Vanguardia Científica: Investigadores Argentinos Descubren un Potencial Antiviral Contra el Dengue
No le vamos a dar muchas vueltas al asunto: aguante CONICET (y la investigación pública), orgullo nacional. Resulta que, hoy, ahora, porque siempre tienen cucardas para colgarse, científicos argentinos identificaron compuestos de plantas de la familia de las dalias y el girasol que podrían inhibir la multiplicación del virus del dengue. Argentina, una vez más, se posiciona como referente global en hallazgos científicos.
“Las plantas producen distintos compuestos que pueden tener actividad biológica. Esta familia está aportando eso: compuestos que potencialmente tengan una actividad antiviral, y es justo lo que estamos viendo”, adelanta Mariel Wagner, becaria doctoral de la Universidad de Buenos Aires (UBA) en el departamento de Química Biológica de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (FCEyN) y una de las referentes de esta investigación.
“Algunos de los compuestos presentes en esta familia logran inhibir in vitro al virus del dengue”, continúa. Se trata de plantas argentinas recolectadas en Catamarca, Entre Ríos y Buenos Aires, y específicamente hablamos de la Acmella bellidioides, la Campuloclinium macrocephalum, la Grindelia pulchella, la Grindelia chiloensis, la Helenium radiatum y la Viguiera tuberosa.
Un antiviral contra el dengue: los hallazgos científicos
Entretanto, el trabajo consta de varios equipos interdisciplinarios de investigación (la otra célula la coordina la Dra. Valeria Sülsen). Por caso, estos teams (que los completan los profesionales Claudia Sepúlveda, Jimeba Borgo, Orlando Elso, Cecilia Laurella, Mariana Selener, María Clavin, Hernán Bach, César Catalán y Augusto Bivona) comenzaron a investigar hace más de 10 años cómo funciona la infección con dengue, cómo se comporta dentro de la célula y cuáles podrían ser los tratamientos posibles.
“Hasta el momento, hicimos una caracterización general de compuestos y extractos. Queda todavía mucho por estudiar, como su comportamiento frente a los otros serotipos de dengue o cómo es que inhibe al virus”, explica Wagner.
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El próximo paso, entonces, requiere continuar con la caracterización. Es decir, probar estos extractos contra otros serotipos de dengue y también contra otros virus como el Zika o el virus de la fiebre amarilla. Una vez que se avance en ese sentido, lo siguiente será buscar un modelo animal para poder probar qué pasa in vivo porque “puede cambiar mucho la actividad”.
El único detalle: es difícil encontrar un modelo animal para poder continuar con etapas pre-clínicas. “Lo importante es que, mientras más opciones hallemos, más cerca estaremos de encontrar una terapia efectiva contra la enfermedad”.
A la sazón, los distintos serotipos se comportan de manera diferente y es difícil predecir si van a funcionar de la misma forma o similar. “En principio sabemos que están inhibiendo al ‘dengue 2’, que es el serotipo que suele dar los cuadros más graves y eso es alentador”.
El camino de la investigación que busca una cura para el virus del dengue
Ahora bien, ¿de este hallazgo podrían salir medicamentos farmacéuticos? “Tenemos un gran camino por recorrer para llegar a eso. Hay que estudiar formulaciones y si los compuestos funcionan in vivo. Son muchos los pasos a seguir pero este es el primer paso de la cadena”, desgrana la becaria.
Yendo hacia un rigor técnico, identificando la importancia de los antivirales, Wagner dice que “los virus tienen la particularidad de usar la maquinaria celular para multiplicarse, lo que hace muy difícil encontrar compuestos capaces de inhibirlos sin afectar a las células, sin que sean tóxicos, y, además, los antibióticos que tomamos normalmente para enfermedades bacterianas no sirven para combatirlos”.
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De hecho, hay muchas enfermedades causadas por virus, de las cuales muchas presentan cuadros graves y pueden causar la muerte, y se requieren terapias específicas para poder tratarlas. “Un ejemplo muy claro de la importancia de los antivirales son los antirretrovirales. Su uso permite que las personas portadoras de VIH no tengan virus detectable en sangre y puedan llevar una vida normal”.
La importancia del CONICET
En épocas donde se cuestiona el rol de la investigación, este tipo de hallazgos subrayan la importancia de organismos como el CONICET y del lugar de valor que tiene la investigación pública.
En ese sentido, la becaria asegura que “la mayoría de estas investigaciones a nivel mundial son llevadas a cabo por organizaciones públicas, y las industrias farmacéuticas suelen interesarse cuando pasan a la etapa clínica”.
Y haciendo close up concretamente a enfermedades como el dengue, que son propias de esta región, instituciones públicas como CONICET son las que hacen los mayores aportes para resolver las problemáticas, dilemas y vicisitudes que conllevan.
“La investigación pública, el CONICET, entre otros institutos, basan muchas de sus investigaciones en resolver problemáticas de la región. Problemas muy importantes para nuestra sociedad, que capitales privados no están interesados en investir porque entienden que son menos rentables, pero que resultan fundamentales para mejorar la calidad de vida de la población”, se ensancha Wagner.
Por estos días, además, el laboratorio de virología donde trabaja la becaria también está abocado a investigar algunas otras enfermedades virales, como también buscando antivirales contra el virus respiratorio sincicial, el herpes y el virus Junín, entre otros. “Por eso es importante que sigamos invirtiendo en ciencia”.
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