Carlos Vives Avicanna

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Pasado Musical, Innovación Cannábica y ‘Comprar sin Ver’: Conocé a Carlos Vives Jr., Director de Genéticas de Avicanna

Por Hernán Panessi

Pasado Musical, Innovación Cannábica y 'Comprar sin Ver': Conocé a Carlos Vives Jr., Director de Genéticas de Avicanna

✍ 6 February, 2022 - 18:11

Hay una escena de Peter Pan en la que el niño eterno sobrevuela una islita pequeña con varias bahías alrededor. Son verdes, son bellas, se advierten mágicas. Salvando los detalles ficcionales, Santa Marta, en Colombia, luce un poco así: el Mar Caribe yace bajo un sol inmarcesible y, ahí, se emplazan unas playitas de fábula. Tras sus espaldas, las famosas Sierras Nevadas y unas concavidades desembocan en una bahía que bien podría ser un wallpaper de Windows: Carlos Vives Jr. vive, literalmente, en La Perla de las Américas y mira la vida, un poco, como Peter Pan.

Con una historia de más de 500 años de puro sol y florecimiento constante, durante mucho tiempo, Santa Marta recibió –sin paz- a corsarios, piratas y colonizadores. “Sólo los más varones y los más fuertes podían quedarse”, reconoce Carlos Vives Jr., que habita ese suelo y que, también, lo trabaja a diario.

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Por caso, desde el 15 de septiembre de 2018 se desempeña como el Director de Genéticas de Avicanna, una de las empresas de cannabis medicinal más importantes de la región.

Santa Marta, tierra de OGs

A ese territorio llegaron las grandes industrias de frutas y de los monocultivos de la época: tabaco, algodón, banano, palma. Inclusive, el café. Y, mucho más adelante, el cannabis. Allí, se asentaban en las montañas y en los platós de la sierras.

“Gracias a esas empresas tenemos infraestructura, un ferrocarril y conocimiento agronómico”, cuenta Vives Jr.

Así, en esa geografía que recibió la visita de la Gran Flota Blanca norteamericana, que sobrevivió con el negocio de las frutas y que supo teñirse de “wild wild west”, terminó por constituir un legado, una información sobre lo natural: “No cualquiera tiene esa herencia”, se ensancha.

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“Somos herederos de esas familias que estaban en la época marimbera de los ‘50 y los ’60, que se daban a la abundancia gracias al cannabis”, confiesa.

Y sigue: “Nosotros heredamos ese dedo verde de la época. Y ese conocimiento del uso de nuestras tierras. Los grandes cultivadores de ese entonces hoy son OGs”.

Miami me lo confirmó

Así las cosas, José Rafael López, socio fundador de Santa Marta Golden Hemp y Sativa Nativa (dos licencias donde Avicanna tiene participación), y Sergio Puerta, su partner, se aliaron con la familia Dávila Abondano (que con su firma, Daabon, se dedican al cultivo de palma y a la refinación de aceites y derivados, entre otras cosas) y crearon un proyecto dedicado al cannabis.

A partir de este nuevo negocio y con Avicanna enfocada en farmacéuticos, José Rafael convocó a Carlos Vives Jr. para sumar experiencia al departamento de genética. “Él necesitaba a una persona de confianza. A alguien que tenga experiencia, conexiones y pasiones. José me llamó para que yo fuera el curador del activo más importante de la empresa, que es su registro genético”.

Por caso, su background cannábico lo obtuvo en Miami, Estados Unidos. “Muchas personas dicen que el caldero de las mejores genéticas del mundo es La Florida. Gracias a los cubanos, dominicanos y boricuas que manejaban el verdadero OG Kush”, asoma.

A la sazón, vivir en La Florida significó una especie de safe haven y se convirtió, también, en su ventaja competitiva: lo que le sobra a Carlos es data que aprendió en el llano, en la calle y, siempre, escuchando a los mejores.

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De paladar fino, Carlos Vives Jr. se relacionó tempranamente al mundo del cannabis y su status social y cultural (es hijo del famosísimo cantante Carlos Vives) le dio un acceso no solo privilegiado sino, también, abundante. “Todas las semanas tenía diferentes tipos de genéticas en mi menú”.

A sus 28 años reconoce que esa información iniciática lo llevó a desarrollar una especie de súper poder: comprar sin mirar. “De chico, si olía bien, lo compraba. No hacía falta mirarlo. Desarrollé esa habilidad y esa fue mi escuela”, dice.

El cannabis en la vida profesional

En tanto, José Rafael López y Carlos Vives Jr. tuvieron un bautismo cannábico en el año 2012, cuando Carlos dejó Estados Unidos y se mudó a Colombia. “Estaba aburrido. Encontré una cultura cannábica muy atrasada. No estaba conforme pero tampoco cultivaba ni una sola planta. En Colombia tuve la necesidad de tener mi propia medicina. José entendía el negocio y yo era el apasionado. Es un trabajo en conjunto muy lindo que se gestó desde el conocimiento y del negocio”, desarrolla.

