Exclusiva: Francisco Echarren, Presidente de ARICCAME Habla de Cannabis, Empleo y Desarrollo en Argentina
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Cuando de cannabis se trata, el cogollo puede taparnos el bosque. Suena extraño, cuando no disparatado, afirmar que, en efecto, el cultivo de cannabis legal responde a muchos de los problemas centrales de la Argentina, como la generación de divisas, el desempleo, el desarrollo sustentable, el arraigo rural y el ascenso social.
¿Cómo no sentirnos así? Cuando el USD, la inflación y la precarización laboral copan la agenda mediática. ¿Qué tiene que ver el cannabis con el presente de la Argentina? Y ¿En qué le sirve a la juventud que se legalice el cannabis? Son algunas de las preguntas más comunes.
Entonces, ¿Para qué regular el cannabis? Para Francisco Echarren, presidente de la flamante ARICCAME, la agencia federal encargada de regular la cadena de valor del cannabis medicinal y el cáñamo industrial, el cannabis “es un commodity exportable que puede generar divisas para nuestro país, dinamizando las economías regionales y los municipios”.
Una respuesta al interior del país
De gestión municipal, Echarren conoce y mucho, durante más de 10 años se desempeñó como intendente de la localidad bonaerense de Castelli, donde ya existe un proyecto productivo de cannabis.
Echarren explicó que la regulación de la cadena de valor del cannabis está siendo pensada fundamentalmente para el interior del país, donde el empleo a menudo escasea. Asimismo, adelantó que el cannabis direccionará inversiones hacia la modernización de las cadenas de valor de bienes primarios como las flores, la fruta y las hortalizas, entre otras.
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En esta nueva etapa como presidente de la Agencia, Francisco Echarren junto al directorio de la ARICCAME, busca crear “un organismo ágil y eficiente, con una ventanilla única que le facilite la vida a los productores, a los cultivadores, a las pymes, a las cooperativas y a los empresarios”.
La Agencia funcionará de manera descentralizada en la órbita de la Secretaría de Industria y Desarrollo Productivo del Ministerio de Economía y tendrá competencia para controlar y emitir las autorizaciones administrativas con respecto al uso de la planta de semillas del cannabis y de sus productos derivados.
La idea de la ARICCAME se engarza en un plan de política pública más amplio que responde a problemas estructurales de la Argentina. Además de asegurar la provisión de cannabis seguro para pacientes argentinos, la agencia tiene la titánica tarea de fundar una nueva industria nacional y traer certidumbre a los actores de la cadena.
“El ministro de Economía, Segio Massa, nos pidió una agencia eficiente. Se está pensando en próximamente anunciar alivios fiscales para incentivar esta actividad y créditos para la industria. En el Directorio de la Agencia hay representantes de la Secretaría de Agricultura, del Ministerio de Seguridad, de Salud y de Ciencia y Tecnología, tenemos una mirada integral sobre un mismo tema y tenemos que construir el equilibrio para darle respuestas concretas a la gente,” dijo Echarren.
“Me encontré con muchísimas pymes que generan 30 o 40 puestos de trabajo directos en un escenario de incertidumbre. Hoy, con la agencia y la reglamentación que vamos a publicar, se va a generar un escenario de certidumbre, con lo cual creo que el crecimiento se va a acelerar de una manera importante,” agregó Echarren.
De un intendente a otro: ‘El cannabis es una oportunidad’
Francisco Echarren conoce los desafíos de la gestión a nivel local. Por eso aconseja a otros en su lugar dejar de lado los preconceptos y reconocer el potencial laboral y de transferencia tecnológica que trae aparejada la industria.
“Sin dudas el cannabis es una oportunidad, y una política pública que requiere planificación y continuidad. Debemos ponerla arriba de la mesa para que los productores, los industriales, y los jóvenes tengan, nuevas oportunidades de negocio y de empleo calificado,” explicó Echarren.
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“Los intendentes somos muy pragmáticos, hablo con muchos que me preguntan si esto puede ser una oportunidad para sus pueblos y yo les recuerdo que eso ya sucedió. Que el cáñamo en la Argentina se exportaba ya en 1908, y que fue la dictadura militar la que terminó con una industria más que generaba empleo,” continuó el ahora funcionario nacional.
Asimismo, explicó de manera sencilla que las ventajas de la Argentina en el mercado mundial del cannabis son claras. En términos comparativos, el clima, el suelo, los recursos humanos, genéticos y costos, sumados a la escala del complejo biotecnológico argentino, pintan un paisaje alentador para la inversión productiva.
“La Argentina tiene una gran oportunidad a nivel municipal y regional, las provincias tienen una gran oportunidad y también la nación argentina tiene la oportunidad de convertirse en líder regional de un cultivo cuya demanda en el mundo va en aumento,” sumó Echarren en sintonía con las estimaciones de mercado que no prevén ni por asomo, una caída de la demanda mundial.
