Cómo Combatir el Machismo en la Industria del Cannabis: Una Guía para Hombres (y para Todxs)

Dar un paso adelante o un paso atrás, según la situación. Una fórmula sencilla para empezar a abordar el machismo hacia las mujeres y diversidades en la industria del cannabis.

Las estructuras sociales proyectan largas sombras y el machismo cultural se infiltra en todos los sectores de la sociedad y los negocios. Lamentablemente, la industria del cannabis, que en otro tiempo parecía un dechado de inclusividad moderna, también ha reflejado los tradicionales desequilibrios patriarcales, relegando a las mujeres a la marginalidad.

Esta representación sesgada exige un compromiso inquebrantable para concientizar e instigar cambios tangibles. Asimismo, subraya la importancia de amplificar las voces, experiencias y perspectivas de las mujeres y diversidades. Mi exploración de esta cuestión apremiante se ha visto enriquecida por la colaboración con mujeres feministas de Chile, México, Ecuador, EEUU y Argentina, cuyas diversas experiencias culturales e individuales han ampliado significativamente este discurso.

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Descubrir las capas de estas cuestiones complejas ha sido un viaje revelador. Como señaló conmovedoramente Polita Pepper, activista mexicana del cannabis y educadora: “No se trata de que tú, un hombre privilegiado, te tomes una tarde libre para hablar de mujeres. Se trata de un viaje que has acompañado y observado, un diálogo al que han dado forma muchos amigxs y personas implicadas en diferentes movimientos sociales, incluido el feminismo”.

La dinámica industria del cannabis se nutre de la inclusión, y las mujeres, armadas con competencia, han hecho valer sus derechos en todo el espectro, desde la defensa de lxs pacientes y la presión gubernamental hasta la creación de empresas, tecnologías y productos pioneros.

Ante estas conclusiones, reconozco el valor de mi privilegio y la responsabilidad de aprovecharlo, esclareciendo áreas que a menudo se pasan por alto. La constatación, aunque sea desconcertante, es crudamente realista: a menos que nosotros, como hombres, desalojemos conscientemente nuestros espacios privilegiados para facilitar el diálogo, el coro de perspectivas diversas corre el riesgo de desvanecerse en el silencio.

A pesar de los saltos y avances que han dado las mujeres, el fantasma del desequilibrio patriarcal sigue rondando la industria del cannabis. Este desequilibrio se manifiesta de varias formas: chistes machistas, disparidades salariales, oportunidades de liderazgo restringidas, escasa tutoría y respaldo financiero inadecuado… Todo esto sirve para devaluar las ideas de las mujeres, trivializar sus preocupaciones y restar importancia a sus logros.

Éstas no son reflexiones aisladas, sino que contribuyen a diálogos, debates y charlas en curso que alimentan el motor del cambio. Para romper las cadenas del statu quo, debemos enfrentarnos a nuestros privilegios y frenar los comportamientos que perpetúan el machismo sistémico, tanto dentro como fuera de la industria del cannabis.

Esta es una invitación a accionar para que lxs aliados, especialmente los hombres, se den cuenta de que somos facilitadores en esta lucha, sirviendo para empoderar a las mujeres sin imponernos en sus espacios. Nuestro deber consiste en ayudar a amplificar las voces de las mujeres para que resuenen alto y claro, sus ideas reciban el debido reconocimiento y sus derechos se salvaguarden ferozmente. En pocas palabras, a menudo, la mejor manera de ayudar es callarse y prestar atención.

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A medida que profundizo en este tema, resulta crucial reconocer una vez más mi privilegio. Mi formación académica me ha otorgado la capacidad de explorar estos problemas a los que otrxs se enfrentan en la industria del cannabis, una industria que he estudiado intensamente pero en la que no he experimentado personalmente estos prejuicios. Mi posición ventajosa no refleja las realidades vividas por muchas personas del sector del cannabis, especialmente mujeres y disidencias, que me han confiado sus historias. Al compartir estos relatos, no pretendo centrarme en mí mismo, sino amplificar estas voces y contribuir a un debate más amplio sobre la representación y la inclusión en el sector del cannabis.

El machismo en el cannabis: La desigualdad persistente y el camino hacia el empoderamiento

Con una mirada optimista hacia el horizonte, prevemos un futuro en la industria del cannabis repleto de mujeres y disidencias dispuestas a hacer contribuciones sustanciales. Pero, a medida que el sector crece, también crece la necesidad de abordar las disparidades de género, defender la diversidad y fomentar un entorno fundamentalmente inclusivo y equitativo.

Esta transformación puede adoptar diversas formas, desde la organización de eventos para establecer contactos, la puesta en marcha de programas de tutoría y el apoyo a iniciativas de investigación centradas en cuestiones de salud femenina relacionadas con el cannabis, hasta la defensa del liderazgo femenino dentro de las organizaciones cannábicas.