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Nacido en Puerto Rico, de padre samario y criado a puro mar y calor latino, el entusiasta Carlos se levanta a diario a las 5 de la mañana y viaja desde su casa unos 30 minutos hasta un corregimiento en las afueras de Santa Marta, en Bonda, un bosque seco tropical que entroniza la idea de “microclima”.

Enseguida, para las 6:30 comienza a hacer la ronda relevando las genéticas. Más tarde, en su segunda ronda, supervisa las naves donde se emplazan sus siembras comerciales. “Me encargo de los nuevos cruces”.

A propósito de su trabajo en Avicanna, Carlos Vives Jr. se explaya: “José y yo somos de los pocos en Sudamérica que usamos a gran escala, en una empresa pública y grande, una técnica de semillas feminizadas. Con eso, pudimos marcar un hito: producimos unas 70 millones de semillas de CBG. Si los Guinness World Records pudieran venir, comprobarían que fue una de las polinizaciones más grandes del mundo. Fue como validar nuestro trabajo”.

Tirarse al abismo, vivir el sueño

Físicamente, Santa Marta Golden Hemp posee tres enormes hectáreas, y Sativa Nativa otra más. Unas 200.000 plantas en total. Y, a propósito del negocio, que es sinuoso, complejo y de largo aliento, se muestra optimista: “Estamos viendo la luz al final del túnel. Acabamos de cerrar un trato por 2 millones de dólares con una empresa brasilera”.

¿Qué es lo mejor de tu trabajo?

—Poder levantarme cada día y no estar en un cubículo, sino al aire libre. Y que el trabajo me permita poder usar las manos y los pies. Poder caminar y estar con las plantas. Algunos me dicen “qué envidia tu trabajo”, pero uno no está afuera fumando porro ni tomando cerveza. Sin embargo, la misma energía que botan las plantas te meten en un estado de mantra. Cuando apago el carro, me bajo y entro a ese mundo, todo se queda atrás. Es un mundo aparte del normal. Los idiomas desaparecen  y todo es en pro de ellas. Me siento como el científico que trabaja en la cura de algo. Uno siente que está haciendo algo por primera vez, en un marco que nadie más pudo hacer.

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¿A qué te dedicabas antes de trabajar en el universo del cannabis?

—Cuando José me llamo yo era director de mercadeo del “emporio Vives”. Manejaba restaurantes, la “marca artista” y el sello discográfico. Todo estaba encaminado para que mi vida fuese otra. El cannabis siempre fue un hobby para mí. “Voy a ser productor de música”, pensaba. Y en eso estaba. Esa iba a ser mi vida. Y lo va a ser. Esta etapa me marcó más rápido. Pero como le dije a José: “Mi padre es artista, mi hermana es artista y yo soy productor. Eso nunca lo voy a dejar”. Voy a aprovechar el momento.

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De hecho, cuando José lo convocó para dar este vuelco profesional hacia Avicanna, Carlos Vives Jr. no pegó un ojo en dos semanas. Tampoco pudo meter un bocado. “Era como tirarme al abismo. No era nada seguro”, reconoce.

Es más: Carlos se considera a sí mismo como un enemigo de los cambios. Pero, aún así, la oportunidad de convertirse en “pionero” lo tentó. “¿Por qué no ser ‘el otro Carlos Vives’? Y cuando digan mi nombre piensen: ‘¿el cantante o el genetista?’ Quiero ser al cannabis lo que mi padre es a la música. Con mi genética, con mis bancos, con mi trabajo”, sueña.

Fotos cortesía

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ACERCA DEL AUTOR

Hernán Panessi, editor periodístico en El Planteo, es un periodista especializado en cultura joven. Escribe en las revistas InfoTechnology, Rolling Stone, THC y Lento. Además, en Página/12, El Planeta Urbano, El Cronista y en el periódico uruguayo La Diaria. Colaboró para Revista Ñ, Clarín, La Nación, La Cosa, Playboy, Haciendo Cine, Billboard, Los Inrockuptibles, Forbes, VICEBenzinga, High Times y Yahoo, entre otros.

Hernán escribió los libros Porno Argento! Historia del cine nacional Triple X, Periodismo pop, Una puerta que se abre y Rock en Español. Fue docente en el Centro Cultural Rojas (UBA) donde dictó talleres de periodismo. Además, es programador de la sección VHS del Festival Internacional de Cine de Valdivia, en Chile.

Conduce FAN, programa periodístico sobre cultura, sociedad y vida moderna. Por su parte, también condujo en las FM Delta 90.3 y Nacional Rock 93.7. Asimismo, fue columnista en La Once Diez y Metro 95.1.