Primavera Sound Buenos Aires 2023: La Revancha de The Cure y la Explosión de la Música Argentina

Por Natalia Kesselman y Marian Venini

En el corazón de Buenos Aires, los amantes de la música festejaron, cantaron y movieron el esqueleto en la edición 2023 del Primavera Sound. Con más de 120.000 personas, dicha celebración trascendió generaciones, géneros y fronteras. Este año, el festival no sólo consolidó su lugar como el evento musical internacional más relevante de Argentina, sino que también marcó un hito con el regreso triunfal de The Cure. A lo largo de sus casi 50 años de trayectoria, esta banda ha conocido, con pocos shows, todas las facetas del público argentino.

El festival inició con la vitalidad del indie argentino, presentando a bandas como Mi Amigo Invencible y Fantasmagoria, cuya música ha calado profundamente en el panorama latinoamericano. Conociendo Rusia, con su ascenso meteórico en la escena nacional, y El Mató a un Policía Motorizado, con su mezcla de letras suaves y melodías enérgicas, prepararon el escenario para lo que sería una noche inolvidable.

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Al caer el sol, la irlandesa Róisín Murphy deleitó al público no solo con su música vanguardista, sino con sus espectaculares looks. Mientras tanto, Dillom, haciendo uso de su característica mezcla de humor y performances impactantes, sorprendió gratamente al público con una versión de “Nos siguen pegando abajo” de Charly García. ¿Casualidad? Dudoso, pues la canción (perteneciente al disco “Clics Modernos” de 1983) es una denuncia a la última dictadura cívico-militar, temática que ha estado resonando en la sociedad argentina recientemente. Cinco canciones más tarde, acababa el preludio perfecto para la aparición estelar de The Cure.

Pelos parados, labios pintados y una remera con el sol argentino: el retorno de The Cure

Volando en su guitarra mágica, aterriza en el escenario la bruja del rock: Robert Smith y su banda están listos para empezar el tercer e histórico show de The Cure en Argentina.

No se trata de otro reci más, no son once conciertos seguidos en River. Ver a The Cure en Argentina es como presenciar un cometa: pasa cada mil años y quizás no vuelva a ocurrir en nuestras vidas. Además, sus tres presentaciones no podrían haber diferido más entre sí. Recapitulemos:

Su primer show en el país, en 1987, fue un desastre de proporciones colosales. Todo lo que podía salir mal, salió mal: gradas incendiadas, perros policías molidos a golpes y un panchero infartado, que falleció en el predio. Robert Smith recibió un botellazo de Coca Cola en la cara y, con él, perdió el deseo de volver a pisar nuestro país.

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Le tomó 27 años recapacitar, pero en 2013 decidió visitarnos nuevamente. La atmósfera fue completamente opuesta. Aunque emocionada, la gente se mostraba temerosa de generar cualquier disturbio, lo que tuvo como consecuencia un público tan helado como exaltado y un Robert Smith algo confundido ante la falta de reacción (¡Era miedo, Robert!). De todos modos, aquel show de 3 horas fue inolvidable.

La vuelta del cometa

Flashforward: pasaron 10 años y los músicos, que ya están en sus sesentas, volvieron listos para la revancha definitiva.

Entre la remera de Smith, que resonaba no solo con la bandera nacional, sino con la moneda de 1 peso argentino, y la musculosa del bajista Simon Gallup, que leía “Buenos Aires”, ya se palpaba que este espectáculo iría más allá de la música: sería un acto de reconciliación.

Con sus guitarras subacuáticas, sus sintes supersónicos, sus bajos penetrantes y sus icónicas campanitas, la energía de la banda se ha mantenido inalterable pese a los años. Esto se manifestó en una selección de temas que incluyeron joyas de su próximo y esperado álbum “Songs of a Lost World”, prometiendo una nueva era para The Cure.

Los éxitos de siempre se entrelazaron con las nuevas melodías, creando un tejido de emociones y recuerdos. No faltó (casi) nada: hubo temas oscurísimos de discos random que pocos recuerdan; hubo hits épicos que todo el mundo conoce, pero, por sobre todo, hubo conexión. Esa conexión, esa emoción que caracteriza al público argentino.

Envalentonado por el pedido expreso del cantante, quien reiteradamente solicitó a la gente que hiciera su gracia y cantara “olé, olé, olé”, la confianza del público fue in crescendo. Poco a poco, el clamor se volvió ensordecedor, culminando con un Robert Smith al borde de las lágrimas.

Esta fue nuestra tercera oportunidad de ver a The Cure, que siempre lo ha dado todo en el escenario. Pero la sensación fue que, por primera vez, The Cure nos vio a nosotros, en nuestra mejor versión.

Más allá de la cura

El Primavera Sound fue más que The Cure. Fue un crisol donde cada artista aportó su esencia única, demostrando que la música tiene el poder de unir y transformar. La variedad de estilos y generaciones presentes habló de un festival que es más que un evento: es una experiencia colectiva que ya se anticipa con su próxima edición en noviembre de 2024.

Con el anuncio de los EARLY BIRDS para la próxima edición, el festival promete seguir siendo un punto de encuentro esencial para los amantes de la música en Argentina y más allá.

Fotos cortesía de Primavera Sound Buenos Aires