Gusty DJ: 'Quiero Trabajar para Poder ser un Referente y Llevar la Bandera del RKT'
Gusty DJ se llama Gustavo Bermúdez. “Tengo nombre de actor”, ríe con complicidad. Gustavo tiene 24 años y hoy vive en Loma Hermosa aunque se crió en el barrio Lanzone, ambos en el partido de San Martín, en el Gran Buenos Aires. Primero como remixer, luego como DJ y organizador de fiestas y, más tarde, como productor. Hoy, hace diez años que está en el RKT.
Y su trampolín fue YouTube: sus tomas, los videos de fiestas callejeras con los que se dio a conocer, hoy acumulan en cada edición más de 1 millón de reproducciones cada uno. Y sus sesiones, presentaciones en vivo con artistas invitados, son un éxito: la de La Joaqui, por ejemplo, está colgada hace pocos meses y ya acumula 11 millones de vistas.
En el barrio es sensación hace rato: ahora va por la conquista de la ciudad y del país entero.
El camino del héroe (del RKT)
Gustavo dio sus primeros pasos en la música a los 15 años, cuando empezó a editar remixes en su casa con el Adobe Audition: “Si Daddy yankee sacaba un tema, por ejemplo, yo conseguía el acapella, filtraba la voz y le ponía mi ritmo”, cuenta.
“Los ritmos los tomaba de lo que acá ya se venía haciendo en San Martín, que era el RKT. Si bien es un género que mucha gente conoce hace dos años, acá suena desde 2012”.
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¿Quién es Gusty DJ? “La gente armó a Gusty DJ, Gusty DJ no se armó solo”, afirma el productor. “Tenía todo para llegar a donde estoy hoy y la gente creía en mí, veía algo”.
Tenía muchos amigos e interacciones en Facebook, y un día decidió usar todo eso para dar a conocer su música. “Yo tenía de esas personalidades plaga. Me conocía todo el mundo, aunque no cantaba ni hacía nada. Donde iba me saludaban”, bromea.
Así, a los 18 años y con el colegio recién terminado, se puso a armar fiestas, según cuenta, en lugares clandestinos muy peligrosos. De los 18 a los 21 hizo como 60 o 70. Y a los 21, sus fiestas ya eran masivas, a las cuales asistían entre 700 y 800 personas y las hacía en canchas de 5 en clubes del barrio. Todos le decían que la rompía pasando música. Eso le dio ganas de tomárselo en serio.
Ahí empezó su recorrido de trabajo y perseverancia, que le trajeron crecimiento ininterrumpido. Pensando en qué hacer para llegar más lejos, aprovechó su cualidad de -como le gusta decir a él- plaga para grabar un video y convocar a toda la gente del barrio.
“Contraté un filmmaker, armé un enganchadito de RKT y monté una movi en la esquina de casa con autos y gente. Lo grabé y lo subí”. Esta fue la toma 2, porque la 1 ya la había grabado pero solo. Al principio, los números no eran gran cosa, pero al mes explotó.
“Ahí nomás puse primera, no la dejé ir”, sentencia.
Luego, en el mismo formato llegaron las tomas 3, 4 y 5. Esta última fue Tendencia en Argentina el 24 de diciembre de 2021 y llegó a un millón de reproducciones en un mes. “Ahí cambió todo, se abrió el algoritmo y empezó a aparecer el apoyo de otros artistas”.
La toma 6, cuenta, fue el primer video que hizo fuera de su barrio. Lo grabó en Tigre y se dio porque un pibe que conoció un día que fue a tocar le dijo que los pibitos de ese barrio no paraban de escucharlo. Todavía se emociona al recordar la cantidad de gente que fue y el éxito que resultó. Meter tanta gente en un barrio que no es el tuyo. Después siguieron la 7 y la 8.
De DJ a productor
El primer track que produjo fue con Fili-Wey. “Él es legendario”, dice Gusty. Se conocieron en un show en Mar del Plata y del encuentro salió la primera sesión.
