Fernando Kabusacki

Argentina

Fernando Kabusacki, el Guitarrista Argentino que Adoran en Japón: ‘Rosalía es una de las Mejores Cosas que le está Pasando al Mundo de la Música’

Fernando Kabusacki, el Guitarrista Argentino que Adoran en Japón: 'Rosalía es una de las Mejores Cosas que le está Pasando al Mundo de la Música’

✍ 5 March, 2024 - 12:05


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A la hora de hablar de músicos prodigiosos de la patria argenta, Fernando Kabusacki tiene ganado un apartado especial. No solamente tocó con leyendas como Charly García y Liliana Herrero, sino que llegó a tocar junto a su ídolo Robert Fripp, quien fuese una de sus máximas influencias al momento de dedicarse de lleno a la música en solitario.

En diálogo con El Planteo, el músico hizo un repaso de sus inicios, los viajes a Japón y dio su parecer de la nueva generación de artistas que tiene copada la escena internacional.

Todo comienza en una humilde casa rosarina donde todo el tiempo sonaban vinilos al palo. “Cuando era chiquito ya quería meterme adentro del parlante para ver de dónde venía el sonido. Ya tenía el impulso de querer saber de dónde venía la música. Y es una pregunta que me sigo haciendo hasta el día de hoy”.

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Después vino la herencia cultural que se respiraba en su casa de Rosario, donde el ámbito familiar se nutría de diferentes sonidos. Asimismo, las visitas a una disquería de la zona que fueron clave para formarse.

“En mi casa se escuchaba música variada. Mi vieja escuchaba ópera, mi viejo tango, folclore y mi hermano a Carole King, Elton John. Por eso mi gusto siempre fue ecléctico y me gustaron cosas diversas. Recién a los 5 años me regalaron una guitarra y eso cambió mi vida para siempre”.

Fernando Kabusacki
Foto por Uma Kabusacki

Y aclara: “Para mí no existe una música buena y una música mala. Para mí es todo lo mismo. Me puede gustar tanto algo de Gustavo ‘Cuchi’ Leguizamón como algo de Madonna”. Así llegaron las primeras bandas, las colaboraciones, las grabaciones, un cúmulo de facetas que derivaron en la búsqueda de nuevas experiencias fuera del territorio nacional.

“Adopté el coraje y la valentía para decir que está bien hacer cosas diferentes. Hay que ser honesto y genuino con la música. Eso me ayudó a irme a Inglaterra, por eso soy un exiliado musical. Ahí encontré a mis verdaderos hermanos y me di cuenta de que había otros locos como yo”.

En uno de esos tantos viajes a Londres fue que conoció a Robert Fripp, que venía de hacer historia con King Crimson y David Bowie. Corría el año 1988 y desde ese primer encuentro nació una amistad que se mantiene firme hasta la actualidad. Tiempo después, llegaría otro viaje crucial en la vida del violero rosarino.

Contacto en Japón

Aunque la conquista en Europa dio sus frutos durante años, las aventuras de Kabusacki en el exterior lo llevaron a las tierras niponas, mientras integraba la banda de Juana Molina, que en ese momento estaba presentando su aclamado disco Segundo.

Mi primer viaje a Japón fue en el 2002, cuando fuimos con Juana Molina. Nuestros discos empezaron a circular entre músicos y periodistas de Tokio, y como les gustaron nos invitaron a ir con Juana a tocar. Ahí conocí a músicos maravillosos que me pidieron volver al año siguiente, entonces se armó una relación muy linda que fue creciendo con los años”.

Fernando Kabusacki
Foto por Tony Levin

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Desde entonces las escapadas a Japón pasaron a ser una fija en el itinerario del músico. Cuando pisa el suelo asiático lo reciben como un verdadero rockstar, y su conquista se extiende a diferentes lugares del país. En junio del 2023 se presentó en 14 ciudadesde Japón, compartiendo escenario junto a destacados músicos que se enorgullecen de la obra de Fernando Kabusacki.

“Hace poco hice 24 conciertos en un mes. Allá encontré otra familia. Tengo mucho para aprender de ellos porque tienen una cultura musical increíble. Tienen una calidad y libertad impresionante, hacen lo que les parece y eso es hermoso. Es horrible cuando el entorno te reprime y eso en Japón no pasa. Su respeto es admirable”.

A los jóvenes de ayer

A medida que se fue convirtiendo en un invitado de honor, el público asiático convocado por Kabusacki representaba a una generación de veinteañeros que se conectaba con sus texturas sonoras como nunca se había visto en otros shows del artista.

