Acru Habla de Todo: Nueva Banda, Disco en Proceso, Mirada de la Escena y su Futuro en el Freestyle

Marzo de 2019, Palermo. En medio del recital de Ayax y Prok, los españoles advierten que, entre el público, estaban Wos, campeón internacional de freestyle, Duki, el artista más pegado de Argentina, y Acru, el rapero que entroniza el prestigio y el respeto de la escena. Los gritos del público y la desesperación de los europeos fueron repartidos, pero con una especial deferencia hacia Acru. “Acruuu, Acruuu”, gritó el público. En ese gesto, un síntoma: Acru está en otro nivel.

Por estos días, el músico y freestyler Acru, alias de Agustín Cruz, anda contento, emocional, sensible: está por encarar su primera gira nacional con banda. “Una gira es un empujón muy lindo. Es una responsabilidad y un desafío. Salir a tocar de vuelta es súper interesante. Nos están recibiendo re bien”.

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Hacia adelante, un tendal de latitudes. Hacia adelante, Av. del Libertador 7395, el Estadio Obras Sanitarias, uno de los templos del rock.

“Cuando lo anunciamos fue una locura. Lo agotamos y es hermoso. Poder llegar ahí es un sueño, es algo súper especial”, cuenta.

Formato banda

En esta nueva aventura, el rapero dejará atrás su formato de DJ + MC para configurar su vuelta a los escenarios en formato banda: con Haze como DJ, Tomi Sainz en la batería, Mati Varela en el bajo y Facundo Cassetari en guitarra.

“Antes de la pandemia, tenía ganas de tocar con banda. Era el paso siguiente. Es un privilegio tocar con estos monstruos. Los encuentros fueron de a poco. Nos entendimos rápidamente. Tocó guardarse, se frenaron los shows. Hasta que se abrió y pudimos reencontrarnos. La verdad que fue increíble porque pudimos seguir con el trabajo. Apareció la posibilidad de Lunfardo Fest [con Veeyam y Urbanse] y la de ir a mostrar nuestro trabajo a distintas partes del país. Un éxito”, revuelve.

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—¿Cómo fue el Lunfardo Fest?

—Fue increíble, estuvo re bueno. Mucha gente estaba esperando un festival de rap. Hubo grandes artistas del rap tirando para el mismo lado. A nivel cultural, fue zarpado para que crezca la movida y que aparezcan más de estos festivales. Fue una fiesta, digamos. Estamos todos contentos. Estuvo cargado de emociones.

Nuevo disco

Así las cosas, tras la experiencia de tres “Throw Up Sessions”, de “Jugador del Año” (el tema oficial de la Liga Profesional de Fútbol, junto a Trueno y Bizarrap), de “Crudo” (su colaboración con Fernando Costa) y de “Distrito Cerrao” feat. Prok, Acru publicó “Dharma”, su nueva canción tras cuatro meses.

Y en paralelo, la creación de El Don, su tercer y próximo disco, tras El Origen y #Anonimato.

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—¿Qué significa El Don para vos?

—Es muy loco porque, en medio de todo esto que está pasando con mi música, miré a mis adentros. Creo que El Don simboliza una puerta hacia lugares nuevos, en distintos sentidos. Va a mostrar un poco hasta dónde puedo ir. Estoy muy contento. No cargo con el peso de quienes esperan a ver qué les pasará. Es algo que me pasa a mí. Es un trabajo súper personal. Estoy haciendo la mía desde un lado súper lindo.

—¿En qué momento de tu vida profesional te agarra la creación de El Don?

—Si bien no estoy publicando, tengo mucho trabajo adentro: unas 12 horas de ensayo diarias. Fue todo un año de curtirse de esa rigurosidad, de ese tiempo. Ahora lo tengo más incorporado. Estoy mucho mejor, en todo sentido. Hubo un laburo interno con este disco. Por suerte, se pudo estar en distintos lugares y todo eso estuvo re bien. Me hizo llegar a un nivel nuevo. Fue un proceso de ir amigándome con lo que estoy viviendo hoy en día.

La pregunta del millón: ¿y el freestyle?

Después de una larga ausencia en el plano competitivo del freestyle, Acru tuvo algunas aproximaciones durante el 2020: con mucha expectativa y un gran resultado, brindó una exhibición en la Freestyle Master Series, la liga de improvisación más importante del país, y pasó por la Red Bull: Batalla de los Gallos doméstica.

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—¿Te pesa todo lo que se pone en tus hombros cada vez que rapeás? ¿Sos consciente de ese “lugar de privilegio” que te ganaste en la escena?

—Durante mucho tiempo no tenía noción de ciertas cosas que pasaban conmigo. Siempre quería rapear mejor, andaba como caballo: mirando fijo. En los últimos años, el amor y el cariño fue creciendo. Trato de ocupar ese lugar con responsabilidad. No vivo con un peso, sí con una responsabilidad. Intento comunicarme con música, desde ese lugar. Creo que ese es mi juego, mi forma de encararlo. Estoy súper agradecido y trato de seguir trabajando. Y creciendo desde ese lado. Soy consciente de que tengo que fallar y acertar. Y que a futuro siempre voy a estar rapeando. El tiempo va a terminar de decir qué va a pasar conmigo y qué no. Y hasta dónde.

—De acá en adelante, ¿cómo te vas a manejar con el mundo del freestyle competitivo?

—Con el tiempo fui aprendiendo dónde pararme. Porque, durante un tiempo, no me encontraba. No pertenecía. Hoy todo es desde dónde elija pararme. Ahora, en mi mente está mi disco y mis presentaciones. Si llego a participar como competidor, jamás va a ser con la finalidad de construir una carrera. Serán contactos aislados, no creo que sea para salir en pos de los títulos. Obvio que, si uno va, quiere hacer las cosas bien.

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—Entonces, ¿te vas a seguir presentando en las batallas?

—Hoy en día, hay que descartar la idea de que voy a estar compitiendo por todos los títulos. Ojo, capaz que cambio. De esa forma me nace la idea de participar de la movida, parándome desde ese lugar. Hay muchos lugares que me encantan, pero también siento que no comparto algunas ideas de esos lugares. Todo dependerá de qué tan cómodo esté como para pararme frente a esa situación. Podría destinar todo al plano competitivo. Si yo participara 10 veces, me iría mejor. Pero si ensayara otras 10 veces, tocaría mejor. Entonces, no estoy dispuesto a dedicarle tanto tiempo a una situación competitiva de ese nivel.

Fotos: cortesía prensa