Conocé a Katra, el MC Marplatense que se Inspiró en The Warriors y Busca Coronarse en FMS Argentina

Muchas veces, por nuestra vida pasan objetos culturales, personas, situaciones o momentos que nos marcan. Y que comprimen en sí mismos un tendal de contraseñas que irán develándose. Tal vez enseguida, tal vez de a poco o, tal vez, no lo hagan nunca. A Gonzalo Tarillo le pasó súbitamente mientras jugaba a The Warriors, un videojuego de PlayStation 2 basado en la indestructible película de Walter Hill. Esa Nueva York pandillera le tocó una fibra. De alguna manera, lo sacudió.

“Quiero salir a pintar paredes”, se dijo Katra, alias rapero de Tarillo, una de las más grandes sorpresas del freestyle profesional argentino, cuando apenas juntaba 11 años.

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Con sus amiguitos, que andaban en la misma vibra porque también se sacudían al The Warriors y al Def Jam: Fight For NY (el videojuego de lucha callejera protagonizado por puros raperos), se les dio por comprar unas latas de pintura y tirar unos tags por su barrio, en Mar del Plata. Le mentían a sus padres y salían a patear la calle. “Sabíamos que el grafiti tenía que ver con el hip hop, pero no sabíamos exactamente qué”.

La fecha que permanece debajo de su piel

Tiempo después, en el año 2012, empezó a rapear. “Hubo una competencia de freestyle en la Mitre, el 15 de enero de 2012, no me olvido más”.

Y esa fecha gravita con su propio peso en la vida de Katra porque no sólo es el día de su debut, sino que es el mismo día en que su madre dejó de fumar para siempre. “Yo le pedí eso de regalo de cumpleaños y nunca más tocó un pucho”, cuenta. Por estos días, se cumple una década exacta desde que comenzó a rapear. “El 15 de enero también es el cumple de Dybbuk, es una fecha patria en mi casa”. ¿Dybbuk? Para eso falta todavía.

Hasta el día de esa competencia, Gonzalo no había tirado una rima en su vida. Un amigo lo anotó en la compe y, hábil con los berretines, se las arregló con un punchline que aún recuerda: “Para vos un MC es el que labura en McDonald’s”.

Perdió en primera ronda pero, al otro día, ya estaba anotado en otra competencia. Algo grande se estaba gestando dentro de sus tripas.

Llegaron los viajes a Miramar para participar de sus compes, fueron tiempos de entender la ingeniería verbal del freestyle. Y llegó, también, su primera crew: Catarsis Klan, con quienes pintaban throw ups y bombas, de camino a las competencias de improvisación.

Así, entre 2013 y 2014 se gestó una iniciática etapa amateur, en la que llegó a ganar su primera regional, la A Cara de Perro, junto a Skars, venciendo en la final a Papo y Danyelus.

Asimismo, con apenas 15 años, clasificaron a su primera nacional -también con Skars- y terminaron de subcampeones frente a Underdann y Silar. “Fue en Tecnópolis y, para bien o para mal, me marcó mucho. Encontrarme en un hotel muy lindo. Más allá de no estar viendo un peso, te sentías re ganado”, recuerda.

Lo mejor y lo peor de la calle

Para 2014, su año de crecimiento, ostentó un record de invicto en plazas de Mar del Plata: 35 competencias al hilo. Su irrupción en el freestyle competitivo marplatense coincide con un momento de transición de la ciudad, donde los mejores dejaron de competir y los MCs poderosos abandonaron su fase doméstica y saltaron a instancias nacionales.

La escalada de victorias siguió con una frecuencia interesante. Incluso, en 2015, se llevó la A Cara de Perro Junior, una competencia sub-18. Era su segunda nacional y su primer triunfo grande: “Le gané a Shecka en la final, también en Tecnópolis”.

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En este punto, aquel momento del joven Katra tomó una senda tumultuosa, que le mancilló el ego, su cabeza y la manera en la que se relacionaba con la gente. Llegó lo peor de la calle, cierta oscuridad, los consumos problemáticos. Y eso, en suma, lo afectó, lo corrió del foco. Su realidad quedó alterada: deformada.

“Uno a veces, a edades tempranas, no sabe decir que ‘no’”.

Años de palo y palo (y un freno)

Para 2016, Katra se encontraba en el pico de su nivel. “Fue mi mejor año”. Ganó las 6 Batallas de Mente que hicieron en la Costa Atlántica. Sentía que volaba, que estaba en lo más alto de su viaje.

