Conoce a Beneva, Empresa que Provee Tratamientos de Ibogaína y Ketamina para la Adicción en Brasil

Brasil ofrece ahora opciones de terapia psicodélica para las personas que se enfrentan a la adicción, todo en un entorno hospitalario.

Según información exclusiva, Beneva, una nueva marca de clínicas de terapia psicodélica lanzada por Bienstar Wellness Corp., ha comenzado a ofrecer sus tratamientos de psicoterapia asistida por ibogaína y ketamina en el país sudamericano.

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Esta empresa de salud mental integrativa -pionera en este tipo de terapias en la región- opera actualmente en el estado de São Paulo. Asimismo, se prepara para expandirse a otras ciudades latinoamericanas durante el próximo año.

Puedes encontrar información sobre Clínicas Beneva en https://clinicabeneva.com, enviando un email a acolhimento@clinicabeneva.com o via WhatsApp al +55 (14) 99659-7350

En las últimas décadas, tras un fuerte renacimiento de la investigación clínica en torno a la ibogaína y otras drogas que expanden la mente, las terapias asistidas por psicodélicos son cada vez más populares como alternativas viables para pacientes que no responden a los tratamientos convencionales.

La ibogaína es un alucinógeno producido originalmente por el arbusto de la iboga de África Occidental. Su aplicación se está investigando en el tratamiento de la adicción a los opiáceos y otras sustancias. La ketamina, por su parte, es una droga disociativa sintética que produce efectos similares a los psicodélicos. Aprobada originalmente como anestésico, la ketamina se utiliza actualmente para recuperar rápidamente a pacientes de estados agudos de depresión extrema o de ideación suicida.

El uso de ambas sustancias para tratar diferentes estados de salud mental está autorizado en Brasil, siempre que se realice bajo la debida supervisión médica y en un entorno hospitalario.

La ibogaína en el tratamiento de la adicción

La ibogaína es un alcaloide extraído de la corteza de la raíz de la Tabernanthe iboga. Dicho arbusto es originario de las selvas tropicales del Congo y Gabón y del delta del río Ogoue. Las primeras pruebas de su uso medicinal se remontan a hace 20.000 años, cuando comunidades pigmeas la utilizaban en rituales sagrados. Esta tradición se extiende hasta nuestros días, siendo fundamental en las ceremonias del movimiento religioso bwiti, que se extendió en la región en el siglo XIX.

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El mundo occidental no conoció su uso terapéutico hasta el siglo XX, con las investigaciones de Albert Schweitzer en los años ’30 y las de Howard Lotsof casi tres décadas después. Fue precisamente Lotsof quien en 1962 descubrió que la ingesta de esta sustancia puede producir efectos positivos en personas con adicción a los opiáceos, ya que contribuye a reducir los síntomas de abstinencia.

Esta serie de descubrimientos abrió las puertas a más investigaciones centradas en los efectos terapéuticos de la ibogaína en pacientes con dependencia a los opiáceos. Así, se acumularon pruebas científicas que confirmaban que la sustancia podía ser segura y eficaz en el tratamiento de esta afección.

Tratamiento con ibogaína en las clínicas de Beneva en Brasil

La administración de terapias asistidas con ibogaína por parte de Clínicas Beneva fue posible gracias a la reciente adquisición de BRC Saúde Mental e Terapias Assistidas en julio y a la contratación de su director, el Dr. Bruno Rasmussen Chaves, como director médico. Especialista en medicina clínica y gastroenterología, Rasmussen ha tratado a más de 2.000 personas con ibogaína en 27 años de actividad profesional. Trabaja con un equipo de psiquiatras y psicólogos altamente calificados para ofrecer tratamientos con rigor científico. Además, ha dirigido varias investigaciones sobre los efectos de la ibogaína en pacientes con trastornos de adicción, incluido un estudio observacional realizado sobre una muestra de 80 pacientes. Tal estudio demostró que el 70% de los sujetos consiguió permanecer al menos un año sin recaer en el consumo de drogas.

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“No es una cura milagrosa, pero cuando se utiliza con cuidado y con apoyo psicológico, es una valiosa alternativa de tratamiento para pacientes con adicciones graves que no obtienen resultados satisfactorios mediante otros enfoques”, indica Rasmussen, actual director médico de las clínicas Bienstar y Beneva.

Hay que tener en cuenta que la ibogaína no está prohibida en Brasil, aunque tampoco está totalmente registrada como medicamento convencional. Desde el 2013, Anvisa, la autoridad sanitaria de este país, permite legalmente la importación y el uso de este tipo de sustancia, siempre que sea para uso personal y el paciente tenga una prescripción médica. Además, un decreto del Estado de São Paulo del 2016, que fomenta la investigación científica contra el uso problemático de drogas, autoriza y regula el uso de la ibogaína para el tratamiento de la adicción bajo supervisión médica y en entornos hospitalarios.

Terapias asistidas por ketamina

Además de los tratamientos contra la adicción basados en la administración de ibogaína, Beneva ofrece diferentes tipos de terapias asistidas con ketamina. Para esto, cuenta con un equipo de anestesistas con amplia experiencia en la aplicación de ketamina intravenosa. Las infusiones de ketamina son, según estudios recientes, una opción rápida y segura para tratar la depresión resistente, la ideación suicida y el dolor crónico y agudo.

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Desde el 2013, Anvisa y el Consejo Regional de Medicina de São Paulo han autorizado el uso de la ketamina para estudios clínicos, siempre bajo un estricto protocolo. Además, han aprobado su uso como anestésico y como fármaco para tratar trastornos depresivos bajo supervisión médica y en entornos hospitalarios. Por ello, Beneva puede ofrecer estas terapias garantizando su seguridad y legalidad según el marco regulatorio brasileño.

Recientemente, la revista BJPSych Open publicó una revisión sistemática que informa sobre la eficacia de la ketamina, no sólo en el tratamiento de la depresión resistente al tratamiento, sino también como método para reducir los pensamientos suicidas. Este trabajo recoge una serie de investigaciones que demuestran la presencia de efectos antisuicidas casi inmediatos tras la administración de la sustancia, de mayor duración que los de otros fármacos administrados con ese fin. Así, concluye que la ketamina podría ser una buena alternativa para generar un rápido alivio en pacientes con ideación suicida y evitar que lleguen a la instancia de autolesión.

Vía Forbes, traducida por El Planteo.