Fuego Camina Conmigo: La Importancia Regional del FICValdivia

A principio de año, el Festival Internacional de Cine de Valdivia sufrió la pérdida de su punto de encuentro: La Última Frontera, un bar que era también un cónclave de almas y un espacio para compartir cervezas y completos con cineastas, espectadores y trabajadores del festival. LUF, tal y como lo conocían sus amigos, se prendió fuego.

Y allí, bajo esa lumbre, se fue también material histórico, parte de su propio acervo cultural y la oficina del festival. No quedó nada.

Porque un festival de cine es más que películas y funciones y programadores y snobs y estudiantes y periodistas y vecinos y comercios y entradas y distribuidores: es una excusa –poderosa, informal, lúdica- para el encuentro.

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“De alguna forma, huérfanos de espacios, hemos tenido que suplir esa falta yendo a trabajar a distintos lugares”, se lamenta Guillermo “Memo” Olivares, jefe de programadores del FICValdivia.

Todavía duele tanto en el kokoro como en el bolsillo.

Pero ahí anda el FICValdivia 2024: firme a pesar de los bemoles. Con el mayor de los esfuerzos, haciendo malabares ante los presupuestos escuálidos, se prepara para celebrar al cine chileno y de otras latitudes. “El FICValdivia es un espacio que el ecosistema audiovisual chileno, latinoamericano e internacional valora muchísimo”, sigue Olivares.

En ese sentido, FICValdivia ocupa un lugar central dentro del mapa de festivales de cine de la región y se yergue como una ventana de exhibición, difusión y circulación. “Es un espacio muy esperado por los cineastas”, asoma el jefe de programación.

Este año, el festival honrará a los grandes maestros del cine, con una tremenda selección de películas. Además, exhibirá un buen número de títulos chilenos, habrá homenajes musicalizados en vivo por artistas valdivianos, un espacio para la ciencia ficción soviética, para un cine más lírico, para la animación infantil, para los formatos (del fílmico al VHS) y para los espectadores más salvajes.

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“Lo que siempre esperamos es que cada persona pueda encontrar un contenido para disfrutar del festival, ya sea viendo un cine más vanguardista, como uno más clásico, cine infantil o films familiares”, le dice Olivares al Peak of the Week, la agenda semanal de El Planteo.

Y, ¡vamos!, no hace falta hacer tanto close up para saber leer la coyuntura: los festivales de cine latinoamericano (todos, o caaasi todos) están viviendo una fragilidad producto de sus problemas de subsistencia.

Por eso, entonces, una pequeña disquisición que vale para tanto para el FICValdivia, como para el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, como para todos los festivales que fomenten con seriedad nuestro espíritu latinoamericano: son el espacio natural para contar historias, para fortalecer la cultura doméstica, para abrirnos al mundo, para encontrar nuevos canales de financiamiento para nuestro cine, para sostener una memoria histórica, para generar empleos, para fomentar el turismo, para mover la economía, para mantener una mirada sistémica, profesional y propositiva de la «industria» de cine.

Para hacer grandes a nuestras naciones.

Hasta siempre La Última Frontera y qué viva FICValdivia.

El FICValdivia se llevará a cabo del 14 al 20 de octubre en la bellísima ciudad de Valdivia, en el sur de Chile. Aquí, toda su programación.

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