Chile en la Encrucijada: ¿Qué Significa la Llegada de Kast para el Futuro del Cannabis?
¡No te pierdas ni una noticia! Suscríbete a nuestra newsletter GRATUITA y súmate a nuestro canal de Telegram o canal de WhatsApp.
Anuncia en El Planteo, el medio cannábico más leído en el mundo de habla hispana.
Síguenos en redes sociales para más contenido exclusivo: Instagram // Facebook // Twitter
Tiempo nuevo en la política chilena. Después de atravesar el balotaje en el que venció a la candidata Jeannette Jara por 58% a 41%, el presidente electo José Antonio Kast supone otro hito en la alternancia chilena: una sociedad que no teme en ir de izquierda a derecha, de derecha a izquierda. Ahora bien, ¿cómo quedan las agendas progresistas de cara al nuevo gobierno? ¿Cuál es su posición histórica con respecto al cannabis y sus luchas? ¿Las discusiones ríspidas, como las que podría generar la regulación del cannabis, se suspenden hasta nuevo aviso o se vislumbran nuevas oportunidades?
A lo largo del tiempo, las declaraciones de José Antonio Kast muestran una postura profundamente ambigua con respecto al cannabis. En el año 2016, Kast afirmó que “la legalización de la marihuana sería una catástrofe social”. Un año después, en 2017, señaló que no tenía problemas con el cannabis medicinal, siempre que estuviera estrictamente controlado por el Instituto de Salud Pública. Incluso, durante ese mismo período, llegó a decir que, para mayores de 23 años, cada persona podía “hacer lo que quisiera”.
¿Te parece importante esta información? Sólo con tu ayuda podemos seguir hablando de cannabis y psicodélicos con responsabilidad y sin estigmas. Apóyanos desde USD 2 al mes. Clic aquí.
Sin embargo, en 2019 sostuvo que “la marihuana es una droga que destruye vidas, familias y nuestra sociedad”. “Esta falta de coherencia no es un detalle menor: cuando una persona gobierna, la ambigüedad se traduce en inseguridad jurídica y en decisiones que afectan directamente la vida de pacientes y usuarios. Más allá de las frases, lo que preocupa es que no existe una visión clara de regulación basada en evidencia científica y derechos humanos”, reflexiona la diputada Ana María Gazmuri, activista por la legalización del uso terapéutico del cannabis, a propósito de la llegada de Kast al poder.
Durante la campaña presidencial, el discurso se centró principalmente en la seguridad. Y los derechos quedaron afuera del debate durante este período. “No fuimos una prioridad para un gobierno que prometió el cese de la criminalización y de la persecución a los usuarios de cannabis, menos aún lo seremos para el próximo gobierno”, devela Muy Paola, directora de Santiago Verde y activista cannábica.
Por ahora, no hay señales de qué hará el gobierno de Kast con respecto al cannabis: ni positivas, ni negativas. Apenas algunas especulaciones. “El cannabis es un tema que no existe dentro de sus propuestas. Es un ni siquiera le interesa conversar. Él está muy enfocado en temas de gran narcotráfico. Todo muy ‘macro’, en términos de economía y seguridad. Por lo tanto, el uso del cannabis o el porte o lo que tenga que ver con usuarios cotidianos, no creo que esté dentro ni de su más mínima prioridad”, confiesa Bernardita Ruffinelli, periodista y comediante.
Por su parte, José Antonio Kast es un hombre de profundas convicciones religiosas y pertenece a la congregación de Schoenstatt, un movimiento católico conservador fundado por el Padre José Kentenich en Alemania, centrado en la devoción a la Virgen María. Entonces, ¿qué hará con un tema que aún provoca discusión en la opinión pública? Difícil afirmarlo, pero puede suponerse que el tema no estará entre sus prioridades.
