IBOGAÍNA

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¿Qué Es la Ibogaína? El Psicodélico Disociativo que Podría Tratar Adicciones

Por Reality Sandwich

¿Qué Es la Ibogaína? El Psicodélico Disociativo que Podría Tratar Adicciones

✍ 21 February, 2024 - 09:18


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La ibogaína es un alcaloide psicoactivo de origen natural con propiedades psicodélicas únicas. Esta molécula psicodélica que se encuentra en algunas especies de plantas de la familia Apocynaceae, como la Tabernanthe iboga, la Voacanga africana y la Tabernaemontana undulata.

Sus efectos son significativamente diferentes a los de la mayoría de los psicodélicos más populares. Estas diferencias se deben a que la ibogaína también tiene propiedades disociativas además de un efecto psicodélico. Esto produce un efecto que la mayoría de lxs usuarixs describen como un estado onírico sin dejar de estar totalmente conscientes y atentos. Hay quienes creen que tal estado les ayuda a procesar traumas, adicciones y experiencias vitales en general. Las investigaciones preliminares relacionan la sustancia con ayudar a las personas a superar las adicciones a las drogas y al alcohol. Los ensayos clínicos todavía no han confirmado estos resultados.

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Cuando se consume, la ibogaína puede producir diferentes efectos en función de la cantidad consumida. En pequeñas cantidades produce un efecto estimulante. En dosis mayores, tiene propiedades psicodélicas y disociativas. Y crea un estado onírico vívido en el que la persona sigue siendo plenamente consciente. Los miembros de la religión Bwiti en África Occidental utilizan esta sustancia en ceremonias de sanación y como iniciación para nuevxs miembrxs.

De dónde viene la ibogaína

La forma más común de producir ibogaína es extrayéndola de las raíces del árbol Tabernanthe iboga. Los árboles de iboga son nativos del centro de África occidental, especialmente en Gabón, Camerún y el Congo. Las raíces y la corteza del arbusto iboga contienen aproximadamente un 4,8% de ibogaína y alrededor de un 1,2% de otros alcaloides indólicos como la ibogalina, la ibogamina y la tabernantina. Los frutos producidos por el arbusto no contienen ningún alcaloide psicoactivo.

Un nombre común para la ibogaína es iboga, debido a la planta. Sin embargo, esta denominación puede resultar confusa. La planta contiene otros alcaloides psicoactivos, lo que le da un efecto ligeramente diferente al de la ibogaína pura. Otros nombres que se refieren a la ibogaína son hierba amarga, hoja de Dios y Thie-pelakano.

Métodos de consumo y dosis

Hay dos formas principales de consumir ibogaína, ya sea en forma pura o en polvo de iboga molida. Las dosis entre estas dos formas varían mucho, ya que sólo hay un 1% de alcaloides psicoactivos en el polvo de iboga.

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En su forma pura, el polvo es blanco y tiene un sabor extremadamente amargo. El polvo de iboga es de color marrón claro porque el componente principal es la corteza y las raíces del árbol de la iboga.

Actualmente, la ibogaína no tiene una pauta de dosificación generalmente aceptada. Shulgin describe una dosis normal de ibogaína pura que ronda los 1.000 miligramos. Por su parte, The Manual For Ibogaine Therapy recomienda una dosis de entre 15 mg/kg y 20 mg/kg. Para un adulto medio que pesa 68 kg, o 150 libras, esto sería entre 1.020 miligramos y 1.360 miligramos.

Efectos de la ibogaína

Cuando se consume, la ibogaína produce un efecto psicodélico que se produce en dos fases distintas: la fase visionaria y la fase de introspección. La fase visionaria dura aproximadamente de cuatro a seis horas, dependiendo de la dosis tomada, y provoca un estado de conciencia claramente onírico. La fase de introspección causa los efectos terapéuticos que ayudan a las personas a superar sus traumas pasados, adicciones y eventos importantes de la vida.

Los efectos secundarios más comunes son:

  • Vómitos
  • Mareos
  • Diarrea
  • Presión arterial baja
  • Ritmo cardíaco lento
  • Dificultad para respirar
  • Ansiedad
  • Alucinaciones
  • Convulsiones
  • Parálisis temporal

Efectos adversos de la ibogaína

La ibogaína tiene el potencial de causar efectos adversos graves. Debido al efecto que tiene sobre el ritmo cardíaco del sujeto, cualquier condición cardíaca preexistente puede conllevar graves riesgos. Cualquier alteración de la función hepática o renal también puede ser peligrosa debido al esfuerzo que la ibogaína supone para estos órganos. Asimismo, puede exacerbar varias condiciones psiquiátricas.