Entró a BDM, a Big Bang Internacional y a Red Bull: Batalla de los Gallos. Tuvo una revancha contra Underdann, perdió contra Klan y levantó anécdotas y travesuras que todavía recuerda con cariño.

En 2017, Katra ya estaba haciendo presencia en eventos a cambio de algo de plata. Llegaron nuevos viajes, una visita a Uruguay, las Ego Fest, una recordada batalla contra el español Khan. “Me consideré como una promesa a la que siempre le faltó esa compe en la que un día se me dé”.

De ese tiempo, un recuerdo: “Estando en la The Fucking King de Córdoba, una noche nos fuimos de joda con varios de los competidores. De pronto, se armó un cypher con Wos tirando beat y Skone rapeando. Y yo, que estaba bastante ebrio, me metí a rapear y tiré una rima que decía ‘la pelota la domino, como Cholo Guiñazú’. De pronto, todos me empujan, se rompe una botella y el dueño de la casa me aparta. Creí que me cagarían a piñas porque el Cholo Guiñazú era ídolo en Talleres y podían ser todos de Belgrano. Y no, el pibe me dice ‘sos un culiadazo’ y me regala la remera de la T. Fue una perlita que me quedó de ese viaje”.

Sin embargo, su cabeza venía con matetes y dudas, enarbolando decisiones  y destinos. Hasta que el 20 de agosto de 2018, Katra decidió retirarse después de perder contra Dozer en una Primera Línea. “No estaba contento. No entendía que tenía que laburarlo todos los días”, devela.

Al margen de la actividad rapera, Gonzalo empezó a estudiar derecho en la universidad. Y, para despuntar el vicio, le daba una mano a Infranich, entrenador de raperos profesionales. “Nos juntábamos con Infra y Nexo, que es un amigo. En ese momento, yo estaba alejándome de mi consumo problemático y Nexo estaba atravesando un duelo. Experimentábamos con Infranich y nos usaba de ‘conejillo de indias’”.

Un horizonte que asoma

Pero no se aguantó. Como andaba tirado de plata, ese 2018 se anotó únicamente en una competencia que entregaba dinero a medida que se avanzaba de ronda. “Ahí nos cruzamos con Dybbuk, nos tocó competir juntos y compartimos el premio. Esas actitudes forjaron una amistad”.

En la actualidad, junto a Dybbuk, MC del oeste del Gran Buenos Aires, tienen un dúo: #DuplaBardo, con el que hacen canciones duras y bien raperas. En pocas palabras, Dybbuk se convirtió en uno de sus mejores amigos.

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Volvamos. Katra continuó metiendo materias de abogacía hasta que, en octubre de 2019, pegó la vuelta. Fue en la Nevermind, una competencia organizada en un antro marplatense y cuyo premio eran u$s 100 dólares. No tenía un mango y esa plata le podía dar un poco de oxígeno.

“Me había tocado rapear con las temáticas maratón, peligro y muelle. Y dije: ‘Es una maratón, el muelle, homie. Hoy corrés peligro, como Alfonsina Storni’. Cuando clavé esa, explotó todo”. Al salir, le escribió un largo mensaje a Infranich. “Es una lástima que vos no compitas”, le respondió el entrenador. Eso reavivó un fuego interno. “Yo te escuché y sé de qué sos capaz. Estás para campeón del mundo”, insistió.

—¿Te ves como campeón del mundo?

—No sé si es lo que quiero. Estoy abocado en formar una buena imagen y quiero representar a la mayor cantidad de gente posible. Que me banquen en la que haga. Y que la gente conecte con cualquier tipo de arte. Si en el trayecto salgo campeón del mundo, estoy trabajando para eso. Pero cuando Infranich me dijo aquello, se me despertó una ambición. Por eso volví a competir. Volví a pisar las plazas de Mardel. Fue un arranque muy prometedor.

Pero el camino no siempre es hacia adelante, sino que también es sinuoso.

“En enero de 2020 fui a competir a Pinamar y lo hice muy pero muy mal. En medio de una discusión, Infranich me dice: ‘¿sabés cuál es tu problema? Que mañana te llevo a Santiago Bernabéu y clavás dos goles, pero si tenés que ir a la cancha de Almirante Brown te cagás en las patas. A vos te falta hambre’. Y eso me mató”.