Contenido relacionado: Teorema: ‘Chile Está Más Conservador… Las Élites Quieren que No Tengamos Tiempo para Pensar’
“No va a tocar nada que tenga que ver con los valores tradicionales. Hoy en día, tratar al cannabis con mano dura puede que sea lo único que les interese. Es lo único que ha manifestado”, continúa Ruffinelli. Y se suma el popular Nicolás Copano, periodista: “Kast es un integrista religioso que ha votado contra el progresismo y representa nuestro sabor local de Jair Bolsonaro, Javier Milei y Donald Trump”.
Actualmente hay propuestas legislativas (como el Proyecto de Ley 17.568-11) que buscan despenalizar el porte personal y el cultivo. No obstante, parece poco probable que el nuevo Congreso y el Ejecutivo impulsen estos proyectos. “Habrá que ejercer presión desde la comunidad con más fuerza que nunca. Hoy no somos prioridad para nadie: la ola de la extrema derecha se ha levantado con fuerza, pero, como todo proceso cíclico y pendular, en algún momento deberíamos recuperar espacio en la conversación pública”, señala Muy Paola.
Hoy, la falta de claridad legal se traduce en mayor criminalización: una misma conducta puede ser considerada legal en Las Condes y delito en Temuco. El proyecto busca terminar con esa arbitrariedad, reducir el mercado ilegal y evitar que recursos públicos se sigan gastando en perseguir a pacientes.
“Lamentablemente, el gobierno saliente no mostró la voluntad política necesaria y el proyecto se encuentra estancado en la Comisión de Constitución. Con un Congreso y un Ejecutivo más conservadores, el escenario es complejo, pero seguiremos dando la pelea. No se trata solo de derechos individuales, sino también de seguridad pública, reducción del narcotráfico y uso eficiente del gasto fiscal”, critica Gazmuri.
Entretanto, existe una ambigüedad legal en la Ley 20.000 que define “pequeñas cantidades”, dejando el criterio al juez y al fiscal, que genera disparidades regionales. “La ley ya existe. Lo que se necesita es bajar protocolos claros a las policías para evitar procedimientos innecesarios y estigmatizantes, además del alto gasto fiscal que estos implican”, revuelve Muy Paola.
Contenido relacionado: Regulación del Cannabis en Chile: Un Proyecto Clave para la Paz y los Derechos Civiles
Mientras, los parlamentarios a favor del cannabis en Chile han mantenido un silencio estratégico durante las elecciones. “Creo que si la cosa no retrocede, lo poco que podría avanzar es en el área medicinal”, opina Simón Espinosa, director de En Volá y activista cannábico.
En democracia, los gobiernos de centro y centroizquierda chilenos fueron de los más prohibitivos con el cannabis. Algunos datos: fue el Consejo Nacional para el Control de Estupefacientes (CONACE) de Michelle Bachelet el que puso al cannabis en la lista 1 de drogas y fue el Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas (SENDA) de Sebastián Piñera el que lo volvió a clasificar disminuyendo la persecución policial.
“Esto no significa que Kast vaya a hacer o no hacer algo al respecto. No significa que necesariamente vaya a aumentar la persecución policial de los usuarios, aunque es perfectamente posible. Ni tampoco que vaya a hacer declaraciones como Donald Trump sobre sus intenciones de abrir un mercado de forma federal”, se expande Espinosa.
En Chile, la mayoría de los avances de las agendas progresistas llegaron a partir de la presión constante de la sociedad civil organizada. Y, concretamente, pensando en la marihuana, esos avances llegaron a partir de la lucha de los pacientes, las familias y de las organizaciones cannábicas. “La política institucional suele reaccionar tarde, y sólo cuando existe un respaldo social claro. Hoy se necesita más organización, más articulación y más presión ciudadana para que este tema vuelva a ser una prioridad”, confirma Gazmuri. “La clase política chilena no está a la altura de nada”, raspa Espinosa.
Hacia adentro del movimiento cannábico, algunos activistas lamentan la falta de coordinación y las divisiones. “Eso es una triste realidad”, aclara Espinosa. Y esperan que un desafío en común “los una” y les permita “avanzar por un objetivo común”. Dice Espinosa, una de las voces más críticas de este presente: “Como comunidad, confundimos un poco tolerancia política con derechos que nunca ratificamos formalmente y ahora estamos pagando el precio de nuestra descoordinación y ceguera. Los aprendizajes muchas veces duelen”.
