La FIHO Exige la Creación de un Lenguaje Estandarizado y Unificado sobre Cáñamo

En el mundo en constante evolución del cáñamo industrial, una cuestión clave está ganando protagonismo: la necesidad de un lenguaje común para el sector. Un grupo internacional de expertxs en cáñamo ha subrayado la importancia de establecer un vocabulario unificado y términos estandarizados para promover la claridad y la coherencia en los debates sobre el cáñamo a nivel mundial. Esta iniciativa pretende reducir la confusión y promover una comprensión más precisa y armonizada de la industria del cáñamo en todo el mundo.

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El cáñamo, una variedad de la planta Cannabis sativa L., ha sido reconocido por sus numerosas aplicaciones industriales, desde la producción de fibras textiles, materiales de construcción, alimentos y suplementos hasta bioplásticos y productos de cuidado personal. Sin embargo, la falta de una terminología estandarizada y de un lenguaje común ha creado problemas de comunicación entre los distintos agentes de la cadena de valor del cáñamo a escala mundial.

La Federación de Organizaciones Internacionales del Cáñamo (FIHO), grupo internacional de expertxs en la materia, aboga por la adopción de un lenguaje común para el sector. Con el fin de superar los obstáculos creados por la falta de términos y definiciones estandarizados, un documento pretende aclarar la terminología a lxs responsables políticos. También pretende reducir los riesgos y costos asociados para lxs cultivadores. La falta de claridad terminológica ha dificultado la comunicación eficaz entre productores, transformadores, fabricantes, reguladores y usuarixs.

¿Qué problemas trae la falta de claridad en el lenguaje sobre el cáñamo?

La persistente falta de claridad ha disuadido a lxs agricultores de aventurarse en la producción de cáñamo. También ha impedido alcanzar el máximo potencial de la planta como nuevo cultivo comercial que trae grandes oportunidades en alimentación animal, textiles, bioplásticos, materiales de construcción, regeneración del suelo y créditos de carbono, informa el documento.

La publicación subraya que, a medida que la producción regulada y los mercados para otros usos del cannabis resurgen en muchos países del mundo, la falta de claridad y la confusión no harán sino aumentar si lxs responsables políticos y lxs reguladores profesionales no están debidamente informados y formados en la cuestión.

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Aunque la marihuana con alto contenido de THC y el cáñamo con bajo contenido de THC son variedades distintas de la misma especie vegetal, Cannabis sativa L, la persistencia de la confusión se atribuye principalmente a conceptos erróneos derivados de la Guerra contra las Drogas del siglo XX. Los usos terapéuticos y recreativos del cannabis están estrechamente relacionados con los cannabinoides concentrados y aislados, lo que implica consideraciones sanitarias. Pero no es tal el caso de los productos derivados del cáñamo, señala la FIHO.

Definición del cáñamo

Según la FIHO, las recomendaciones pretenden ayudar a las distintas jurisdicciones a elaborar normativas que, aunque tengan en cuenta las diferencias de un país a otro, establezcan una clara distinción entre el cannabis y el cáñamo.

Las recomendaciones definen los “productos derivados del cáñamo” como todos los productos derivados del cáñamo que cumplen la normativa de la jurisdicción en la que se comercializan. El documento destaca la importancia de tener en cuenta los marcos normativos existentes en materia de alimentos, piensos y materiales, así como los derechos de lxs agricultores y la necesidad de acceso y reparto de beneficios para las variedades tradicionales y autóctonas.

La definición de “cáñamo” abarca una variedad de Cannabis sativa L., nombre científico de la especie vegetal que incluye tanto el cannabis como el cáñamo. La definición establece que se considerará cáñamo cualquier parte de la planta de cáñamo cuya concentración de THC en las flores y las hojas no supere el límite máximo establecido por las autoridades locales. La mayoría de los países del mundo adoptan un límite generalmente aceptado del 0,3% de THC para los cultivos de campo, pero algunos han aumentado o adoptado recientemente un límite del 1% de THC.

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Las recomendaciones también proponen una diferenciación entre cultivos y productos de cáñamo, basando los límites de THC en las cantidades de estos productos finales, en lugar de en la propia planta cosechada. El documento recomienda adoptar un sistema normativo que diferencie los cultivos en función de su uso/propósito (fibra, grano y flores y hojas de la inflorescencia) con el fin de aliviar la carga innecesaria de pruebas científicas para el cáñamo polinizado como cultivo agrícola.

Clasificación comercial

Además, la FIHO solicita aclaraciones sobre la terminología del código de Clasificación Arancelaria Armonizada (HTS), sistema utilizado para clasificar las mercancías en el comercio internacional. La organización está trabajando en recomendaciones específicas para la HTS, que sirve de base para los derechos de aduana, impuestos y otros gravámenes relacionados con las importaciones y exportaciones.

La FIHO ha anunciado que empezará a comunicar estas recomendaciones a lxs responsables políticos a nivel nacional e internacional. Esta nueva posición sobre la terminología demuestra la capacidad de lxs principales agentes de la industria mundial para trabajar juntos y hablar con una sola voz. Ahora se espera que lxs responsables políticos adopten esta posición y apliquen la terminología común en todas las regiones y países del mundo”, declaró Daniel Kruse, vicepresidente de la Junta Directiva de FIHO y Presidente de la Asociación Europea de Cáñamo Industrial.

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La FIHO fue creada el año pasado por un grupo de 20 organizaciones mundiales del cáñamo que representan a 50 países. Su objetivo es abordar cuestiones importantes que afectan al sector en todo el mundo e interactuar con los organismos internacionales pertinentes, como el Comité de Estupefacientes de las Naciones Unidas (ONU), la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

Vía Smoke Buddies, traducido por El Planteo

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