Esa discusión, en ese momento de su vida, lo enderezó. El freestyle se convirtió en un trabajo y esa ambición, en un motor. “Me hace pensar que yo también puedo. Estar en el lugar y en el momento indicado, también depende de estar en un montón de lugares. Mi hermano me dijo: ‘la suerte te tiene que agarrar laburando’”.

De aquí en adelante: freestyle será sólo sinónimo de trabajo

Compitió en la Stromberg Summer Tour, dejó la carrera de abogacía y viajó junto a su familia a Brasil. Pero llegó la pandemia, la incertidumbre, el umbral de disquisiciones mentales.

El inicio de la cuarentena estricta lo agarró en tierras brasileras, con apenas un celular y el Discord, la plataforma de videollamadas que usó el under para organizar competencias y zafar ese mientras tanto. “Fue un momento de reencontrarme fuertemente con el rap”. Y ahí comenzó una etapa virtual, en la que sumó muchísimos puntos.

“Según el sitio Freestyle KO, en 2020 tuve el mejor porcentaje de victorias del mundo”, se ensancha. “Se dio así”.

Con la pandemia echándose paso, siguió entrenando con Infranich y ese grupo de trabajo terminó de amalgamar los intereses que compartía con Dybukk. Compraron un beat, Dybbuk viajó a Mardel y grabaron los primeros temas de #DuplaBardo.

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Más tarde, con la presencialidad, participó de la Baller Brand y de Titanes de la Costa, que se llevó su amigo Dybbuk.

Y, por muchas razones, el 2021 fue una montaña rusa de emociones para Katra.

Idas y venidas de un ascenso inesperado

“Estuve de novio desde 2018 hasta marzo de 2021. Ella me ayudó mucho en el proceso de volver. Con los viajes se generaron conflictos en la pareja. Y yo prioricé mi laburo y terminé alejándome de la relación. Fue como el primer choque entre la vida raperística y mi propia vida”, dice.

Y continúa: “Terminé esa relación. Tuve momentos turbulentos. Después llegó otra relación, que terminó siendo una transición. Fui a la Actitud Freestyle y la gané. Fue la primera competencia nacional que gané en mi vida. Hubo unos batallones y en la final le gané a Jaff”.

Por caso, entre los puntos cosechados por competencias online vía Discord y los torneos presenciales en los que arrasó, Katra terminó el ascenso de la Freestyle Master Series, la liga de improvisación más importante del planeta, en el quinto lugar.

Pero todo este esfuerzo, toda esta sangre y toda esta ristra de kilómetros, fueron para que su vida profesional engordara. Para confirmar que sí se lo merecía y que esa era, también, la oportunidad que tanto buscaba.

Sin embargo, los demás también juegan: Naista, Larrix y Zaina ascendieron derecho. Tata, después de campeonar en Red Bull: Batalla de los Gallos, y Katra, que andaba volviendo pero cebadísimo, arañaron el top.

Y casi como un deus ex machina, como esas soluciones mágicas obras de Dios o de vaya a saber quién, después de decirle al organizador de eventos Nicolás Gentile que tal vez, oootra vez, fuese a dar un paso al costado (al menos del ascenso), recibió una llamada.

—[Ring, ring] Sí, ¿quién es? –dice.

Katra venía de consagrarse campeón de Koliseo Freestyle, en Necochea, y de enterarse que, junto a #DuplaBardo, habían cerrado sus primeras fechas en Azul, San Justo y Berazategui. Llegaba el debut en vivo de su proyecto musical, se apagaba su ilusión del próximo ascenso: competir es, también, gastar plata en pasajes de acá para allá, de allá para acá.

—Soy Santi Orellana, de Urban Roosters. Hay un torneo clasificatorio para FMS entre los mejores del ascenso y queremos que estés –le responden.

Junto a Dybbuk levantaron la Copa Camet 2 vs 2 y Katra empezó a sentir que todo esto era una especie de señal divina. “Amo tanto lo que hago. Tengo mi vida en juego acá”.

El Torneo Clasificatorio se convirtió en una nueva oportunidad, en una chance para culminar una temporada que venía desde lo virtual y que lo necesitaba on point, en su mejor versión.

