Por Qué Doctores y Pacientes No Hablan de Cannabis, pero Deberían
Tras las elecciones de EEUU, 36 estados han creado o votado para crear programas de cannabis medicinal. Aún así, las conversaciones sobre esta sustancia siguen siendo escasas en las consultas médicas de todo el país.
Es hora de que esto cambie, según un artículo publicado recientemente en la revista Pain Management Nursing.
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Lxs profesionales de la salud deben crear un entorno en el que lxs pacientes puedan hablar abiertamente de su consumo de cannabis. Además, deben participar en las decisiones compartidas sobre los posibles efectos de la droga en la salud, concluye el artículo escrito por investigadores de la Facultad de Enfermería de la Universidad Estatal de Washington.
Lxs autores descubrieron que, con demasiada frecuencia, lxs pacientes optan por no hablar de su consumo de cannabis por miedo a las consecuencias legales o laborales. Por su parte, lxs médicxs suelen evitar el tema debido a la falta de información disponible.
Esta desconexión entre profesionales de la salud y pacientes puede crear confusión entre ambas partes, dijo la Dra. Marian Wilson, profesora asociada de la WSU y autora principal del artículo. Ella y sus coautores abogan, en cambio, por un modelo de toma de decisiones compartida (SDM por sus siglas en inglés). En este modelo, paciente y profesional sanitario mantienen conversaciones sinceras mientras trazan, en colaboración, los planes de tratamiento.
“La gente está consumiendo cannabis: es muy fácil de conseguir, es legal, y puede tener algunos beneficios para la salud y puede tener algunos riesgos para la salud”, dijo Wilson. “Por lo tanto, es realmente el lugar de lx proveedor de atención médica ayudarles a considerar las opciones… Realmente queremos que esta conversación sea abierta, como cualquier otra conversación que tendrías con tu proveedor sobre el tabaco, el alcohol o el ejercicio. Tiene que formar parte de la conversación para ayudar a las personas a optimizar su salud“.
El documento se titula Shared Decision-Making for Patients Using Cannabis for Pain Symptom Management in the United States (Toma de decisiones compartida para pacientes que consumen cannabis para el tratamiento de los síntomas del dolor en EEUU). En él, se esboza un modelo de toma de decisiones sugerido. Pero también pide la creación de un banco de datos centralizado y científico que pueda ser utilizado por médicxs y pacientes para las mejores prácticas sobre el consumo de cannabis.
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Actualmente, debido a la ilegalidad federal de la marihuana, hay una escasez de investigación científica sobre el cannabis en los EEUU. Aunque muchxs consumidores creen que el cannabis beneficia a su salud, las pruebas son en gran medida anecdóticas o se basan en una investigación inadecuada. Por eso, según Wilson, muchxs pacientes se enteran de las repercusiones de la droga en la salud a través de budtenders o de amigxs.
Esto es particularmente problemático, dijo Wilson, porque hay una gran variedad de productos de cannabis, así como muchas maneras diferentes de usarlos. Wilson dijo que no está necesariamente a favor o en contra del concepto de cannabis medicinal; más bien cree que la gente debería poder tomar decisiones bien informadas sobre su salud.
“Hay que tomar decisiones y necesitamos la información para guiar a lxs pacientes”, dijo. “Tener un depósito central de investigación de alta calidad sería el siguiente paso, ahora que sabemos que se van a abrir las compuertas con el acceso de más y más personas al cannabis. Tenemos que asegurarnos de que no hacemos más daño que bien, y tenemos que ayudar a la gente a entrar en este nuevo [tratamiento potencial] con cierta precaución y sabiduría”.
El documento, publicado el 30 de octubre, señala que hay varias razones por las que lxs pacientes suelen optar por no revelar su consumo de cannabis. Además de los posibles conflictos con la ley y/o las políticas de drogas de sus empleadores, algunxs pacientes expresan su preocupación de que su médicx desapruebe su consumo de cannabis y/o de que pueda llevarles a perder sus recetas de otros medicamentos, como los opioides.
En el documento se citan varios estudios, algunos de ellos con conclusiones contradictorias, que ponen de manifiesto la falta de consenso sobre los posibles usos de la marihuana. Además, los productos del cannabis están en constante evolución y pueden cultivarse, fabricarse y consumirse de muchas maneras. A menudo, los anuncios y las páginas web para consumidores son las principales fuentes de información sobre los productos, según el documento.
“Éste es un escenario desafiante para lxs pacientes que buscan alivio de los síntomas dentro del contexto de su condición única, las relaciones de los profesionales de la salud y las leyes estatales”, escribieron lxs autores.
Enfoque colaborativo
El SCM descrito en el artículo es un proceso de seis pasos.
Tanto paciente como doctor pueden plantear el tema, sugiere el documento; y deben trabajar en conjunto para crear una lista de prioridades y establecer objetivos compartidos. Esa conversación debe incluir consideraciones como: ¿Desea lx paciente buscar un empleo, y afectará el cannabis a ese empleo?
El tercer paso consiste en recopilar pruebas, basadas en la investigación disponible y en las experiencias personales del paciente y del doctor. A continuación, ambos individuos deben evaluar esas pruebas en relación con los síntomas y los valores del paciente, y luego formular un plan de tratamiento.
El último paso es supervisar y evaluar los resultados, de modo que el plan de tratamiento pueda revisarse con el tiempo para “maximizar los beneficios para la salud y limitar los daños”.
El documento señala que tal plan puede requerir conversaciones complejas y largas. En consecuencia, se pide que se desarrollen más recursos -como sitios web o vídeos en línea- que puedan utilizarse para ayudar a lxs pacientes a absorber más rápidamente la información pertinente.
“Se necesitan tecnologías de información sanitaria que puedan agilizar el intercambio de información y ahorrar tiempo a lxs doctores“, escriben lxs autores. “En entornos comunitarios, como la atención primaria o la oncología, la decisión de consumir o no cannabis puede discutirse y decidirse a lo largo de semanas o meses. La satisfacción del paciente con el resultado de la decisión guiará cuándo y cómo se reconsidera la decisión”.
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En las elecciones pasadas de EEUU, lxs votantes de Arizona, Nueva Jersey y Montana legalizaron el cannabis para uso recreativo. Mientras tanto, lxs votantes de Mississippi aprobaron un programa médico. Lxs residentes de Dakota del Sur votaron tanto por un programa recreativo como medicinal.
Se espera que otros estados les sigan pronto, y lxs defensores tienen la esperanza de una reforma federal significativa en los próximos años.
Estas tendencias apuntan a una gran cantidad de nuevxs consumidores potenciales. Entre ellxs se incluyen muchxs que podrían probar el cannabis por primera vez para tratar una dolencia, dijo Wilson.
“Sabemos que va a haber gente que va a tener curiosidad”, dijo, “así que ayudarles a entender los riesgos y beneficios es realmente importante”.
Vía WeedWeek, traducido por El Planteo.
Foto vía Pexels
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