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A pesar de los posibles efectos, se perfila como un tratamiento potencial para varias adicciones. Sin embargo, no atenúa los síntomas de abstinencia de las benzodiacepinas y el alcohol, que pueden ser potencialmente letales. También existe un grave riesgo en la forma en que la ibogaína interactúa con el uso de opiáceos. Puede potenciar los efectos de los opiáceos al aumentar su señalización, lo que conlleva un grave riesgo de sobredosis. El uso de ibogaína puede resultar mortal. La tasa de mortalidad actual por el uso de ibogaína se estima en 1 de cada 427 pacientes.

Farmacología

La ibogaína es una triptamina psicodélica con propiedades disociativas y antiadictivas. Una vez ingerida, se metaboliza en noribogaína por el hígado. La comunidad científica cree actualmente que la noribogaína es la responsable de la mayor parte de los beneficios duraderos de la ibogaína en el tratamiento de los problemas de abuso de sustancias. Esta creencia se debe al tiempo que estas sustancias permanecen en el cuerpo.

La ibogaína sólo tiene una vida media de aproximadamente una hora en el torrente sanguíneo de una persona, mientras que la noribogaína puede durar hasta un día entero. Las diferencias en la duración de estas sustancias también explicarían por qué muchxs usuarixs describen dos fases distintas en los efectos.

Seguridad y toxicidad

Ensayos recientes con ratones han determinado que la DL50 de la ibogaína es de 263 mg/kg de masa corporal y la noribogaína tiene una DL50 de 630 mg/kg de masa corporal. Aunque estas medidas ayudan a hacernos una idea de su toxicidad, no son fiables. Los humanos y las ratas tienen metabolismos diferentes.

A partir del 2019, se han reportado más de 30 muertes asociadas con la ingestión de ibogaína en la literatura científica publicada y revisada por pares. Entre 1989 y 2006, se informaron once muertes de 3.414 episodios de tratamiento con la sustancia.

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En general, el uso de la ibogaína con supervisión médica profesional se considera una forma segura de terapia psicodélica para la recuperación de adicciones. El Instituto Nacional de Salud financió ensayos preliminares para determinar si es una sustancia neurotóxica. Estos ensayos iniciales concluyeron que no tiene propiedades neurotóxicas, pero puede causar efectos graves para la salud en condiciones específicas.

Entre 1990 y 2008 se registraron 19 muertes asociadas al consumo de esta sustancia. Lxs científicxs creen que una serie de factores influyeron en estas muertes, incluyendo condiciones preexistentes y la combinación de otras sustancias. A pesar de las diversas condiciones que desempeñaron un papel en estas muertes, la ibogaína tiene una tasa de mortalidad similar a la de la metadona, que se utiliza actualmente para tratar las adicciones a los opiáceos.

Interacciones

Existen interacciones potencialmente peligrosas entre la ibogaína y otras sustancias:

  • Paroxetina o Paxil
  • Medicamentos anticolinérgicos
  • Cualquier medicamento que pueda causar un latido irregular del corazón
  • Medicamentos que inhiben la capacidad del hígado para descomponer otras sustancias
  • Medicamentos colinérgicos

Todas estas sustancias pueden provocar interacciones peligrosas que es mejor evitar.

Usos médicos y terapéuticos de la ibogaína

Actualmente, se están realizando estudios sobre el potencial de la ibogaína como tratamiento de las adicciones a diversas sustancias. Estos estudios sugieren que las propiedades antiadictivas provienen de los efectos introspectivos asociados a la sustancia, y de la forma en que actúa como agonista de varios receptores opiáceos e inhibidor de la recaptación de serotonina.

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Aunque existen riesgos asociados a la ibogaína, es una sustancia legalmente prescribible en varios países. Hay varias clínicas de tratamiento que ayudan a las personas a superar la adicción con la ayuda de esta sustancia. Estas clínicas realizan un examen previo de sus pacientes para detectar posibles interacciones que puedan causar riesgos para la salud y siguen un estricto conjunto de directrices médicas. El tratamiento en estas clínicas puede durar más de una semana para examinar a sus pacientes, administrarles la droga y proporcionarles apoyo para ayudarles a reflexionar e integrar lo que lx usuarix ha aprendido.