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El impacto de las contribuciones históricas y contemporáneas de las mujeres a la industria es resumido claramente por Ellen Holland, editora jefa de la revista High Times. “Las mujeres han ayudado a dar forma y definir la cultura del cannabis de muchas maneras”, afirma. Sin embargo, también se apresura a revelar la cruda realidad: “A pesar de esta historia, las mujeres han tenido en general menos oportunidades profesionales que los hombres en este campo“.

Holland sostiene que para abordar el machismo y la falta de representación de las mujeres y diversidades en la industria del cannabis es necesario un cambio sistémico, que se extienda más allá de la propia industria. “Para resolver los problemas relacionados con las desventajas a las que se enfrentan las mujeres que trabajan en el cannabis, tenemos que considerar cuestiones de mayor alcance como los derechos reproductivos de las mujeres”.

A pesar de nuestras esperanzas de un futuro mejor, es alarmante observar una tendencia a la baja en el número de mujeres que prosperan en el sector. Un estudio de Marijuana Business Daily revela un descenso del 37% de mujeres en puestos ejecutivos en 2017 a un decepcionante 22% en 2023. Este descenso es especialmente preocupante si tenemos en cuenta los informes que sugieren que las empresas lideradas por mujeres tienden a registrar una mayor rentabilidad, como indica un estudio del Instituto Peterson de Economía Internacional.

Por su parte, la Doctora Chanda Macias, figura destacada de la industria del cannabis y ferviente defensora de la representación de las mujeres, pone de relieve esta cuestión fundamental. “Las mujeres del sector del cannabis y de la mano de obra en general reciben un trato desigual. A pesar de que las mujeres obtienen títulos superiores en mayor proporción que los hombres, no se las tiene en cuenta para puestos superiores en igualdad de condiciones. Además, las mujeres obtienen estadísticamente un salario menor por desempeñar las mismas funciones que los hombres y carecen de una representación adecuada en todos los niveles corporativos”, observa.

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La Dra. Macías también llama la atención sobre la disparidad agravada a la que se enfrentan las mujeres pertenecientes a minorías, cuya participación se ve aún más limitada. Relata casos en los que ella era la única mujer racializada en reuniones de alto nivel, una sorprendente ilustración de las limitaciones de una perspectiva singular y del potencial transformador de la diversidad.

Más allá de lograr una representación equilibrada en el mundo empresarial, la Dra. Macías desea fervientemente que haya más mujeres en todos los puestos de la industria. “Nuestra presencia en el mercado laboral debería reflejar nuestra presencia en la sociedad“, insiste.

¿Por qué debería importarle el machismo a lxs usuarios de cannabis?

A medida que la industria del cannabis gana adeptxs y su base de usuarixs sigue creciendo, hay que prestar atención a las disparidades de género que persisten en el sector. Este debate no es exclusivo de lxs conocedores de la industria o de las mujeres que luchan por hacerse un hueco en este espacio, sino que invita a lxs usuarios habituales de productos de cannabis a convertirse en partes interesadas clave. Esto es importante, ya que su poder adquisitivo y sus preferencias pueden influir significativamente en la configuración de un panorama industrial equitativo.

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Para lxs usuarios, es clave reconocer el papel integral que desempeñan las perspectivas diversas en la trayectoria de crecimiento del sector del cannabis. Está bien establecido que las empresas con equipos de liderazgo diversos tienden a ser más innovadoras y rentables. Esto, a su vez, se traduce en una amplia gama de productos adaptados a sus necesidades, un servicio al cliente superior y precios potencialmente competitivos impulsados por la eficiencia y la creatividad.

Un estudio de Cone Communications subraya cómo las decisiones de lxs usuarios pueden alterar considerablemente el panorama del mercado. Un abrumador 87% de lxs usuarios reveló que elegiría un producto si la empresa defiende una causa con la que se identifican, mientras que más del 75% rechazaría un producto si descubriera que la empresa apoya una cuestión contraria a sus creencias. Esta poderosa influencia puede aprovecharse en el sector del cannabis. Al optar por apoyar a las empresas que dan prioridad a la igualdad de género, lxs usuarios pueden desempeñar un papel sustancial en el desmantelamiento de las barreras a las que se enfrentan las mujeres.

Estar bien informadxs sobre las empresas que están detrás de los productos (sus valores, sus prácticas) puede ayudar a orientar nuestras elecciones. Al apoyar productos desarrollados por empresas dirigidas por mujeres o empresas con sólidas políticas de diversidad e inclusión, lxs usuarios pueden ejercer una profunda influencia. Cada compra significa nuestro apoyo al tipo de industria que queremos ver y al mundo que aspiramos a habitar.

