La Importancia del Lenguaje Claro y Responsable en la Investigación de la Marihuana

Un estudio publicado en Lancet Psychiatry analizó casi 40 años de investigación sobre los efectos del THC y el CBD en trastornos mentales. Lxs científicxs examinaron 83 estudios de investigación que exploraban varias condiciones de salud mental. Éstas incluían la depresión, la ansiedad, el síndrome de Tourette y el trastorno de estrés postraumático (TEPT). Sin embargo, la mayoría de los estudios examinaban la depresión (42 estudios) y la ansiedad (31 estudios).

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Basándose en sus análisis, lxs investigadores concluyeron que algunas evidencias sugieren que el THC, con o sin CBD, puede reducir la ansiedad. Pero, en general, lxs investigadores afirmaron que hay “escasa evidencia que sugiera que los cannabinoides mejoran” los trastornos mentales que examinaron. Incluso encontraron que el THC en realidad aumenta el riesgo de efectos secundarios adversos.

No es sorprendente entonces que estos hallazgos hayan atraído mucha atención de los medios. De repente, proliferaron titulares como ‘No hay evidencia de que la marihuana medicinal alivie la ansiedad: estudio‘ y ‘El cannabis no es un tratamiento efectivo para las condiciones de salud mental, concluyen expertxs‘.

En muchos sentidos, las conclusiones a las que llegaron lxs investigadores son correctas, según los datos disponibles. Si alguien tiene ansiedad, no tiene sentido tomar aislado de THC. De hecho el cannabinoide, cuando se toma solo, puede hacer que el individuo se sienta más ansioso.

Como mínimo, la persona debería usar tanto THC como CBD. Esto se debe a que el CBD ayuda a mediar y completar los efectos del THC en los receptores CB1 y CB2. Así que, en ese caso, lxs investigadores tienen razón.

Sin embargo, lo que los resultados del estudio realmente destacan es la necesidad imperiosa de que lxs investigadores presenten mejores interpretaciones de la eficacia del cannabis, en particular en cuanto a salud mental.

Contexto, lenguaje y comprensión

Uno de los mayores obstáculos para la presentación responsable de informes de investigación en materia de marihuana es el lenguaje confuso. Por ejemplo, aunque el estudio mencionado se centra en aislados de THC y CBD, sigue afirmando que hay pocas pruebas que demuestren que los cannabinoides sean eficaces en el tratamiento de trastornos mentales específicos, como la ansiedad.

Pero en un estudio que sólo examinó el THC y el CBD cuando hay más de 200 terpenos y más de 100 cannabinoides identificados, el uso de frases generales como “cannabinoides” puede indicar a los medios de comunicación y a lxs consumidores que cada cannabinoide es ineficaz para tratar una afección específica, y no sólo el THC y el CBD.

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Cuando se informa de los resultados en las revistas científicas, lxs investigadores del cannabis suelen agrupar diferentes dosis y mezclas. Pero si lxs investigadores encuentran que los aislados de THC y CBD o las dosis específicas no son eficaces para tratar las afecciones de la salud mental, es inexacto extrapolar eso para sacar conclusiones sobre los cannabinoides en general o la eficacia del cannabis como medicina vegetal.

El uso irresponsable del lenguaje conduce a la difusión de información errónea (y a la consiguiente falta de fondos para la investigación). Además, facilita que la gente asuma que la marihuana es inútil cuando, en realidad, sólo se estudiaron dos de los 113 cannabinoides.

El efecto séquito

Como muchas investigaciones sobre cannabis, este estudio tampoco explica cómo otros cannabinoides se mezclan con el THC y el CBD para crear un efecto sinérgico. Muchos de los estudios analizados por lxs investigadores observaron al CBD y al THC independientemente, además de mezclas de CBD y THC.

Estudiar estos dos cannabinoides tiene sentido, porque la FDA permite a lxs investigadores de cannabis realizar estudios clínicos sobre estos dos aislados. Es comprensible que lxs científicos tuvieran que trabajar dentro de un panorama específico.

Sin embargo, el THC y el CBD sólo representan un pequeño aspecto de las propiedades terapéuticas de la planta de cannabis. Recordemos que esta planta contiene al menos 545 componentes. Si bien lxs investigadores no podrían revisar todos estos cannabinoides, terpenos y flavonoides (y mucho menos su número casi infinito de combinaciones), el estudio debería haber mencionado que el THC y el CBD podrían haber funcionado de manera diferente en presencia de otros cannabinoides o terpenos.

