En Defensa del Porro y la Procrastinación: Charlamos con Santi Maratea y Sofi Carmona

“El programa se basa en nosotros aprendiendo sobre muchos temas a la par de nuestros oyentes”, dicen Sofía Carmona y Santiago Maratea. Juntos conducen Generación Perdida, una de las propuestas más frescas de la programación diaria de la radio Vorterix.

LostGe, como le dicen en las redes, acompaña a diario (lunes a viernes, de 13 a 16 hs) a miles de oyentes, no sólo a través de la emisora, sino también por YouTube. Entre mucha actualidad, columnas, entrevistas, juegos y música, su búsqueda pasa por resaltar los intereses, sentimientos y también los modos de una generación: la suya, que oscila entre millennials tardíos y los más grandes de la Gen Z.

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Santiago viene de las redes sociales: fue youtuber e influencer y su marca de estilo siempre estuvo signada por la ausencia de pelos en la lengua y la picanteada. Sofía es locutora y conductora de profesión, venía del palo de la radio y, antes de LostGe, trabajó mucho como presentadora de canciones. “Soy re cursi y toda la vida quise ser productora, conductora y estar al aire”, describe sobre su elección de vida.

Ambos se tenían mutuamente, pero se conocieron de verdad haciendo aire juntos. Pablo Monti, productor y amigo de ambos, fue quien les vio potencial como dupla y los reunió. Ya van dos años de verse todos los días, de ser adorados por el público y de pasarla muy bien trabajando juntos.

Y lo mejor de todo es que lxs dos son fumonxs declarados.

Medios para los que no creen en los medios

“Tratamos de ser el reflejo de un grupo de personas que no cree en los medios, pero que los consume y que, como nosotros, incluso trabaja en ellos”, trata de describir Sofía. ¿Qué significa “no creer en los medios de comunicación”? No estar de acuerdo con la mirada única, con la presunción de verdad, con la búsqueda del golpe de efecto y con la carrera por el rating.

Dentro de un formato clásico, buscan aportar un tratamiento renovador de la noticia, de las entrevistas, de cada una de sus notas. “Una vez, nos pasó que estábamos hablando de la intimidad de la pareja y una oyente pensó que le íbamos a preguntar cuándo había sido la última vez que cogió con el novio. ¿Por qué me importaría eso? Sé que es muy de otras radios, de otros momentos, pero a mí no me interesa. No es por rebeldía, sino porque hay cosas que ya me dan cringe”, avisa Maratea.

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El programa es un desfile de personajes, un relato con forma de patchwork. Pueden invitar políticxs, figuras del mundo de la música, influencers, activistas. Y la palabra del “oyente” es igual de importante. “Si buscamos representar a una generación, o al menos intentarlo, obviamente que no alcanza con nosotros dos”, aseguran.

Santiago dice que hacer el programa los obliga a flexibilizar la cabeza todo el tiempo. “A veces, algún invitado te dice algo y pensás que no tiene razón, pero intentás comprenderlo porque, si es parte de esta generación, es parte de este programa”.

Pero pluralidad no significa cualquier voz. Maratea cuenta que, al pensar el programa, no les interesa el debate en términos de enfrentamiento. Así, sobre una base a favor de la libertad y los derechos humanos, siempre celebran las diferencias. “No invitaríamos a alguien que quiere que vuelvan los militares”, completa. “Lo que sí nos gusta es la posibilidad de no entendernos y así aprender del otro”.

“Nos gustaría generar en los demás lo que el programa genera en nosotros: que empuje a aprender y a cuestionarse”, concluye Sofía.

Marihuana y escándalo

Santiago Maratea es famoso, además de su rol como conductor radial, por ser un ávido fumador de marihuana. Sofía siempre fue un poco más reservada sobre ese tema, pero también lo es.

“En la radio lo hablamos sin tabúes”, comenta Sofía. “Eso me lo enseñó Santi, yo antes lo ocultaba bastante más”.

