La Pampa Avanza Sobre el Cannabis Medicinal: Santa Rosa Concreta su Producción Pública

Durante 2021 se aprobó en el municipio de Santa Rosa, La Pampa, una ordenanza municipal que contempla la creación de un Registro, que funciona como un mecanismo de autoprotección al autocultivo, y de un Consejo Consultivo de Cannabis Medicinal, que actúa como una herramienta para poner en práctica soluciones para esta problemática.

Así, bajo la Ordenanza 6441/2020, la sintonía fina de la municipalidad, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), el Centro de Estudios Interdisciplinarios (CEICANN), la Universidad de La Pampa, los concejales y las asociaciones civiles intentará resolver la falta de acceso al cannabis medicinal, entre otras cuestiones.

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De esta manera, con la primera reunión del Consejo llevada adelante a comienzos de abril de 2022, se aprobó el reglamento de funcionamiento del Registro y se acordaron iniciativas para trabajar en el desarrollo del cannabis terapéutico local.

Un trabajo interdisciplinario

“El planteo tiene que ver con cómo se va dando todo: hay una alta demanda de un producto que no tiene ningún tipo de control, tanto de contaminantes como de proporciones de cannabinoides. No todos los pacientes requieren lo mismo”, explica Daniel Olivetto, profesor de Ciencias Biológicas de la Universidad de la Pampa, investigador y uno de los coordinadores del proyecto.

De esta manera, sujeto al trabajo interdisciplinario y a la estrategia combinada entre distintos actores, se consiguió que la municipalidad ceda unas seis hectáreas, de las cuales tres están bajo riego.

“Nosotros vamos a dar vía a proyectos en el marco de la Ley 27.350. Buscamos abastecer parte del mercado de la salud pública. Y eso va a requerir la elaboración de un proyecto, su redacción y presentación ante el Ministerio de Salud de la Nación”, continúa Olivetto.

En búsqueda de la formación médica

Por estos días, el Registro ya cuenta con unos 7 registrados de forma oficial, unas 300 personas que crearon su cuenta y unas 17 que presentaron los trámites de inscripción. “Pasa que no pueden conseguir indicaciones médicas de lo que tienen que consumir. Mientras no se solucione la falta de capacitación del sistema médico, ese va a seguir siendo uno de los grandes problemas”.

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En tal sentido, la próxima reunión del Consejo Consultivo estará dedicada a resolver cuestiones relacionadas a la capacitación y a la articulación médica. “Es un problema que no puede resolver sólo la universidad. Hay que armar un dispositivo médico, consultorios cannábicos y formar a médicos que estén anoticiados sobre el sistema endocannabinoide”, revuelve.

Potencial explosivo

Por su matriz agrícola-ganadera, la provincia de La Pampa cuenta con diversas zonas cultivables. A la sazón, este proyecto estará emplazado en la ex planta de lácteos Yapay, al costado de la Ruta Nacional 35, donde funciona actualmente un Mercado Municipal.

“Está la decisión política en el municipio. La universidad cuenta con la capacidad de investigar. El INTA se quiere sumar a supervisar. Y las asociaciones civiles aportan las plantas y el conocimiento de los usuarios”, desarrolla el biólogo.

“El potencial es explosivo”, insiste Olivetto, mientras pretende sumar a la facultad de veterinaria, que cuenta con el apoyo de Paula Lezcano, referente del uso terapéutico de cannabis en clínicas veterinarias. “Estamos viendo que se armen proyectos de investigación ahí”.

Próximos pasos

En la actualidad, los responsables de este proyecto interdisciplinario buscan el apoyo del Ministerio de Salud de la provincia y de la nación para que les compartan data a propósito del índice de enfermedades. “Es lo que necesitamos para definir la producción”.

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Aprovechando el envión, Daniel Olivetto se encarga de aclarar algunos titulares aparecidos en diversos portales noticiosos que apuntaban exclusivamente a la municipalidad: “La municipalidad no va a producir sola. Va a producir la universidad, el INTA, la municipalidad y dos asociaciones civiles. Todos juntos en parte equitativa”.

Entretanto, ante el problema de acceso público al cannabis medicinal, el proyecto intentará colaborar con la producción y, también, con autorizaciones para las asociaciones civiles. “Esa es otra forma de resolver el problema”, agrega.

Y sigue: “Lo vemos como un tren que va pasando: nosotros estamos arriba y le vamos avisando a la gente que está pasando”.

Cannabis accesible para la salud pública

En ese sentido, el Registro Municipal se suma al REPROCANN como un nuevo dispositivo legal para que los pacientes puedan contar con sus plantas medicinales.

—¿Para qué otras cosas sirve esta ordenanza municipal?

—Esta ordenanza de autocultivo salió por acción de la militancia. Permite varias categorías simultáneas, como “usuario”, “cultivador”, “cultivador solidario” e “investigador científico”. No da un límite sobre la cantidad de plantas. La medicina es recetada por un profesional de la salud. Y habilita hasta tres domicilios. Ahora hay que empezar a trabajar. Como cuando le dijeron a Fidel Castro: “Listo, ahora empieza la revolución”. Y él dijo: “No, ahora empieza nuestro trabajo”.

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—[…]

—Parte de la producción del proyecto podría ser derivada hacia la distribución gratuita de medicamentos. Con esa presencia del Estado en temas de salud se puede llegar a una mayor cantidad de usuarios. Si pueden conseguirlo gratis, mejor. La lógica de producción es abastecer la necesidad del mercado. No veo la lógica mercantilista. Todo esto lo hacemos por el acceso. Lo militamos como acceso a la salud, no como un bien pasible de intercambio. No estamos en contra de que exista el mercado, pero queremos que el cannabis no se limite a nadie.