La gran mayoría del público que tengo en Japón es gente joven que tiene entre 20 y 25 años. Los jóvenes allá siempre están abiertos a la nueva música, algo que también está pasando acá. A mí me ayuda mucho mi hija Uma, quien me presentó músicas con las que yo al principio no me entusiasmaba mucho, pero que ahora las encuentro maravillosas. Me pasó con Rosalía, por ejemplo”, confiesa con total orgullo.

Foto por Mariano Ottamendi

Para Kabusacki la apertura musical que hay en Japón es casi inédita en el resto del mundo, donde dice que todavía sigue habiendo mucha resistencia por parte del público conservador que se niega a prestar su oído para las nuevas revelaciones musicales.

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“Tengo 58 años y no sé si hay tanta gente de mi edad abierta a lo nuevo. La gente grande está muy formateada, hay mucho prejuicio, se quedaron en Los Beatles y Pappo. Rosalía es una de las mejores cosas que le está pasando al mundo de la música. Hay traperos que tienen más rock que algunas bandas que dicen ser el nuevo rock argentino, pero se nota que están lavadas y que solamente quieren sonar como Cerati. El Duki tiene más sangre que esas bandas”.

Fernando Kabusacki, el hombre de los mil sonidos

Recientemente editó The Legendary Landscapes, su nueva placa de estudio donde colaboran músicos de la talla de León Gieco, Lisandro Aristimuño, Fernando Samalea, y Sergio Dawi. El semillero de músicos de diversos palos es una constante a la hora de encarar un nuevo repertorio musical para su siguiente disco.

Cuando invito a un músico le digo que haga lo que quiera. Quiero que esa persona venga con sus ideas y su forma de ver la música. Por eso soy muy vago como productor, porque tendría que decirle a cada uno lo que tiene que hacer”, aclara el virtuoso guitarrista.

Asegura que las canciones fueron tomando forma desde que se encontraba trabajando en Deeper Man, su disco antecesor del 2022. En el medio grabó La lógica del escorpión, el nuevo trabajo de Charly García que todavía no tiene fecha de estreno. También hubo participaciones en discos ajenos, y los trabajos a dúo con Lisandro Aristimuño en =EP8.

Foto por Astudillo

“Este disco también surge de la colaboración con Lisandro Aristimuño. Me agarró una obsesión por las máquinas de ritmo, los arpegiadores. Entonces sume todo eso a las guitarras con delay y me pongo a jugar. Algunos días quiero ser Lou Reed y otros Brian Eno. Quiero seguir explorando en los discos de guitarras y delays, hay todo un mundo para explorar con las texturas y los tiempos”.

Además de sus tareas como compositor y sesionista, participa de proyectos vinculados con el cine y los dibujos animados. Desde 1991 dirige y coordina La National Film Chamber Orchestra, con la cual musicaliza en vivo películas mudas. Dicho proyecto se presentó durante varios años en el MALBA, en La TV Pública, en la ENERC y en La Usina del Arte.

Drogas, ¿para qué?

Habiendo compartido giras y escenarios con semejantes artistas y con un aluvión de músicos que lo acompañaron en infinidad de encuentros, uno puede suponer que Kabusacki llegó a tener un vínculo cercano con el universo de las drogas, pero ante la pregunta sobre el uso de drogas, el músico confiesa que ni siquiera llegó a poder relacionarse con el porro.

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“No fumo y las veces que intenté me terminé quemando. Nunca me funcionó. La verdad no lo necesito pero tampoco tengo prejuicios. Me acuerdo de una conversación muy linda con Skay Beilinson hablando de las drogas durante los ‘60. Me dijo que en ese momento los músicos las usaban porque el mundo era tan estructurado que era lo único que tenían para permitirse ser creativos y ser diferentes”.

Para Fernando Kabusacki las drogas fueron el portal de acceso para que la música desprendiera nuevas facetas en la escena del rock contracultural. Y reconoce que si esa revolución no hubiese ocurrido, sus aspiraciones quizás no serían las mismas.

Antes era todo muy cuadrado y no se hacía nada diferente, pero las drogas fueron el medio para romper con lo establecido. Gracias a eso se abrieron las posibilidades a músicas que sino nunca hubiésemos conocido. Más allá de la parte triste con los excesos y las averías que dejó en algunos artistas. Es el precio caro que pagaron algunos”.

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Enrique D. Fernández

ACERCA DEL AUTOR

Enrique D. Fernández cursó la carrera de Comunicación Social en la Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM). Se destacó como conductor y columnista para diferentes programas radiales y podcasts. Supo formar parte de los sitios A Sala Llena y Metacultura como redactor de críticas y análisis sobre cine. También escribió artículos para las revistas Haciendo Cine, Cine Fantástico y Bizarro y Mavirock. Actualmente integra el staff de Revista Replay donde realiza investigaciones y notas dedicadas a la cultura gamer. También colabora con la editorial Cuarto Menguante participando en la publicación de libros abocados al cine de género.