Blanquearse como fumadores de marihuana les permite pararse periodísticamente desde otro lugar. Y el cannabis es uno de los temas habituales en su programación.

Hablan de marihuana porque les interesa en lo personal y, una vez más, también interpela a su generación. La nueva reglamentación argentina, el caso uruguayo, el canadiense, el aceite y sus usos son temas que ya tuvieron espacio en el aire de Generación Perdida.

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Hace un tiempo, Santiago protagonizó un episodio que lo llevó a ser el centro del amarillismo televisivo. Fue invitado a El Precio Justo, el programa de Lizy Tagliani, y compartió unos videos fumando porro dentro de los estudios de Telefe.

Esto causó un revuelo inaudito y lo llevó a cruzarse con más de uno, incluido el conductor televisivo Beto Casella, que arremetió contra él con dichos violentos, retrógrados y homofóbicos.

Maratea no quiso lanzar un statement. De su boca: “Son cosas comunes para vos y para quienes las compartís. Me lleva a la adolescencia cuando tu vieja te decía que querías llamar la atención. Y vos le respondías que simplemente te vestías así, que no estabas molestándola a ella”.

Dice que, con el consumo de cannabis, pasa eso: con el tiempo se va olvidando que hay gente que todavía lo ve de otra manera. Pensó que ir re loco a la tele iba a ser divertido y nunca creyó que el asunto iba a escalar así. “No quise bajar línea ni instalar un tema en los medios. Pero, si terminé dando un mensaje, me gustaría que sea ese: normalizarlo. Desde mi lugar no puedo hablar mucho de medicina, ni de la lucha, porque fumo para boludear y me parece bien normalizar eso también”.

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A su vez, Santi es un influencer de impacto, alguien que emplea el lenguaje de la polémica con total naturalidad. Y eso no siempre lo lleva a resultados felices: tiempo después de concretada esta entrevista, Santiago se cruzó fuertemente con un youtuber luego de acusarlo al aire –equivocadamente- de estar con chicas menores de edad. Si bien se desdijo al instante, fue consciente de la gravedad de lo sucedido y se hizo cargo: se disculpó públicamente y, al día siguiente, usó gran parte del programa para reflexionar abiertamente sobre lo sucedido.  

La última de sus travesuras, también concretada después de esta entrevista, aquellas que encantan a sus fans e indignan hasta la médula a sus detractores, fue poner en venta por un cifra exhorbitante la colección “Concha Potter”. ¿Qué es Concha Potter? Una intervención a mano de los libros de la famosa saga de Harry Potter. Cada vez que el libro menciona a Harry, Maratea lo reemplazó por “Concha”. 

Hecho artístico, provocación, avivada o perfo: posiblemente todas a la vez.

Música, radio y porro

En general, el sonido de Generación Perdida corre por cuenta de los musicalizadores de Vorterix, quienes se encargan del grueso de la selección. De cualquier manera, Sofía, que ya tiene una frondosa carrera como presentadora de canciones, siempre elige algo especial y le gusta crear sus propios bloques musicales. 

“Me gusta rendirle culto a la música y compartir moods y estados de ánimo con la gente, con música de todos los tiempos y de todos lados” explica. Y sostiene que la radio continúa teniendo un rol muy importante en la difusión de música y en la conexión entre artistas y audiencia. “Es loco pero sigue siendo muy poderoso. Hay gente que se pone a llorar cuando escucha su tema en la radio. Así que, poder elegir qué va a sonar, es un poder re grosso”, cuenta Sofía.

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¿Música para escuchar fumados? Santi cuenta que está siempre fumado, así que toda la música que escucha entraría dentro de esa categoría. “Obvio que a veces el porro te da para poner vaporwave, que suena como la hegemonía de la pegada del porro”, bromea. “Pero yo soy muy malo con la música. No respondo a ningún tipo de etiqueta. Si me gustó, pongo like y lo vuelvo a escuchar después. Cuando estoy medio en cualquiera, pongo shuffle. Y cuando no sé qué poner, pongo playlists. Desconozco los nombres y las bandas, no me interesa mucho eso”.

