Colombia: Los Ingresos por Cocaína se Acercan al Petróleo, Otra Muestra del Fracaso Contra el Narcotráfico

El principal producto de exportación de Colombia está pasando del petróleo a la cocaína. Con una caída de las exportaciones de petróleo del 30% en el primer semestre de 2023, un reciente informe de Bloomberg Economics predice que los ingresos de la cocaína superarán a los del petróleo este año.

Colombia es el principal productor de cocaína en el mundo, y desde esta posición alcanzó el nivel de producción más alto desde el 1991, con un número de 1.738 toneladas valuadas en USD 193.000 millones en 2022.

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En 2022, la industria de la cocaína generó USD 18.200 millones en exportaciones, acercándose a los USD 19.100 millones de las exportaciones de petróleo.

Lxs cultivadores de coca se han vuelto más eficientes, con mejores rendimientos e inversiones en riego y fertilizantes, impulsando el rendimiento de los cultivos 230.028 hectáreas en 2022. El rendimiento medio de los cultivos aumentó de 4,3 a 7,0 toneladas de hoja de coca por hectárea entre 2013 y 2020.

Además, el sector ilícito de la cocaína en Colombia representó el 5,3% del Producto Bruto Interno (PBI) el año pasado, según estimaciones del economista Felpi Hernández.

¿Por qué la cocaína prospera casi como el petróleo? La batalla de Colombia en medio del fracaso de la guerra contra las drogas

A pesar de cuatro décadas de esfuerzos liderados por Estados Unidos para controlar las drogas en Colombia, el país sigue ostentando el dudoso honor de ser el mayor cultivador de la planta de coca y productor de cocaína del mundo.

A lo largo de este periodo, Colombia se ha centrado principalmente en interrumpir la cadena de suministro de la droga, criminalizando a menudo a lxs agricultores situados en la base de esta cadena.

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Incluso el ambicioso Plan Colombia, respaldado por EEUU y dotado con USD 10.000 millones, que intentó combatir el narcotráfico y el crimen organizado entre 2000 y 2015, finalmente se quedó corto a la hora de erradicar la industria de la droga. La producción de la planta de coca y cocaína en Colombia sigue aumentando, alcanzando niveles sin precedentes.

Cómo la coca alimenta a las comunidades rurales, sirviendo como salvavidas

Los cultivos de coca se extienden a lo largo de kilómetros y constituyen una fuente vital de ingresos para las comunidades rurales de menos de 100 familias. La economía ilegal de la coca sostiene el sustento de casi todxs, desde el cultivo y la cosecha hasta la venta de la cosecha, a pesar de los riesgos de detención y encarcelamiento.

Las infraestructuras locales, como rutas, instalaciones deportivas y viviendas, a menudo le deben su existencia a los ingresos procedentes del cultivo de coca, lo que subraya su papel central en la supervivencia económica de la comunidad.

El primer presidente de izquierda de Colombia, Gustavo Petro, se está embarcando en una novedosa estrategia para abordar el problema de las drogas en el país. Petro ha criticado abiertamente el “rotundo fracaso” de la guerra contra las drogas y sus consecuencias para América Latina y aboga por un cambio en las políticas antidroga.

La gestión de Petro reconoce la necesidad de un cambio, y por ello pretende invertir en las comunidades rurales.

Más allá del petróleo y la cocaína: ¿Cómo están las tasas de desempleo y de desigualdad territorial en Colombia?

En 2020, Colombia experimentó el mayor nivel de desempleo registrado en la historia debido a la pandemia del coronavirus y a la subsiguiente contracción económica. A nivel nacional, incluidas las zonas rurales, el desempleo se situó en el 15,9%, frente al 10,5% del año anterior.

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En 2020, Colombia, con 50 millones de habitantes, tenía 19,8 millones de ocupadxs, es decir, 3,76 millones de desempleadxs y 16,25 millones de inactivxs. El país perdió 2,44 millones de puestos de trabajo y su economía se redujo alrededor de un 6,8% debido a los cierres y clausuras por la cuarentena.

Además, el informe de febrero de 2022 de La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) sobre Colombia señalaba que el 60% de lxs trabajadores tiene un empleo informal, lo que lxs excluye del acceso al seguro social.

La desigualdad rural en Colombia está marcada por un 1% de la población que posee el 81% de la tierra, y esto tiene consecuencias económicas de gran alcance.

Fragmentación, narcotráfico y dominio ganadero

Esta distribución sesgada de la tierra ha empujado a lxs agricultores a zonas ecológicamente inadecuadas, fomentando la fragmentación de la tierra y limitando la productividad agrícola.

Además, la aparición del narcotráfico proporcionó rentabilidad a las zonas colonizadas, lo que provocó la erosión del control estatal y perpetuó la desigualdad de la tierra.

Esta concentración de la propiedad de la tierra ha dado lugar a una ganadería extensiva en lugar de a una agricultura productiva, obstaculizando el desarrollo económico.

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Según el Instituto Geográfico de Colombia, la desigualdad en la posesión de la tierra en las zonas rurales, medida por el coeficiente de Gini (donde 0 significa igualdad total y 100 representa desigualdad completa), alcanza una media del 89,7%. Esto reafirma que Colombia tiene una importante cantidad de tierra rural concentrada en pocas manos.

Vía Benzinga, traducido por El Planteo

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