¿Debería el Cannabis Legal Pagar Impuestos Según su Potencia?

La industria del cannabis legal está en auge en la mayoría de los lugares donde se permite su venta.

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En la mayor parte de los países donde el cannabis es legal, la industria se limita sólo al cannabis medicinal. Después de todo, sólo Uruguay y Canadá permiten la venta recreativa a nivel nacional.

Por supuesto, algunas zonas de Estados Unidos también permiten la venta legal de cannabis recreativo, pero no en todo el país.

Nueva Zelanda estuvo a punto de convertirse en el tercer país en legalizar el cannabis recreativo en 2020 con una medida de legalización en la boleta electoral. Lamentablemente, la medida fue rechazada por lxs votantes.

Este año, un nuevo puñado de países podría legalizar el cannabis. México e Israel parecen estar casi seguros de poder legalizar el cannabis en 2021, y algunos otros países también desean seguir sus pasos.

Un área que es de particular interés para lxs legisladores de todo el mundo es la recaudación ante los impuestos del cannabis.

Varias formas de tributar el cannabis

La generación de ingresos fiscales es una gran razón por la que muchxs legisladores apoyan la legalización del cannabis, para bien o para mal. En un mundo perfecto, todxs lxs legisladores estarían en el lado correcto de la historia. Sin embargo, no es ningún secreto que muchxs parecen estar motivadxs en gran medida por el dinero.

Gravar el cannabis y generar ingresos para las instituciones públicas es también un gran argumento para las personas que podrían estar indecisas en cuanto a la legalización del cannabis.

Los impuestos sobre el cannabis pueden adoptar muchas formas, siendo la más popular un impuesto en la caja registradora. El impuesto legal sobre las ventas de cannabis es la forma más sencilla de aplicar y hacer un seguimiento de los impuestos sobre el cannabis.

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Cuando alguien compra cannabis, paga un ‘X’ por ciento de impuestos sobre el precio de compra, y esos impuestos se destinan a una jurisdicción determinada.

Otra forma de gravar el cannabis es hacerlo por peso, aunque esa no es necesariamente una forma equitativa de gravar el cannabis porque no todo el cannabis es de la misma calidad, lo que plantea una pregunta: ¿se debería gravar al cannabis por su potencia?

La potencia como base de los impuestos

En los círculos políticos se está planteando un nuevo modelo para gravar el cannabis, que consiste en gravar el cannabis por su potencia. El concepto general es sencillo, ya que cuanto mayor sea la potencia del cannabis, mayor será el tipo impositivo.

A partir de ahí, puede complicarse un poco la cuestión de qué tipo impositivo establecer para cada rango de potencia y quién soporta la carga de los impuestos. ¿Es lx productorx, lx vendedorx y/o lx consumidorx quien paga el impuesto?

Sería un cambio importante respecto a los impuestos sobre la venta de cannabis legal, ya que muchxs consumidores compran en lxs minoristas según el porcentaje de THC más alto.

Ese hábito de “caza de THC” de lxs consumidores incentiva a lxs cultivadores a buscar los resultados de laboratorio con el mayor porcentaje de THC, incluso si el contenido de THC que figura en el paquete no es consistente con la realidad.

Gravar el cannabis legal en función de su potencia podría desincentivar la búsqueda de los resultados de las pruebas y la compra basada únicamente en el porcentaje de THC.

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Dado que cada vez más jurisdicciones de todo el mundo exploran modelos de tributación, el modelo de gravado por porcentaje de THC podría llegar a convertirse en un enfoque fiscal internacional común.

Vía Cannabis & Tech Today, traducido por El Planteo.

Foto por Paweł Czerwiński vía Unsplash