Erradicando el machismo dentro y fuera del cannabis: el papel de los hombres

Marian Venini, editora del medio de comunicación especializado en cannabis El Planteo, ofrece una perspicaz reflexión sobre el papel constructivo que pueden desempeñar los hombres en espacios tradicionalmente dominados por las mujeres: “Los hombres pueden ser feministas. Pueden formar parte de un espacio sin acapararlo”. La perspectiva de Venini subraya que los aportes de los hombres no tienen por qué eclipsar los aportes de las mujeres, sino que pueden añadir valor y profundidad a estos ámbitos.

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Venini añade que el feminismo abre la puerta a un mundo mejor, no sólo para las mujeres, sino también para los hombres: “No todo el mundo lo entiende, pero el feminismo también propone un mundo mejor para los hombres, donde los hombres se sientan mejor y puedan llevar una vida más plena. El feminismo puede abrir sus puertas a los hombres que ya no quieren formar parte de ciertos comportamientos, que se sienten ansiosos e inseguros, que ya no quieren que el mundo sea como es”.

Las conmovedoras observaciones de Venini dejan en evidencia que el feminismo puede transformar las interacciones sociales, y la industria del cannabis no es una excepción. “Por ejemplo, algunos espacios feministas en la industria latinoamericana del cannabis tienden a priorizar el intercambio de información y el crecimiento mutuo, en lugar de la competencia, la hostilidad y el individualismo crudo, que se ven más a menudo en algunos campos dominados por hombres“, observa. Esto permite vislumbrar el potencial del feminismo como motor de cambio, creando oportunidades tanto para las mujeres como para los hombres que aspiran a un mundo más equitativo.

Las ideas de Venini catalizan la imperiosa necesidad de cuestionar las normas patriarcales y abogar por la igualdad en el sector del cannabis. Asimismo, subrayan el importante papel que pueden desempeñar los hombres en el fomento de esta transformación. Esta implicación coincide con las estrategias descritas en el informe del Grupo del Banco Mundial Involucrar a hombres y niños en la promoción de la autonomía de las mujeres: Situación actual y nuevas direcciones. Dichas estrategias abarcan la creación de alianzas activas, el fomento de debates sobre los prejuicios sexistas, la defensa de prácticas equitativas de contratación y promoción, y la creación de canales seguros para denunciar los comportamientos sexistas.

En el panorama actual, las mujeres están liderando con éxito la reforma legislativa en el sector mundial del cannabis. Están al frente de nuevas empresas, tecnologías y productos que satisfacen las diversas necesidades del público. Organizaciones como Women Grow, Ellementa y Cannabis Women’s Alliance desempeñan un papel fundamental en la creación de redes profesionales, el fomento del desarrollo personal y la creación de un sentimiento de comunidad para las mujeres y disidencias del sector.

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Figuras destacadas como la Doctora Chanda Macías, presidenta de Women Grow, defienden con fervor la causa de las mujeres, especialmente las mujeres racializadas, dentro de la industria del cannabis. Su defensa subraya el valor de la diversidad y la inclusión. Por su parte, la Doctora Sue Sisley, psiquiatra e investigadora, ha realizado importantes avances en la investigación de los usos terapéuticos del cannabis. En particular, la Dra. Sisley consiguió la primera aprobación federal estadounidense para un ensayo controlado aleatorizado que investigaba el uso del cannabis en veteranos con trastorno de estrés postraumático (TEPT).

A pesar de los numerosos desafíos, las mujeres del sector del cannabis están rompiendo barreras, son pioneras en la investigación y tienen influencia política. Para mantener este impulso y acelerar el progreso, se requieren esfuerzos concertados para reducir la disparidad de género, promover la diversidad y fomentar la inclusión. Esto implica ampliar los eventos de creación de redes, iniciar programas de tutoría, impulsar iniciativas de investigación sobre cuestiones de salud femenina relacionadas con el cannabis y abogar por un mayor liderazgo femenino en las empresas del sector.

Cultivar una cultura corporativa equitativa es también un paso fundamental hacia este objetivo. Hay que abordar los prejuicios inconscientes y promover activamente la inclusión para erradicar el machismo en la industria del cannabis. Esto puede implicar programas educativos destinados a informar a lxs empleados sobre estos prejuicios y un esfuerzo consciente para aumentar la representación femenina en los consejos de administración, un movimiento apoyado por la evidencia de que los consejos diversos están asociados con beneficios financieros.

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En nuestra búsqueda de un futuro más inclusivo y equitativo, es fundamental reconocer y desafiar los prejuicios de género, abogar por la justicia y aprovechar el potencial de las mujeres en la industria del cannabis. Este camino exige compromiso y una acción concertada, pero promete a cambio una industria más resistente y próspera. Como dice elocuentemente Venini: “Los hombres pueden ser feministas, sí, por favor y gracias”. Esta poderosa afirmación sirve como recordatorio convincente de que los hombres no sólo pueden, sino que deben, desempeñar un papel en este progreso hacia la inclusión y la igualdad.

Vía High Times, traducido por El Planteo

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