NACH Habla de su Amor por Argentina: ‘El Público es Eufórico’

“Argentina es un lugar que siempre me ha llamado mucho la atención, porque es un lugar que veo muy cerca de España, a muchos niveles y al mismo tiempo geográficamente muy lejos”, reflexiona Nach en una entrevista exclusiva con El Planteo.

Pero su conexión con la tierra del tango, del fútbol y del mate es más profunda de lo que muchos podrían imaginar.

Nach y su Particular Relación con Buenos Aires

En un rincón apartado de un café porteño, con el murmullo de la ciudad de fondo, Nach revela detalles inéditos de su relación con Buenos Aires y su público argentino. El rapero no solo habla de música, sino que compartie anécdotas, sentimientos y recuerdos que, de alguna manera, tejen un puente entre España y Argentina.

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“Yo creo que en una época… esto no sé si lo sabe la gente, pero me quedé un mes a vivir en Buenos Aires después de un concierto”, comparte el artista. Esta decisión no fue fortuita. Después de un show, en lugar de seguir con su gira, Nach eligió sumergirse en la cultura porteña, recorriendo sus calles y conociendo su gente. “El conocer la ciudad, recorrerla sin que nadie me viera mucho y tal, para mí fue una forma de decir ‘esto es lo que me gusta de todo esto’. No estoy en una ciudad de paso, la estoy conociendo, estoy conociendo gente, estoy viviendo aquí gracias a que vine a hacer un concierto y decido quedarme un mes.”

Más allá de sus experiencias personales, lo que verdaderamente resalta es su relación con el público argentino. Según Nach, los conciertos en Buenos Aires tienen una magia especial. “Pues me genera muchas ganas de volver, porque los conciertos en Buenos Aires han sido siempre increíbles. La gente… ya sabes como es, no hace falta ni que te lo explique a ti ni a la gente. El público argentino es muy eufórico desde el primer momento te llevan arriba”, confiesa.

Esa euforia del público argentino, ese fervor que parece no tener fin, ha sido una constante en cada una de sus presentaciones en el país, que, con su pasión y su calor humano, ha dejado una marca indeleble en el corazón de este rapero.

Lidiando con el Estrellato

Pero no todo es música y anécdotas. En la charla, también hay espacio para reflexiones más profundas. Nach rememora sus inicios, aquellos días en que no imaginaba que acumularía tantos fanáticos al otro lado del Atlántico.

¿Cómo te sentís con este reconocimiento internacional del que gozas hace tanto tiempo? Alguna vez te imaginaste, cuando arrancabas a hacer música que ibas a venir a Argentina y la gente se iba a volver loca?

“Es increíble. La verdad es que es difícil ponerle palabras a todo eso, ¿no?”, dice. Sus palabras fluyen, recordando sus inicios humildes: “Siempre ha sido un chaval muy tranquilo, ahí en el barrio, con mis amigos, con mi gente, haciendo mi vida normal”. Es evidente que, a pesar de su éxito internacional, Nach mantiene sus raíces firmemente plantadas en el suelo.

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“Hay veces que estoy tumbado en la cama por la noche antes de dormir, miro al techo y digo ‘todo esto me ha pasado, todo esto he hecho todo. Esta es la onda expansiva de aquello que en mi escritorio empezó'”, reflexiona.

Sin embargo, a pesar de su estatura como artista internacional, Nach se mantiene humilde. “No voy por ahí, salgo a la calle y de repente es como, ‘Eh, que soy el p*to amo de Latinoamérica y me sigue un montón de gente. Eh, cuidadito que a ver quién me mira y quién no’. No voy así por la vida”, admite. Y aunque su vida ha cambiado en muchos aspectos, sigue buscando la simplicidad y la autenticidad en todo lo que hace.

A medida que la tarde avanza, el rapero va desgranando más detalles de su vida y carrera. Sus palabras, cargadas de sinceridad y emoción, eran la prueba viviente de que, más allá de la fama y los escenarios, sigue siendo un hombre genuino, con una pasión inquebrantable por su arte.

Antes de despedirse, Nach deja en el aire una promesa y una esperanza: “Y bueno, nos veremos en Buenos Aires.” Con esas palabras, Nach reafirma su compromiso con el público argentino, con esa ciudad que lo ha acogido con los brazos abiertos y con esa tierra que se ha convertido en su segunda casa.