Campo, industria y más
A menudo en Argentina cuando se debaten las vías al Desarrollo se suele caer en una grieta inútil, a saber, si debe ser el campo el motor de la economía o debe ser la industria, blanco o negro, todo binario, a veces nos perdemos en este debate.
Afortunadamente, el cannabis encadena todo, industria, campo, comercio minorista, e industrias complementarias tienen lugar en su cadena de valor.
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“El cannabis y el cáñamo industrial tiene un componente tecnológico científico que le da valor agregado, pero también tiene un montón de insumos que hoy no se producen en la Argentina y que rápidamente hay que sustituir, no solo porque tenemos un mercado interno fuerte, sino también para apoyar la gestión del Ministro de Economía Sergio Massa,” explicó Echarren y recordó que el cannabis se relaciona también con el USD.
Explicó que la sustitución de importaciones ayuda a fortalecer las reservas del país y genera trabajo en el mercado interno. “Todos los insumos que necesite la industria del cáñamo industrial y del cannabis medicinal se van a dejar de importar y se va a empezar a fabricar en Argentina. Así evitamos pagar insumos importados en USD”, aclaró.
El tema de las licencias
Tras conocerse la conformación de la Agencia y la asignación de presupuesto del Ministerio de Economía, una pregunta colmó los chats de WhatsApp del mundo cannábico. “¿Sabes algo de las licencias?” y “¿Vamos a poder cultivar legalmente?” ya son tendencia.
Entonces, ¿qué sabemos de la reglamentación del cannabis argentino?
“Creo que hay un nodo muy importante que es la reglamentación, que va a dar certidumbre, es lo que el sector está esperando. El tema de las habilitaciones, las licencias, cómo van a ser los controles, aspectos que hacen a la funcionalidad de la agencia. Estimamos que pronto vamos a tener una reglamentación. Hay distintos puntos de vista, algunos sectores que consideran que sería mejor tener licencias muy limitadas, otros licencias abiertas y criterios mixtos,” cuenta Echarren.
Considera que las regulaciones deberán atender a la complejidad de la actividad que se pretenda desarrollar. “Los requisitos dependerán del nivel de complejidad de la actividad que la empresa o la cooperativa quiera desarrollar”.
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“Hay muchísimas opciones, junto con el directorio tenemos una visión muy clara de esto, que es generar las mejores condiciones para que se desarrolle la industria. Tenemos que trabajar fuertemente para adecuar la licencia a la reglamentación y alinearlo con lo que quiere Sergio Massa, que es generar crecimiento económico, generar empleo, generar oportunidades con un Estado ágil, eficiente y que realmente acompañe e incentive al que invierte,” concluyó Francisco Echarren.
Salud pública
El Dr. Marcelo Morante, Vicepresidente de la Agencia agregó que la ARICCAME “articula distintos procesos” de investigación en ciencia y tecnología, y sobre todo de salud pública.
“Como profesor universitario pienso en el cannabis como una herramienta terapéutica que tiene que tener determinadas características, que sirva para pacientes vulnerables. Para esto los procesos de calidad son fundamentales y es ahí donde se hace presente el Estado”, dijo Morante y aclaró que al estar vigente todavía la legislación penal aún hay presos por cannabis y que “estar preso también es un problema de salud”.
“Tiene que haber una mirada más amplia sobre lo que es un proceso de la enfermedad. Argentina tiene que dar ese gran paso y que los Ministerios sean parte de este directorio es fundamental,” dijo Morante.
El caso uruguayo
Morante destacó que Uruguay dio un paso fundamental al legalizar el cannabis de uso adulto en 2013 y dijo que de esa experiencia se puede aprender mucho. Asimismo, explicó que, si bien el país logró consolidar un sistema de expendio a través de farmacias, “también existieron dificultades, como las estructuras de costos”.
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“Hay costos que hay que resolver en nuestros países para que no sean una barrera. A través de laboratorios públicos podemos certificar buenas prácticas de cultivo, y de manufactura con nuestros propios agentes. Algunas certificaciones hacen finalmente el producto inaccesible y volvemos a caer en el mercado desregulado. Me parece que esta agencia tiene que tener esa mirada articular de cara a una industria nacional. Tenemos lo necesario para tener un producto de calidad”, deslizó Morante.
Por último, el profesor de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNLP, calificó la reglamentación del cannabis argentino como “un ejercicio de convivencia entre legislaciones”, que debe permitir el desarrollo soberano.
“Como profesor universitario creo que la clave está ahí, en las universidades nacionales. Donde se encuentra la ciencia con las humanidades para dar forma a políticas públicas sensibles que den respuestas a problemas concretos,” cerró Morante.
Foto: cortesía de Francisco Echarren
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