Cultivo, Turismo y Producción: Merlo Abraza el Desarrollo del Cannabis con Sierra Cultiva

Carga eléctrica, ionización negativa, energía positiva. La ciudad de Merlo es reconocida por contar con uno de los pocos microclimas en el mundo: efectos sanadores, confort para asmáticos, gancho para turistas. Y ahora, en simultáneo, la lucha de los activistas cannábicos de la región configura una nueva oportunidad para engordar los atractivos turísticos y productivos del lugar.

Así las cosas, en una histórica casa de la ciudad se lleva adelante Sierra Cultiva, el primer encuentro serrano de cultivadores de San Luis.

Pero cómo son las cosas que allí, exactamente allí, en el año 1952 se puso en marcha una usina hidroeléctrica que proveía de energía a los alrededores. Y dicen las leyendas que, en este mismo lugar, pero mucho, mucho más atrás, se tejieron todas las fábulas elementales de esta geografía.

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Y cómo son las cosas que hoy, exactamente ahora, en ese preciso enclave funciona El Rincón de Virginia, un petitero restaurante de montaña y casa de té que da cobijo a Sierra Cultiva, el primer evento de su especie en la ciudad. Otro punto de partida, mismo sitio. Porque en la historia (y en todo lo demás también) todo tiene que ver con todo.

Sierra Cultiva, el evento en cuestión y la excusa inmejorable para disfrutar de esta tibia tarde de abril acompasada de música, charlas y degustación cannábica, congrega a unas 200 personas –entre profesionales de la salud, activistas, cultivadores, empresarios, funcionarios y familias- en búsqueda de información y constitución de nuevos lazos.

Nueva tendencia

Tras un camino de ripio y una recepción con cintitas, el matiz verde e inconfundible de una versión remixada de “I Wanna Love You” de Bob Marley cortesía de la DJ Nat Hilgen sirve de bienvenida. Apenas es mediodía en este patio de ensueño donde expositores y stands se mezclan y entremezclan. La entrada al lugar cuesta unos $2000 pesos argentinos.

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Vuela el humo, giran los abrazos y el periodista de El Planteo Nicolás J. Rodríguez se relame porque, en apenas un rato, se despachará con un conversatorio sobre turismo cannábico y marca de denominación de origen puntana.

“Este tipo de eventos visibiliza una tendencia hacia la regulación integral del cannabis”, asoma el abogado Juan Palomino Uriarte, uno de los invitados principales del Sierra Cultiva. Su charla sobre derecho cannábico y nuevos paradigmas del cannabis es una de las más esperadas por el público del lugar.

Visibilizar problemáticas

Se divisan stands de Kief, Cocos de Autor, Biocanna Lab, Silver River Seeds, Coco Loco Grow Shop, entre otros. Por ahí, el periodista y conductor de radio Dany Jiménez se prepara para una transmisión especial en Vorterix en connivencia con su repetidora local.

“Este evento ayuda a visibilizar la problemática. Es un punto de partida para contemplar lo recreativo también. El mayor porcentaje de personas se acercó por lo recreativo. Queremos ponerlo en la mesa de discusión. Entiendo que la salud es lo prioritario, pero hay que sumar al recreativo y dejarnos de sentirnos como delincuentes. Hay que cambiar ese paradigma”, dice Jiménez a El Planteo.

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Dentro del salón de El Rincón de Virginia y afuera de la bulla y las volutas cannábicas, Eliseo Mercau, heredero de la familia Mercau (figuras indispensables de la ciudad) y abuelo de Virgina (la dueña del lugar), confiesa que si bien no consume marihuana, sí la cultiva. “Yo no me asusto”, embiste el hombre nacido en Cerro de Oro hace unos 80 años.

“Arranco las plantas y las regalo a quien las necesite. No hago manicurado. Por otro lado, este evento sirve para terminar con la boludez del que consume es un ‘fumón’. Derrite ese preconcepto”, continúa Mercau.

Mientras tanto, en el escenario de charlas, el agrónomo Santiago Lusquiños conversa sobre cáñamo e industrias relacionadas. Allí, otorga algunas coordenadas de lo que será Expo Cáñamo, la exposición que se llevará adelante del 2 al 4 de septiembre en Villa Mercedes, San Luis.

Rutas hacia una marca puntana de cannabis

Avanza el mediodía y varios de los presentes hacen fila para comprar algo para comer. Una pizza de masa madre cuesta $800, una pizza de cordero y mozzarella $1100, un sánguche de salchicha parrillera $700, un sánguche vegetariano $700, unos nachos $ 500, un wrap de pollo y espinaca $800.

Al costado, sentados sobre unos fardos de pasto, un grupo de adultos mayores apura unos nachos con queso y, más allá, el equipo de Vorterix se manduca una pizza.

En el escenario, el periodista Nicolás J. Rodríguez regala algunas pistas para configurar una ruta hacia una marca puntana de cannabis. Suenan acordes en vivo de la banda Gitanes del Swing (virtuosismo, jazz y juventud) y el activista y cocinero “Colibrí”, de Sweet Pacha, se entusiasma porque en un rato presentará unos (s)ahumados de trucha y cordero.

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“Tienen aroma y mística”, completa. “Este (s)ahumado se hace con 70% de maderas de damasco, peral y manzano y un 30% de tallos de marihuana y cogollos. Tiene cero psicoactividad”, avisa. ¿Qué otorga, entonces? “Aroma y presencia”, asegura el joven.

Desde los parlantes se escucha “El Ritmo de la Vida” de Lo’ Pibitos y Julián Kartún y la chef Virginia se arremanga el delantal para dar una charla sobre ahumados, cocina y productos autóctonos.

“Trabajamos productos de arroyos y sierras”, avisa. Y sigue, mientras raya un coco y lo echa encima de una suculenta pizza de mozzarella: “La comida cannábica no tiene que ver con el brownie loco, nomás. El cannabis nos va a dar medicina y nuevos sabores”.

En vías de desarrollo

Cerca de la puerta del predio y lejos del ruido, el agrónomo Santiago Lusquiño de Expo Cáñamo asegura que “el cáñamo va a ser el gran transformador de la Argentina”. Los presentes miran con atención y más de uno se enlista para ajustar calendarios y estar presente en la cita cañamera de septiembre.

El sonar de unos tambores tribales marca una especie de transición en la tarde y Orlando Rodríguez, de la marca de sustratos TerraCuyo y organizador del evento, se muestra feliz por cómo se está desarrollando Sierra Cultiva, su primera experiencia de este estilo.

El convite se ensancha con una charla del joven Colibrí a propósito de conectar proyectos cannábicos y, al toque, Juan Palomino Uriarte acapara la atención con su claridad y su docencia natural.

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Entretanto, Juan Álvarez Pinto, intendente de la Villa de Merlo, se pasea junto a un grupo de colaboradores y conversa con El Planteo: “El cultivo de cannabis medicinal es una posibilidad interesante. Es una temática en la que hay que incursionar”, asegura. Y mete quinta: “Estamos en vías de desarrollo y, hoy, estamos muy contentos de poder acompañar a este evento”.

Se corta la luz, baja el sol y también la temperatura. Con mirada cómplice y con la satisfacción del éxito deslizándose entre sus dedos, Orlando Rodríguez y los suyos ya planean una segunda edición de Sierra Cultiva. “Estamos para hacer otra en unos meses, ¿no?”

Fotos por Eliseo Freyre