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Argentina

Grafiti Responsable: el Artivista Ambiental que Defiende el Mar Libre

Por Hernán Panessi

Grafiti Responsable: el Artivista Ambiental que Defiende el Mar Libre

✍ 1 February, 2024 - 12:05

Cada uno desde su lugar. Y así está bien. Por caso, el lugar del ilustrador y muralista marplatense Javier Almirón es el de activar y, de paso, generar conciencia crítica a partir de su obra: dibuja unas carpitas que discuten el habitar de los entornos y unos lobitos marinos que defienden tozudamente el mar libre.

Nacido en el año 1985, Almirón siempre se sintió inspirado de otros artistas. Mezclarse con ellos fue siempre su principal incentivo: por eso viajó a Bogotá, Colombia, donde se emplazó durante cinco años y donde, literalmente, su cabeza explotó.

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De regreso a Mardel, empezó a divisar un camino: había perdido a un familiar, se lanzó a caminar con aerosoles debajo del brazo e hizo una carpita, el gesto pop que hoy se convirtió en su marca registrada. Dibujó una, dos, mil carpitas.

“En una semana exploté la ciudad”, cuenta a El Planteo.

¿Y qué es esa carpita en cuestión? “Yo siempre viví en distintos lados. En 2013 me mudé a La Plata y la carpita era como mi lugar, aunque esté en movimiento. La carpita aparece como flotando en una isla, que significa moverme con el territorio. Y es, también, la señal de que vine un ratito y después me voy”.

“Habitar Carpita”, el grafiti que cubrió Mar del Plata

Absorber los territorios

Así las cosas, Almirón dejó su trabajo en la empresa Cablevisión y se largó a viajar por América Latina. Pero fue ahí mismo, al toque, durante aquella tarde del 2015 en que mandó el telegrama de renuncia, que Javier decidió dedicarse a los murales.

“Me puse a pintar una tortuga marina con una ciudad en el lomo. Yo soy muy de absorber los territorios con los que me tocó habitar. En una de esas, mientras lo pintaba, pasaron dos personas que me dijeron dos cosas que me quedaron grabadas: una señora me mencionó unas vacaciones re lindas que había tenido en Isla Galápagos y otro, un tipo, que me dijo ‘¿probaste la carne de tortuga?’ Yo venía de hacer galerías y muestras y me dije: ‘es acá, es en la calle’”, recuerda.

javier almironJavier Almirón, el artivista que realiza grafiti responsable en Mar del Plata

Para 2016, en un parate en el que volvió a habitar Mar del Plata, terminó de entender que el arte (puntualmente, el grafiti) era una herramienta para acercarse a otras personas: “Mis papás viven cerca de una villa. Nunca había tenido relación con ellos. Yo los veía siempre en la esquina sin tener mucho contacto hasta que les dije: ‘¿pintamos un mural de Aldosivi?’ Juntamos plata, armamos unas rifas y lo pintamos. Ahí me cayeron muchas fichas sobre el habitar el territorio”.

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Más tarde, encaró para Perú. Y esos seis meses en tierras peruanas le bastaron para conocer y adentrarse en Monumental Callao, una iniciativa artística del centro histórico de la ciudad de Callao en la que la intervención literalmente le cambió la cara al lugar. Y también la bocha a Almirón: “Me encantaría encarar algo así”, pensó en su momento. “Yo quiero hacer un grafiti responsable”.

Así las cosas, quedó seleccionado en una residencia en Lima, en las playas de Lurín, que estaban contaminadas por el plástico. Aquel escenario propició el avance de su costado más militante: “Existe generar conciencia a través del arte”. Otra vez más, los territorios pegándole nuevas miradas.

Habitar, habitarse, habitarte

Decidido, regresó a Mar del Plata con una visión distinta del arte (y de su acción) y creó un personaje: un hombre con cabeza de gaviota al que llamó “Atrapasueños”.

grafiti mar del plata

Enseguida, charlando con su amigo filósofo Federico Giorgini le encontraron juntos un marco teórico: fue Giorgini quien le recomendó sumarle unos textos a los murales. “Escribió un texto re lindo que hablaba de los caminos para cumplir los sueños”, recuerda.

