Cannabis, Crimen y Juan Minujín: se Exhibe ‘Los Últimos Románticos’, una Comedia Negra Llena de Faso
El manso clima de pueblo, un plan con vaivenes, la presencia de la autoridad que sacude, impide, molesta. La comedia negra es un género que se comprime en la tensión y se ensancha en la risa. Por caso, la coproducción argentino-uruguaya Los Últimos Románticos, que tiene cositas del cine de Juan Pablo Rebella y Pablo Stoll y algunos gestitos de Damián Szifrón, encuentra en esos condimentos un chiche con el que entretenerse.
Con dirección de Gabriel Drak y protagónico de Juan Minujín, Néstor Guzzini y Ricardo Couto, Los Últimos Románticos escarba en la relación de dos amigos -un jardinero y un sereno de hotel- cuyo objetivo es escribir el guión de una comedia y, de paso, hacer guita con una plantación de faso ilegal.
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Sin embargo, entre porro y porro, la presencia de un nuevo comisario los pone en la mira y todas sus torpezas se convertirán en pistas. Olor a fiambre, una nueva oportunidad: las cosas se enrarecen con una muerte. Y una vez más, pueblo chico, infierno grande.
Pensada antes de la legalidad
Estrenada en enero de 2019, la película se vio en salas criollas y charrúas y fue comparada por HBO, que la emitió durante varios fines de semana en sus canales premium.
“Fue un momento raro porque en 2019 las cosas cambiaron mucho, fue el año de la masificación de las plataformas. Con la pandemia se modificó el negocio del cine definitivamente, pero el 2019 fue un año bisagra”, cuenta Drak, desde su casa en Montevideo, a El Planteo.
Por estos días, Los Últimos Románticos se verá en el Festival Internacional de Cine Cannábico del Río de la Plata, una celebración que se hace a dos aguas, y que ahora se desarrollará en Buenos Aires.
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A la sazón, a pesar de estar filmada y ambientada en Uruguay, el tratamiento cannábico de la película está teñido por una casualidad: el guión fue escrito tiempo antes de la legalización del cannabis y se filmó tiempo después de aprobada la ley.
“Para mí el cannabis es una planta. Yo la alejo de la palabra droga. Es una planta milenaria y de uso milenario. En todas mis películas los personajes fuman o consumen drogas. En este caso, me pareció divertido contar la historia de dos tipos que tienen una plantación. En ese momento no era tan común como lo es ahora. En el momento que escribí el guión, ni se soñaba con el cannabis legal. Lo escribí en 2012. De hecho, cuando salió la noticia de la legalización, pensábamos que era un chiste del Día de los Inocentes”, cuenta el realizador.
Minujín, gran actor
Con un presupuesto medio (“tirando a bajo”) y un guión interesante que se emplaza sobre las bases del género, Los Últimos Románticos se apoya en el triángulo protagónico que, literalmente, se morfa la película. “Fue la primera cosa que hizo Minujín por fuera de Argentina, antes de Los Dos Papas”, dice Drak.
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“Minujín es un gran actor. Los tres son grandes actores”, continúa a propósito del célebre actor argentino, protagonista de Vaquero, Dos Más Dos y de la reciente cuarta temporada de la serie El Marginal.
En la actualidad, el cineasta y director de publicidad está dedicado a escribir dos proyectos: un largometraje y una serie. “Estoy tratando de mantener la conducta y la disciplina. Por ahora son ideas que van tomando forma, no tienen soporte de pre-producción ni nada de desarrollo económico”, explica. “Sólo escritura”.
Amor por el cine, el cannabis como aliado
Así las cosas, durante años trabajó en México dirigiendo comerciales para grandes marcas de cervezas y automóviles. Aquello le dio algunas tranquilidades económicas y, también, la posibilidad de diversificar sus inversiones.
—¿En cannabis?
—En algún momento un amigo me habló de una licencia, pero era un disparate de plata. Ojalá la pudiera juntar. No hubiera tenido ningún problema en invertir en cannabis. En Estados Unidos tienen una industria muy organizada. Al principio, los uruguayos pensábamos que los demás tenían mucho que aprender de nosotros, pero ahora nosotros tenemos que aprender de los demás. Por otro lado, hago cine porque es lo que tengo ganas de hacer, para eso me comí 25 años de publicidad [risas].
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—¿Y cuál es tu relación con el cannabis?
—Totalmente recreativa. Tiene sus beneficios con el tema de la salud. En mi caso, me ayuda a dormir. Es magnífico para eso. Puedo llegar a escribir habiendo fumado, a veces sí, a veces no: depende el día. Mi relación con el cannabis está sujeta a que, de alguna forma, la puedo controlar. Puedo manejar, más o menos, dónde quiero que me pegue. Y de repente eso no sucede con otras drogas. Es lo bueno que tiene el cannabis.
Una planta maravillosa
Entretanto, Drak advierte que la legalización y los avances en términos legislativos hacen que el cannabis sea descubierto por más personas y, en sus palabras, “le saca presión a la cosa, no es el Diablo, ¿no?”. Además, destaca que “se le puede dar el uso que uno quiera, no necesariamente el psicotrópico” porque “es una planta maravillosa”.
Y en su recuerdo, la vez que vio The Wall totalmente fumado y los colores, la música, el tono y la narrativa le arrancaron la cabeza. Asimismo, recomienda La Fiesta Inolvidable, de Peter Sellers, película que sigue viendo y aún disfruta. Y nombra un par más: Pineapple Express, las de Cheech & Chong y “cualquier cosa de Ricky Gervais”.
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—¿Cómo recibiste que, tiempo después de estrenada, la película quede seleccionada en el Festival Internacional de Cine Cannábico del Río de la Plata?
—El festival nos dio una sorpresa con este llamado. No pude estar en su edición uruguaya porque justo estaba filmando. Está buenísimo el festival, me encanta que sea cannábico. La película está muy centrada en el cannabis y, si bien no gira “alrededor de”, toca una de sus patas. Me gustó que la consideraran como dentro del género. Me gusta el sellito de “género cannábico”.
Los Últimos Románticos se verá el 16 de febrero a las 20:00 en el Complejo Histórico Cultural Manzana de las Luces (Perú 222, CABA).
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