacionado: Insectos Beneficiosos: Héroes del Jardín de Cannabis

Más tarde, se sumó el emprendedor argentino Facundo Garretón, que trajo inversionistas bajo el concepto de smart money. ¿Smart money? “CEOs de compañías que tienen valor agregado para lo que hacemos, como tecnología, agricultura, salud, farmacéutica y demás”, explica Andrea. Con esta nueva ronda sumaron otros u$s 1.500.000.

YVY Life Sciences

De esta manera, su modelo de pequeños cultivadores les permitió expandirse sin demasiada inversión en infraestructura y pasaron de cultivar unos 300kg. a proyectar unas 3 toneladas.

En sus propias palabras: “Parte de la inversión va a la expansión del cultivo, que requiere infraestructura básica. Además, generamos un hub, un centro de acopio, almacenamiento y formación en agricultura regenerativa. Generamos los plantines para darles a todas las granjas. Estamos empezando un proyecto de investigación para el desarrollo de nuestra propia genética. Y, con eso, queremos tener distintas proporciones de CBD y THC. También estamos en proceso de sacar otra licencia de industrialización para productos finales. La idea es ser una marca sustentable de cannabis medicinal.

Desde YVY Life Science proyectan dar un ejemplo de cómo la agricultura puede ser distinta: sustentable, sin dañar el ecosistema y que se nutra de la biodiversidad. De hecho, incluso, la Organización de las Naciones Unidas recomienda volver al sistema de producción de granjas pequeñas, su principal fuente de inspiración.

Con la cosa en marcha, durante marzo y abril de 2020, YVY Life Science tuvo su primera cosecha. Y, ahora, están en proceso de secado y empaquetado. A la sazón, ya están negociando con compradores de Suiza, Israel y Australia.

En medio del armado del negocio, uno de los puntos más sobresalientes de estos últimos tiempos resultó de su acercamiento a granjas de cooperativas de mujeres del interior de Uruguay.

YVY Life Sciences

Detalla Andrea: “Estábamos buscando asociarnos con granjas. Empezamos con una y luego buscamos sumar una o dos más. Así llegamos a la Cooperativa Calmañana, que empezó en los ‘80, con una crisis rural en la que las mujeres tomaron las riendas de la situación. Ellas fueron reuniéndose y consiguiendo sus propios clientes. Cuando me junté con ellas, me saqué el sombrero. Me dio un flash a mis tiempos de microfinanzas trabajando con mujeres”.

Contenido relacionado: Nuevo Estudio Clínico Analiza el CBD para el Alivio del Dolor Menstrual

Y continúa: “Se sumaron a hacer este cultivo de cannabis medicinal sabiendo que asumían un riesgo grande. Por ejemplo, el año pasado no nos comprometimos a un precio de venta. Ellas se la jugaron. Y ahora que estamos con más posibilidades de exportar, no solo van a ser compensadas según el comercio justo, que es uno de nuestros valores, sino que su experiencia sirve para que más mujeres se atrevan a unirse”.

En un futuro, Andrea y Kevin aspiran llegar a un producto final al consumidor, basándose en un modelo de impacto social y ambiental. “Apuntamos a una industria wellness, con varias verticales: de productos medicinales a productos de bienestar general, como suplementos alimenticios”, proyecta. Y concluye: “Queremos desarrollar un estilo de vida”.

Por si acaso, YVY” quiere decir “tierra”, en guaraní.

YVY Life Sciences




ACERCA DEL AUTOR

Hernán Panessi, editor periodístico en El Planteo, es un periodista especializado en cultura joven. Escribe en las revistas InfoTechnology, Rolling Stone, THC y Lento. Además, en Página/12, El Planeta Urbano, El Cronista y en el periódico uruguayo La Diaria. Colaboró para Revista Ñ, Clarín, La Nación, La Cosa, Playboy, Haciendo Cine, Billboard, Los Inrockuptibles, Forbes, VICEBenzinga, High Times y Yahoo, entre otros.

Hernán escribió los libros Porno Argento! Historia del cine nacional Triple X, Periodismo pop, Una puerta que se abre y Rock en Español. Fue docente en el Centro Cultural Rojas (UBA) donde dictó talleres de periodismo. Además, es programador de la sección VHS del Festival Internacional de Cine de Valdivia, en Chile.

Conduce FAN, programa periodístico sobre cultura, sociedad y vida moderna. Por su parte, también condujo en las FM Delta 90.3 y Nacional Rock 93.7. Asimismo, fue columnista en La Once Diez y Metro 95.1.