Las sesiones fueron su manera de adaptar al lenguaje audiovisual su nueva faceta como productor, sin perder el formato de fiesta popular.
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En las sesiones, un Gusty en los controles dispara beats producidos por él mientras le artiste invitade en cuestión toma el micrófono. En vivo, y abiertas a todo el barrio.
“Con la faceta de productor noté lo siguiente: te hace ver más profesional, para un fan no es lo mismo ver a un DJ de remixes que ver a un productor. El tema del DJ de remix está muy devaluado, como productor podés llegar a otra escala”.
A la Joaqui, protagonista de la sesión 2, llegó a través de su amiga May Creizy, también artista, quien la había conocido grabando un comercial para Mercado Libre. La cantante dijo que le encantaban sus remixes pero no sabía qué tal era como productor. Entonces se juntaron y de ahí salió la canción 38, feat junto a May Creizy y Kenzy.
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“A medida que fue pasando ese tiempo fui sumando suscriptores, los shows fueron cada vez más, pude viajar afuera a hacer un par de shows, ayer estuve en Bariloche… esto es como una ola que va arrastrando todo. Ahora ya tengo la sesión 5 guardada”, cuenta contento y ansioso por darla a conocer.
Hoy, su plan de trabajo es seguir sacando sesiones y produciendo algunos tracks con diferentes artistas.
Por suerte, Gustavo trabaja con su amigo Facu y ésto lo ayuda a que puedan convivir la faceta de DJ trasnochado y de productor que debe pasar horas sentado en el estudio. “Cuando salgo de laburar, trato de no tomar y elegir un día en la semana para salir a disfrutar y divertirme, y los otros trabajar”, cuenta el DJ.
¿El estilo de vida del RKT es muy reventado? “Y, es gede. Muy barrio: salís, te ponés en pedo, volvés, te cagás de risa, el domingo querés comer un asado. Es amiguero. Pero eso también depende de cada uno: yo sé que si no me pongo las pilas ahora, que es el momento, no avanzo más”, responde. “Ahora queda trabajar y mantenerse”.
Del barrio y para el barrio
Gusty le agradece al L-Gante por haber hecho que el género trascienda y salga del barrio.
“Era un estilo y pasó a ser un género”, reflexiona Gusty sobre el RKT.
Era cosa de DJs, un estilo de remixes y mezclas, un sonido del boliche. “Y cuando el L-Gante saca ese tema que se pega tanto, todos los cantantes empezaron a sacar temas originales arriba de ese estilo”, describe.
Por caso, ésto abrió un universo de posibilidades: “Está buenísimo, porque a todos los pibitos del barrio, los DJs y los cantantes que la veían re de lejos, se les acercaron todas las oportunidades”.
Antes de L-Gante, recuerda, lo más parecido que estuvo de moda fue la infame “cumbia cheta”. Y eso no los incluía, sino al contrario.
“Eso estaba muy lejos de los pibes del barrio. Para poder hacer eso, tenías que saber cantar, que promocionarte, el marketing y todo eso. Encima estaba muy cheta la cosa: si ibas con un conjunto Adidas, no podías cantar esa cumbia”, cuenta. Con el RKT, agradece, el foco se corrió al barrio de verdad. “Me gusta mucho esto, 100%”.
“Yo pensaba, hoy en día la música del barrio está dividida en tres géneros: la cumbia 420, la que predomina el L-Gante; el turreo, donde predominan Dj Tao y Alan Gómez; y creo que en el RKT todavía no hay nadie. Entonces, quiero trabajar para poder ser un referente y llevar la bandera del RKT”.
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¿Sueños? Distingue entre sueños del vivo y sueños del stream. En vivo, le gustaría tocar en un festival tipo Lollapalooza. Y en lo que a plataformas refiere, “ser un productor realmente reconocido por la Argentina. Trabajar para, el día de mañana, no ser un productor del momento sino de la escena. Eso, con trabajo y con constancia, yo creo que lo vamos a lograr”.
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