Una encuesta muestra que la mitad de los estadounidenses es poco probable que elijan vehículos eléctricos.

A pesar de que el Tesla Model Y se convirtió en el mejor coche del mundo en ventas, casi la mitad de los estadounidenses no están listos para abrazar los vehículos eléctricos como su próximo vehículo.

Según una encuesta realizada por el Energy Policy Institute de la Universidad de Chicago y el Associated Press-NORC Center for Public Affairs Research, el 47% de los adultos estadounidenses creen que es poco probable que opten por un vehículo eléctrico. Solo el 19% de los encuestados parece entusiasmado con la idea.

Al parecer, la falta de opciones de carga y los costos elevados son los principales culpables que impiden que la gente vaya a la electricidad. Un escalofriante 80% de la población señala con el dedo a la escasez de infraestructura de carga, independientemente de si residen en ciudades, suburbios o áreas rurales.

Jennifer Benz, directora adjunta del AP-NORC Center, lo resume diciendo: “Si bien hay mucho interés en comprar un vehículo eléctrico (EV), el alto costo inicial de poseer uno y las preocupaciones sobre la infraestructura de carga del país son obstáculos para que más personas los conduzcan. Las políticas que alivien estas preocupaciones serán un componente clave para construir el apoyo a un futuro EV”.

Estos hallazgos coinciden con los ambiciosos planes de la administración Biden, que pretende impulsar las ventas de EV y guiar a la nación hacia una energía más limpia. La Casa Blanca ha fijado como objetivo electrificar hasta el 50% de todos los vehículos nuevos vendidos para 2030, con el fin de reducir las emisiones y combatir el cambio climático.

Para lograr esta visión electrizante, la administración imagina un país adornado con al menos 500.000 cargadores de vehículos eléctricos para fines de la década. Ya ha establecido compromisos con actores clave como Tesla, General Motors Co., Ford Motor Co. y ChargePoint, que se están preparando para construir y operar redes de carga.

A pesar de las preocupaciones, queda claro que el mercado solo sigue ganando impulso. Mientras que los principales actores, como Tesla y Ford, siguen expandiéndose e invirtiendo en el espacio EV, hay un número de empresas prominentes en el espacio también. Por ejemplo, hay una significativa tracción en los mercados de startups y micro-movilidad también, con startups como Civilized Cycles. La empresa ha recibido inversiones sustanciales de inversores minoristas en el popular sitio de inversión en startups, Wefunder.

Pero no todos están locos por estas políticas que impulsan los EV. La encuesta revela que solo el 35% de los estadounidenses están a favor de reglas más estrictas para las emisiones de automóviles como medio para impulsar a los fabricantes de automóviles a vender más EV. De manera similar, solo el 27% de la población apoya la idea de que todas las ventas de automóviles nuevos sean vehículos eléctricos o híbridos para 2035.

Por otro lado, casi la mitad de los estadounidenses (49%) creen que el tío Sam debería ayudar proporcionando créditos fiscales, reembolsos en efectivo u otras incentivos financieros para las compras de energía limpia. Por ejemplo, la Ley de Reducción de la Inflación ha abierto el camino para un crédito tributario de $ 7,500 para los nuevos EV que cumplan ciertos estándares de fabricación. El 46% de la población favorece el aumento de la financiación federal para la infraestructura EV, incluidos esos cargadores ubiquitous.

Al parecer, el cambio climático también está en la mente de algunos, ya que el 35% de los estadounidenses ven la reducción de su huella de carbono personal como una motivación importante para elegir un vehículo eléctrico, mientras que el 31% lo considera un factor menor.

En cuanto a la política climática en general, aproximadamente la mitad de los estadounidenses la consideran importante, pero hay un giro distinto en esta historia. Los demócratas colocan la política del cambio climático en el tercer lugar entre seis, siguiendo a la economía y la atención médica. La mayoría de los republicanos colocan el cambio climático en la parte inferior de su lista de prioridades.