Contenido relacionado: Ana María Gazmuri: De Exitosa Actriz de Telenovelas a Primera Diputada Cannábica de Latinoamérica
Hacia adelante, esperan darle una infraestructura formal a los usuarios medicinales, asociaciones civiles, fundaciones y ONG’s. También, anhelan crear protocolos claros para los policías para evitar que más gente vaya a la cárcel por consumir cannabis. Y, en una instancia superior, buscarán la despenalización efectiva del uso del cannabis, con modificaciones en la lista de estupefacientes, para disminuir la persecución y, luego, idealmente, una modificación de la mención del cannabis en la Ley de Drogas.
“Endurecer la Ley 20.000 sólo fomentaría el narcotráfico y profundizaría el colapso del sistema penal. Sería una contradicción para un gobierno que llega con la promesa de mejorar la seguridad y combatir el crimen organizado. Perseguir usuarios y pacientes no reduce la violencia ni el consumo problemático. Al contrario, desvía recursos que deberían estar destinados a perseguir a las grandes redes criminales. Sería dispararse en los pies”, avisa Gazmuri.
De cara al cambio de mando, los profesionales lanzan algunos consejos prácticos en términos de seguridad personal y defensa legal para cultivadores y usuarios. “Algo que puedo recomendar es que quienes consumimos marihuana de forma recreacional vayamos saliendo del clóset. Es importante que no solamente se asocie el consuma a personas que tienen ‘vidas ligeras’ o con horarios ‘poco ortodoxos’. Creo que es importante asociar el consumo de marihuana recreativa en gente común y corriente, que tiene un trabajo, familias y que son un aporte de los países, que pagan impuestos y tienen responsabilidades”, dice Ruffinelli. “Mientras más normalicemos quiénes son los consumidores, creo que es más fácil lograr conversaciones con cualquier gobierno”, continúa.
Contenido relacionado: ‘Si Quieren Acabar con el Narcotráfico, Legalicen’: Teorema Habla de Cannabis y Otras Drogas
A la sazón, Espinosa pide “cautela y prolijidad” porque “es lo único que hoy puede responder frente a una fiscalización y eventual juicio”. En ese sentido, Gazmuri le pide a usuarios y cultivadores que “se cuiden y se informen”. Avisa: “Aunque el autocultivo es legal, la criminalización sigue existiendo en la práctica y esa situación podría empeorar. Es importante contar con respaldo médico, organizarse colectivamente y buscar asesoría legal cuando sea necesario. Cumplir la ley no siempre garantiza un trato justo”.
En este nuevo ciclo político, Chile se enfrenta a un espejo de contrastes: un gobierno que abraza el conservadurismo, frente a una comunidad cannábica que ha aprendido a empujar las conversaciones para conseguir nuevos derechos. Y si bien la administración de Kast comprime algunos estigmas, el desafío para los chilenos ya no es sólo legal, sino cultural: fortalecer la organización colectiva y demostrar que el cannabis entroniza libertades y derechos. Así las cosas, entre las incertidumbres regulatorias, el mandato moral y el asomo de un pragmatismo cercano a la mano dura, la planta seguirá creciendo.
Foto de portada: Equipo Kast, CC BY 4.0, via Wikimedia Commons // Editada en Canva por El Planteo
Más contenido de El Planteo:
- El Impacto Económico y Social del Cannabis: Beneficios de Legalizar la Marihuana
- Por Qué se te Ponen los Ojos Rojos Cuando Fumas
- Vapear Marihuana, Beneficios y Riesgos
¿Tienes ideas o comentarios? Puedes contactarnos en info@elplanteo.com
Síguenos en Instagram, Facebook y Twitter.
Todo el material compartido por ElPlanteo.com tiene fines únicamente periodísticos e informativos.