“Le volví a hablar a Infranich y fue como Daniel San reencontrándose con el Señor Miyagi”, asegura. “Vos sabés lo que tenés que hacer”, le respondió Infranich. Pero, ¿qué tenía que hacer? Manejar con elegancia dos versiones de sí mismo. Una, para los escenarios; otra, para las plazas. “Los puntos están en los escenarios, pero los cupos están en las plazas”, cuenta en una especie de enseñanza para las nuevas generaciones de MCs.

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Llegó el día del Torneo Clasificatorio, la competencia que reviviría cual Fénix a alguno de los MCs que quedaron acariciando lo más alto de la tabla del ascenso del FMS. ¿Los nombres? Todos pesados: Tata, Wordplay, Replik, Jesse Pungaz, Mito, Jaff, su amigo Dybbuk y el mismo Katra.

“Uno en el camarín siente la energía del campeón. Pero ese día no estaba tan clara”, desliza.

El aire se podía cortar con cuchillo. La tensión flotaba, los nervios afloraban. Cada uno nadaba en su propia laguna de ilusiones. Nadie quiso rapear para ablandar la situación. “Me puse a rapear en un cypher y nunca lo hice tan mal”. Sorpresa y más tensiones.

“Me tomé una medida de whisky con Speed, que es como mi cábala antes de los eventos, y cuando subí al minuto de presentación sentí que tenía con qué, que podía ascender”.

Abajo Mito, abajo Jaff y abajo Tata: Katra se convirtió en el nuevo ascendido a la FMS. “Fue muy emocionante para mí. Fue la segunda vez que escuché llorar a mi hermano en mi vida. Mis productores, mis amigos y mi familia se pusieron muy contentos”.

Bienvenido, Katra, a las grandes ligas

Así las cosas, el debut en FMS sería en pocas semanas y la primera batalla lo toparía contra el poderoso Stuart, último campeón de la liga.

“Nunca había competido contra él. Fue un debut soñado”. En tanto, en su primera fecha en FMS, venció a Stuart y quedó rápidamente en la punta de la tabla.

En la segunda fecha, se trenzó contra Klan, en el Estadio Obras. “Cuando salí a rapear, lagrimeé. Porque es el lugar de donde nunca tendría que haberme ido”, se emociona. Luego de una batalla dinámica y rapera, Klan se llevó la victoria pero Katra le arañó unos puntos al último campeón de Red Bull: Batalla de los Gallos.

Dos fechas, dos presentaciones impecables para el debutante. “Aún me falta mucho por demostrar. Pero sé que el que no confiaba, no sé si ahora se hizo fan, pero seguro hoy dice ‘eu, este tiene algo’”.

—¿Y te ves como campeón de FMS Argentina?

—No lo sé, pero sí me veo participando en FMS Internacional. Me veo llegando con chances y peleando hasta el final, en la Argentina. Me veo peleando el título desde atrás, en búsqueda de la heroica. Creo que voy a hacer una buena campaña. Siento que me puedo parar en cualquier escenario y nos vamos a cagar a guantazos. El otro, limpio no se va a ir. No me acuerdo la última vez que perdí unánime una batalla. Yo trato de contagiar un estilo aguerrido. Me le paré de igual a igual a dos campeones. Ya me siento un campeón, ahora tengo que ir a buscar el titulo.

Cannabis recreativo y medicinal

A sus 23 años, Katra consume cannabis de forma recreativa y considera que “la marihuana es la sustancia menos dañina de todas las que conozco”.

De su boca: “Incluso, más allá de si es la menos dañina, es la más benévola para el contexto social. Estamos viviendo tiempos de cambio, de mucho, todo, ¡ya! De mucho estímulo todo el tiempo, de mucho stress y agresividad. El alcohol aviva todo eso. El porro, todo lo contrario”.

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Katra, que fuma para bajar sus niveles de ansiedad, recuerda una frase del rapero norteamericano Snoop Dogg: “Ponés a 10 personas en una habitación con alcohol y seguro habrá una pelea. Ponés a los mismos con porro y seguro se harán todos amigos” [sic].

Asimismo, el MC marplatense marca una distancia sideral entre el alcohol y el porro para uso recreativo: “Si bien cada uno elige con qué envenenarse, es menos veneno que tu veneno legal”.

Y a nivel medicinal, probó algún aceite de cannabis que le menguó sus nervios. “Lo recomiendo mucho, fundamentalmente a gente grande. Y lo recomiendo más que todas esas pastillas de mierda”, cierra.

Fotos por Facu Suárez y Jota De