‘Sin Semillas, No Hay Historia’: Conocé a CriaCann, la Primera Asociación de Breeders de América Latina

Semillas que germinan, crecen, fructifican y se reproducen indefinidamente. Semillas que se ensanchan con el destino. Semillas que son salud, semillas que son más que semillas. CriaCann, la primera agrupación de breeders de semillas en Latinoamérica, se formó con el fin de visibilizar el laborioso y exhaustivo trabajo que hay a propósito de la crianza cannábica en Argentina.

¿Qué es un breeder? En pocas palabras, un criador de variedades genéticas de semillas. “Hoy en día, hay una situación que está sucediendo en la calle y es que mucha gente está siendo estafada con un mercado de semillas”, embiste rápidamente Pablo Valenzuela, presidente de la agrupación.

Ante la ausencia de una regulación, durante mucho tiempo el mercado de las semillas se emplazó en una especie de limbo y muchas personas terminaron perdiendo dinero, tiempo, esperanzas y hasta su medicina.

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Bajo este escenario, un convoy de entusiastas de la cultura cannábica se organizó con el fin de salir a dar pelea en las regulaciones y, así, convertir su afición y conocimiento en una fuente de trabajo. Además, fundamentalmente, lograr que las personas puedan acceder a semillas de calidad.

Lo explica Valenzuela: “Nuestro fin es lograr regulaciones favorables en materia de la semilla de cannabis y su crianza defendiendo a los pequeños y medianos productores. Es poder ser la voz representativa de todos aquellos que vienen realizando trabajos de crianza desde las sombras y que, luego de una regulación, puedan ejercer su pasión como una fuente de trabajo digno”.

Las bases

Por su parte, CriaCann está conformada por un grupo de cultivadores que vienen dedicándose hace años al universo de la cultura cannábica. Entre ellos hay ingenieros agrónomos, abogados, dueños de grows, vendedores de productos para cultivo y demás.

“Somos un gran grupo humano con mucho entusiasmo y con muchas ganas de trabajar en conjunto”, sostiene.

A propósito de las flamantes medidas oficiales que habilitan al registro de variedades de cannabis, desde CriaCann consideran que es “un gran paso y que, además, demuestra el interés por parte del gobierno por dejar de demonizar la planta”.

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Continúa Valenzuela: “Por otro lado, esta resolución solo refiere al uso medicinal del cannabis y, en los tiempos que corren, ya no podemos dejar de mencionar que hay un gran sector de la sociedad que utiliza a la planta de forma adulta y responsable ya sea para su consumo lúdico/terapéutico o recreativo. Y ante eso es que seguiremos reclamando que el cannabis sea libre para todos sus usos y formas”.

—Con estas medidas, ¿queda todavía un mercado ilegal?

—Hasta que la planta no sea regulada para todos sus usos, siempre va a haber un mercado ilegal. Más aún en un país como Argentina, en el que el uso social de la planta está tan establecido. Hoy por hoy es común ir a una reunión social y ver que alguien se enciende un cigarrillo de cannabis y quizás ese alguien ni fuma tabaco ni toma alcohol. Entonces, la sociedad, más aún los jóvenes, ya cambiaron ese paradigma. Solo faltan las regulaciones que tan bien le van a hacer a un país que económicamente viene en picada.

Ideas que germinan

En la actualidad, en el ámbito de los cultivadores nóveles, hay una creciente demanda de semillas y, también, hay un notable interés por aprender a hacer semillas de calidad. “Por eso, ese interés, sumado a que ya no es fácil el ingreso de genéticas desde el exterior, hizo que el mercado se llene de oportunistas”.

Sin embargo, en este nuevo escenario también se están vislumbrando trabajos de buena calidad y hechos a conciencia.

“Por otro lado, no quiero dejar de mencionar la solidaridad de los cultivadores de cannabis que constantemente donan su trabajo, ya sea en forma de semillas o en forma de esquejes para todos aquellos que quieran acceder al mundo del cannabis tanto medicinal como recreativo”, cuenta el presidente.

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“De eso se trata nuestra cultura cannábica: de ayudar compartiendo conocimiento, material genético y contención”, sigue.

A la sazón, la mayoría de los integrantes de CriaCann se formaron en los foros cannábicos y, más tarde, se entrelazaron a través de las redes sociales. Allí, intercambiaron experiencias, información y hasta material genético. Fueron años de observación, de transferencia de valor, de aprendizaje, de sumar material bibliográfico, de mejoramiento genético y de mucho, mucho más.

—¿Cuáles son las conquistas que faltan en el mundo cannábico?

—Ver al cannabis libre para todos sus usos. Es solo una planta.

—¿Qué opinión les merece el cannabis recreativo?

—Las regulaciones en materia de cannabis medicinal que están saliendo son muy importantes y un gran logro. Pero el “uso recreativo” o “uso adulto y responsable”, como preferimos llamarlo, ya es parte de nuestra sociedad. Por ende, también queremos que haya regulaciones al respecto. Nosotros lo comparamos con las cervecerías artesanales, por ejemplo.

Sin semilla, no hay historia

Entretanto, en medio de sus instancias iniciales, CriaCann aún está configurando y dándole forma a sus redes sociales. Por estos días, es posible sumarse y enviar inquietudes a través de su Instagram.

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Así las cosas, entre sus proyectos primarios, están comenzando a articular con agentes de INASE, del Reprocann y con distintas organizaciones cannábicas.

“Primero, para conseguir permisos para cultivos de investigación, para comenzar con los trámites pertinentes en el registro de variedades. Y, luego, para lograr la figura de ‘criador’ en el Reprocann”, detalla.

Desde ahí, entonces, buscan seguir trabajando en conjunto para lograr todas las regulaciones necesarias para que su sector sea finalmente reconocido. “Sin semilla, no hay historia”, proclama Valenzuela.

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