Brasil: Este Proyecto de Ley Ignora la Efectividad de la Reducción de Daños y Propone Limitarla

La propuesta que se discute en la Cámara de Diputados fue presentada por Coronel Meira (PL-PE), que tergiversa el concepto de reducción de daños al implicar que la estrategia sirve para incentivar el consumo de drogas.

El proyecto de ley 1340/23, en análisis por la Cámara de Diputados, modifica la Ley de Drogas (11.343/2006) y determina que el poder público sólo deberá destinar recursos para las políticas de reducción de daños cuando haya un estudio previo de impacto, monitoreo continuo e informe de resultados con la anotación de responsabilidad técnica.

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“Tenemos serias dudas sobre si las medidas de reducción de daños pueden producir buenos resultados. Del mismo modo, estamos seguros de que cuando se disocian de otras medidas que tienen como objetivo posibilitar el abandono del uso de drogas, acaban siendo sólo estímulos para este uso”, dijeron lxs diputados en una nota de la Agencia Câmara de Notícias.

Según Harm Reduction International, la reducción de daños abarca políticas, programas y prácticas basadas en la justicia y los derechos humanos. “Se centra en el cambio positivo y en trabajar con las personas sin juzgarlas, coaccionarlas, discriminarlas o exigirles que dejen de usar drogas como condición previa para recibir apoyo”, explica la organización en su sitio web.

En Brasil, las estrategias para minimizar los daños sociales y sanitarios derivados del consumo de alcohol y otras drogas están garantizadas por la Ordenanza nº 1028, de 1 de julio de 2005. La Ordenanza responsabiliza al Ministerio de Salud de proporcionar medidas de atención sanitaria integral, practicadas con respeto, a las necesidades del público destinatario y de la comunidad, sin intervenir necesariamente en la oferta o el consumo. La atención integral debe brindarse mediante información, educación y asesoramiento, asistencia social y provisión de insumos de protección de la salud.

A pesar de ello, el país tiene la peor política de drogas del mundo, según el Índice Global de Políticas de Drogas, un índice que documentó, midió y comparó las políticas de drogas a nivel nacional de 30 países en 2021.

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El índice se compone de 75 indicadores de políticas a través de cinco dimensiones: ausencia de respuestas extremas, proporcionalidad del sistema de justicia penal, salud y reducción de daños, acceso a medicamentos controlados y desarrollo. Cada país recibe una puntuación global de 0 a 100, que muestra en qué medida sus políticas sobre drogas y su aplicación se ajustan a los principios de derechos humanos, salud y desarrollo de la ONU. En la clasificación de los países incluidos en el índice, Brasil ocupa el último lugar, por detrás de países como Afganistán, uno de los países más pobres del mundo, con un Producto Bruto Interno (PBI) per cápita 13 veces inferior al de Brasil, y Mozambique, que tiene uno de los peores Índices de Desarrollo Humano (IDH) del planeta.

En cuanto a la reducción de daños, el estudio señala que la financiación de este tipo de servicios sólo se considera adecuada en cinco de los 30 países incluidos en el índice. El acceso a los servicios de reducción de daños se considera especialmente restringido en la inmensa mayoría de los países para las personas discriminadas por motivos de etnia, identidad de género y orientación sexual.

Vía Smoke Buddies, traducido por El Planteo

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