Para él, la música es emoción. Y asegura que, después de ver el documental Nasha Natasha, estuvo un día entero escuchando a Natalia Oreiro. “Soy el rey del loop y más si estoy re loco”, dice entre risas. “Mi búsqueda pasa más por encontrar quién hace buenas playlists que por buscar buenas bandas”.

Sofi también se reconoce como fanática del loop, de poner la misma canción una y otra vez. Y cuenta que, cuando hay un tema que está muy pegado, como pasó con “Colocao” de Nicky Nicole, llega a sonar unas tres veces en el mismo programa. Pasó lo mismo con la BZRP Music Sessions de Cazzu. 

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“El programa dura tres horas y suenan como veinte canciones por emisión. Entonces, si vale la pena, obvio que podemos repetir los temas. Todos teníamos que aprendernos la letra. Esas son las pequeñas boludeces del ‘ser uno mismo’ que trasladamos al programa”, explica Carmona.

Trabajando con música, Sofi siempre siente que tiene asignaturas pendientes. Y cuando está fumada, intenta ir para ese lado, descubrir artistas nuevxs. También le pasa que, estando fumada, se le ocurren muchas playlists. “Pienso una playlist a partir de una canción o una playlist de onomatopeyas, la empiezo y después no la termino. Pero, cuando tengo bloques musicales en la radio, suelen tener ese tipo de temáticas, que surgieron estando fumada”, confiesa.

Crecer, trabajar, fumar

¿Cuándo empezaron a fumar marihuana? Santiago recuerda que empezó a hacerlo después de terminar el colegio secundario y nunca paró.

Sofía se ríe mucho al recordar su historia. Fumó por primera vez en tercer año de la secundaria, en una fiesta de su colegio en la que todo el mundo sabía que su novio le iba a cortar. Menos ella. Estaba en modo “que pase lo que tenga que pasar” y, en ese interín, un chico más grande le ofreció porro. Lo probó y le encantó. 

“Me había desilusionado mucho probando el cigarrillo porque desde chiquita tenía muchas ganas de probarlo, lo tenía muy arriba”, asoma Sofía riéndose de su versión adolescente. “Cuando probé el faso fue tipo ‘ah, esto es re distinto, me gusta mucho más’”.

A partir de ahí, lo fue incorporando cada vez más y nunca paró de mejorar su experiencia. Incluso cuando, a sus 16 años, las encontraron a ella y a sus amigas con marihuana en un viaje escolar. Fue un momento terrible para una adolescente y, ni siquiera ahí, con todo el revuelo que se armó, pensó en el porro como algo malo, ni como algo a abandonar. “Nunca pensé en dejar de consumirlo. Es algo muy groso en mi vida, me encanta”, asegura la conductora.

¿Hacen el programa fumados? Los dos coinciden en que a veces sí, a veces no, pero nunca están re locos. En general, Santiago fuma por las mañanas y, de hecho, es el porro que más disfruta. Por su parte, Sofía elige fumar el primero después de haber terminado con sus responsabilidades.

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Los tiempos de la marihuana también le suscitan algunas reflexiones en otros ámbitos de la vida. Y Santiago Maratea sueña con un trabajo que contemple la procrastinación. Él lo piensa desde la radio, que incluye al cuelgue y la digresión. 

“Yo no duermo, por ejemplo. Nunca procrastino yéndome a dormir. Siempre me engancho con un libro, con un artista, con una charla, con una receta o con mis pensamientos. Así que me encantaría, como objetivo en la vida, que procrastinar no sea tan grave”, reflexiona.

Y Sofía concluye: “Está comprobado, no nos hace mal. Trabajamos un montón. Los que quisimos estudiar, estudiamos y acá estamos, haciendo lo que nos gusta. Y fumamos porro”.

Foto vía Vorterix.

Fecha de publicación original: 25 de septiembre de 2020.