Ya con el concepto del “Atrapasueños” más desarrollado comenzó a colaborar junto a Jahir Dimaté de Bogota Graffiti Tour, en Colombia. Pintó en colegios, en festivales, en todos lados en cuanto pudo.

Para 2018, Almirón profundizó en el uso de su carpita, un chiche que le permite una libertad artística para jugar en cualquier campo. Y ahí, debajo, le sumó una palabra: “habitar”. Y si esto fuese psicoanálisis, el profesional diría claramente que esa es su “ficha”.

Cuando empecé a ponerle la palabra ‘habitar’ a las carpitas hubo más conversación. De hecho, me acuerdo que en Facebook unos vecinos de Santa Clara preguntaban qué era esa carpita y debatían si era una señal okupa o una sandía. La gente flashea diferentes lecturas y eso me gusta”.

Y, poco a poco, se expandió sumando otras variantes: “habitar”, “habitarse”, “habitarte”.

Exploración y explotación offshore en Mar del Plata

Entretanto, fue aumentando el volumen a su exposición y aquel pico estuvo dado, también, por un alineamiento con las miradas críticas hacia la explotación petrolera marplatense. Otra vez, de otro modo, de todos los modos posibles, el habitar.

Grafiti responsable en Mar del Plata

“Tener una mirada crítica te cierra un montón de puertas. Por mi mirada, algunas marcas no me llaman para trabajar. Entonces, el activismo termina siendo autogestivo. Lo que te da es libertad de hacerlo”.

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Almirón sabe que está luchando contra un monstruo mucho más grande que él, por eso es consciente de sus propias limitaciones: su lugar, como al comienzo, es el de visibilizar. De señalar. De contar. De nuevo, por si hiciera falta: cada uno desde su lugar.

“Ya estoy medio resignado”, dice, “porque dejó de ser una causa ambiental para ser una causa política”.

Mar del Plata, una ciudad empetrolada (y cubierta de grafiti)

El artivista empatiza con las temáticas ambientales y, desde su creación, intenta contribuir a la discusión: “Es evidente que el cambio climático está pasando. Lo que pasa con las petroleras es que prometen puestos de laburos, que la ciudad estará mejor, que no se va a acabar la pesca, que no morirán los animales y muchos se lo creen. Yo, no”.


Estampita “San Lobito de Mar”

Y sigue: “Yo visibilizo una mirada, que no es la mía, sino la de un colectivo de personas, de una comunidad preocupada por el planeta. El arte puede contribuir a elevar las discusiones”.

Entonces, por acá y por allá, la presencia del lobito marino, su otra gran creación, que aboga por un mar libre y que señala la presencia de una ciudad empetrolada.

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“Juego con ilustraciones con lobos marinos arriba de tanques de petróleo. Sabemos que hay energías alternativas que no se financian y sí se financian estas energías que pueden ser más dañinas con el ecosistema. Esa es la visión con conciencia que quiero trasladar”, cierra el artivista cuya obra se encuentra disponible en un tendal de paredes de Mar del Plata.

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ACERCA DEL AUTOR

Hernán Panessi, editor periodístico en El Planteo, es un periodista especializado en cultura joven. Escribe en las revistas InfoTechnology, Rolling Stone, THC y Lento. Además, en Página/12, El Planeta Urbano, El Cronista y en el periódico uruguayo La Diaria. Colaboró para Revista Ñ, Clarín, La Nación, La Cosa, Playboy, Haciendo Cine, Billboard, Los Inrockuptibles, Forbes, VICEBenzinga, High Times y Yahoo, entre otros.

Hernán escribió los libros Porno Argento! Historia del cine nacional Triple X, Periodismo pop, Una puerta que se abre y Rock en Español. Fue docente en el Centro Cultural Rojas (UBA) donde dictó talleres de periodismo. Además, es programador de la sección VHS del Festival Internacional de Cine de Valdivia, en Chile.

Conduce FAN, programa periodístico sobre cultura, sociedad y vida moderna. Por su parte, también condujo en las FM Delta 90.3 y Nacional Rock 93.7. Asimismo, fue columnista en La Once Diez y Metro 95.1.