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Esta idea no es una teoría nueva. Se la conoce como “efecto séquito“, y sugiere que la mezcla de fitonutrientes genera un efecto más potente que la suma de sus partes.

Pensemos en una ensalada. Si le quitamos el aderezo, las nueces y las proteínas, sólo nos queda la espinaca. Esto lleva a una comida menos nutritiva que no logrará nuestros objetivos de salud. El mismo principio se aplica a la medicina cannábica.

Consideremos un estudio publicado en el 2018 que abordó este tema. En él, se intentó determinar si el aislado de THC o una preparación de droga de cannabis sería más eficaz para matar las células de cáncer de mama.

Lxs investigadores descubrieron que el preparado de droga de cannabis, que contenía la gama de cannabinoides y terpenos que se encuentran de forma natural en la planta cosechada, era más eficaz que el aislado de THC para causar apoptosis celular. Ésta es una manera elegante de decir que las células cancerosas comenzaron a matarse a sí mismas.

Este hallazgo demuestra la importancia de reconocer los preparados de cannabis de múltiples drogas cuando se investigan enfermedades complejas y heterogéneas, e incluso condiciones de salud mental.

Cómo presentar e interpretar con precisión la investigación sobre marihuana

Aunque el estudio de Lancet Psychiatry hace muchas cosas bien, sigue siendo un gran ejemplo de interpretaciones y presentaciones defectuosas de la investigación sobre la marihuana. Para interpretar verdaderamente los efectos del cannabis y presentar hallazgos confiables, es necesario tomar algunas medidas.

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1. Para evaluar rigurosamente el funcionamiento de los cannabinoides en un entorno clínico, es necesario que el cannabis sea fácilmente accesible en diversos preparados químicos para que lxs investigadores lo prueben. No cabe duda de que lxs científicxs que publicaron este estudio son increíblemente inteligentes. Pero para que proporcionen resultados más precisos sobre la marihuana, necesitan la flexibilidad necesaria para realizar investigaciones exhaustivas. Hoy en día siguen existiendo políticas restrictivas para la investigación de la marihuana. Dichas políticas deben actualizarse para permitir que lxs científicxs reúnan pruebas, sean capaces de evaluar todo el potencial terapéutico del cannabis y presenten información fiable.
2. Mientras lxs investigadores esperan el acceso abierto a la investigación de la marihuana, hay algo importante que pueden hacer. Pueden aprender cuán vital es la naturaleza multivariable del cannabis para el tratamiento de diversas afecciones. Aunque lxs investigadores sólo pueden examinar los aislados de THC y CBD, no pueden olvidar el efecto séquito. Tampoco pueden dejar de lado cómo interactúa con el sistema endocannabinoide, que funciona de manera radicalmente diferente a cualquier otra cosa en el cuerpo. Sin una comprensión profunda de este sistema biológico y sus vías de señalización, lxs científicxs seguirán analizando los aislados e insistiendo en su ineficacia, en lugar de centrarse en el resultado positivo que la naturaleza multivariante del cannabis puede tener en el cuerpo de las personas.
3. Independientemente de lo que lxs científicxs estén estudiando, deben considerar cómo presentan sus conclusiones. Lxs científicxs prudentes, por ejemplo, sólo podrían examinar el aislado de THC. Éste es un noble objetivo. Lxs investigadores deben estudiar las cosas de forma aislada. Sin embargo, si sólo estudian los aislados de THC, no deberían decir que la marihuana es o no es efectiva en el tratamiento de ciertas condiciones. Esa es una interpretación errónea. En lugar de extrapolar, lxs investigadores sólo deben hacer referencia a los cannabinoides específicos que fueron estudiados. Si observan el aislado de THC, sólo deberían hacer afirmaciones sobre ese cannabinoide en particular. No deberían usar frases hechas en sus trabajos; porque eso llevaría a una mala interpretación de sus investigaciones y confundiría a lxs consumidores y a los medios de comunicación.

A medida que el cannabis se haga más popular, lxs investigadores tendrán que realizar más estudios, y es esencial que así sea. Pero para disminuir la abundancia de desinformación y confusión, lxs investigadores de la marihuana deben asegurarse de utilizar el lenguaje correcto al interpretar sus resultados.

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De lo contrario, los titulares y las conversaciones continuarán restando importancia a los posibles efectos terapéuticos de la marihuana cuando no se hayan realizado suficientes investigaciones sobre toda la planta.

Vía Cannabis & Tech Today, traducido por El Planteo.

Foto por Matca Films

Publicación original: octubre 2020

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