Historia

La ibogaína tiene una profunda historia entre los pueblos indígenas de África Central y Occidental. Los miembros de la religión Bwiti utilizaban la corteza y las raíces molidas del árbol de la iboga durante las ceremonias de sanación e incluso en la iniciación de nuevos miembros. En los últimos tiempos se están realizando estudios sobre su posible uso en el tratamiento de diversas adicciones, especialmente con opioides. Los estudios más recientes incluyen la búsqueda de derivados de la ibogaína sin los efectos psicodélicos que siguen actuando como agonistas de varios receptores opiáceos.

Usos indígenas

Los efectos psicotrópicos de la ibogaína fueron descubiertos por primera vez por la tribu de los pigmeos de África Central. Molían la corteza y las raíces del árbol de la iboga y la consumían para producir una experiencia psicodélica durante diversas ceremonias. La tribu pigmea transmitió estos conocimientos a la tribu bwiti, que integró su uso en su religión. Han utilizado partes molidas del árbol de la iboga en diversas ceremonias de sanación e iniciación de nuevos miembros.

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La tribu bwiti también transmitió sus conocimientos sobre las propiedades psicoactivas del árbol de la iboga a exploradores franceses que entraron en contacto por primera vez con su tribu. Estxs exploradores franceses trajeron a Europa partes del árbol de la iboga a finales del siglo XIX, e introdujeron la ibogaína en la cultura occidental por primera vez.

Descubrimiento de los efectos de la ibogaína en la adicción a los opioides

La investigación sobre el uso potencial de la ibogaína como tratamiento de las adicciones a diversas sustancias comenzó con Howard Lotsof. Lotsof descubrió accidentalmente las propiedades antiadictivas de la sustancia en 1962, cuando sólo tenía 19 años y luchaba contra una adicción a la heroína.

Posteriormente, fue autor de una amplia gama de trabajos de investigación sobre el uso potencial de la ibogaína como tratamiento para la adicción a los opioides e incluso recibió algunas patentes. Durante su tiempo de investigación, Lotsof promovió activamente los posibles usos médicos de esta sustancia y destacó la importancia de seguir investigando. Incluso fue autor de la Declaración de Derechos de los Pacientes de Ibogaína.

La 18-MC

Uno de los acontecimientos más importantes en el estudio reciente de la ibogaína es el descubrimiento de la 18-Metoxicoronaridina, o 18-MC. Stanley Glick y Martin Kuehne descubrieron esta molécula por primera vez en 1996 como un derivado sintético de la ibogaína.

La razón por la que el 18-MC es un descubrimiento tan importante es que contiene muchas de las propiedades positivas y antiadictivas de la ibogaína sin el efecto psicodélico asociado, los temblores, la disminución del ritmo cardíaco y la ataxia.

Usuarixs afirman haber superado sus adicciones al etanol, la morfina, la cocaína, la nicotina, la metanfetamina y los opiáceos tras el consumo de 18-MC. Incluso ayuda a superar la abstinencia de opiáceos debido a su efecto como agonista de varios receptores opiáceos.

La ibogaína pasó a ser ilegal en los Estados Unidos en 1970 por la Ley de Prevención y Control Integral del Abuso de Drogas, clasificada como alucinógeno de la Lista 1. Una sustancia de la Lista 1, para la DEA, no tiene un uso médico actualmente aceptado ni normas de seguridad bajo supervisión médica, pero sí un cierto potencial de abuso.

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En Brasil, Canadá, Nueva Zelanda y el Reino Unido, la ibogaína es un medicamento recetado. En Alemania es una sustancia no regulada. La ibogaína es ilegal en Suecia y Noruega. Ha sido despenalizada (junto con todas las drogas) en Portugal.

Preguntas comunes

¿Se degrada la ibogaína? ¿Cómo se almacena?

La ibogaína pura en forma de polvo es un compuesto extremadamente estable cuando se almacena en condiciones adecuadas y puede durar potencialmente de forma indefinida.

Sin embargo, cuando se almacena en una solución de agua o alcohol, se degrada a un ritmo rápido, potencialmente en sólo unos días.

La corteza o las raíces de iboga pueden enmohecerse y deteriorarse como cualquier otra madera. Si se seca y se almacena en un lugar fresco y oscuro, dura mucho más que si se moja o está en un ambiente cálido. Si se moja, puede enmohecerse y degradarse en el plazo de una semana.

Por ende, para obtener los mejores resultados, la ibogaína debe almacenarse en forma pura y sólida.

¿Qué aspecto tiene?

La ibogaína pura y sólida es un polvo blanco de sabor amargo. La corteza y las raíces de iboga molidas se convierten en un polvo marrón claro.

Vía Reality Sandwich, traducido y editado por El Planteo.

Foto por C Technical en Pexels

Publicación original: marzo 2021

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