El ‘Narco-Michi’ de Costa Rica: Un Gato, una Cárcel, Drogas y una Gestión de Película

Un suceso que parece de película: un gato blanco con manchas negras —bien apodado por la sociedad “el narco-michi”— fue interceptado en Costa Rica mientras intentaba ingresar drogas al Centro Institucional de Pococí, en la provincia de Limón, informó Morbo.

Según El Mundo, el felino llevaba adheridos a su cuerpo 235 gramos de marihuana y 67 gramos de crack, y fue avistado por un oficial de vigilancia en la zona verde del penal, quien notó un abultamiento en su pelaje y alertó a sus compañeros.

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Tras la captura, los oficiales descubrieron que el gato tenía envueltos en tela adhesiva los paquetes con droga, además de dos pliegos de papel para armar. Según confirmaron las autoridades penitenciarias, el animal fue entregado al Servicio Nacional de Salud Animal (SENASA), donde se encuentra a resguardo y en buen estado.

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En cuanto a los autores del delito, las autoridades del penal se encuentran incrementando sus medidas de seguridad, al tiempo que están revisando las grabaciones de las cámaras de seguridad para identificar a quienes fueron responsables de entrenar y utilizar al gato en esta operación de contrabando.

“La Policía Penitenciaria procedió con el decomiso de la droga para el trámite respectivo mientras que se realizó la coordinación correspondiente con SENASA para la atención del gato”, expresó el Ministerio. El gatito, al menos esta vez, tuvo un final feliz.

Una larga relación entre el narcotráfico y los gatos (y otros animales)

Este insólito incidente ya fue visto en Costa Rica. En 2018, otro gato fue interceptado en la cárcel de La Reforma con marihuana y teléfonos móviles colgados del cuello. Situaciones similares ocurrieron en 2021 en las cárceles Jorge Arturo Montero y Nelson Mandela, donde felinos fueron utilizados para introducir drogas y dispositivos electrónicos.

Pero no son solo gatitos y no es solo en Costa Rica. El uso de animales como “mulas” en el narcotráfico es, tristemente, bastante común. En países como Panamá, Nicaragua, Argentina y Brasil se han registrado casos similares, donde gatos, palomas y ratones han sido utilizados para transportar drogas a las cárceles.

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Estas tácticas demuestran como crece la creatividad y el ingenio dentro del narcotráfico, evitando los controles y burlando los sistemas de seguridad establecidos.

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