Una Argentina se Lleva el ‘Oscar Verde’, una de las Distinciones Más Importantes de la Ciencia: ¿De qué se Trata?
Los argentinos suman otro motivo de orgullo con la distinción internacional que obtuvo la bióloga Micaela Camino en Londres, quien se llevó el Premio Whitley 2022, otorgado por la Whitley Fund for Nature y conocido informalmente como el “Oscar Verde”. Por caso, Camino fue distinguida a propósito de su investigación sobre el pecarí quimilero, una especie endémica del Chaco Seco argentino.
“La verdad es que el premio es un reconocimiento muy lindo. Me concentro bastante en lo que hago. Dejo todo para hacerlo bien. Un premio de este tipo, tan competitivo, es un orgullo. Lo tomo como una oportunidad de crecer”, cuenta Camino en exclusiva para El Planteo.
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El Premio Whitley, codiciado entre la comunidad científica, distingue proyectos de conservación orientados a países ricos en diversidad.
“Estar entre los finalistas ya era un montón. Ganar, ni hablar. Y celebro la posibilidad de visibilizar los trabajos de conservación con ecosistemas amenazados y de comunidades locales”, festeja la Doctora en Ciencias Biológicas por la Universidad de Buenos Aires (UBA), Post-doctorada en el Centro de Ecología Aplicada del Litoral (CECOAL) y reciente investigadora del prestigioso Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET).
Micaela Camino recibiendo el “Oscar Verde”
Desde las entrañas
Para su investigación, Camino se emplazó en la región hace más de una década. Comenzó estudiando a los mamíferos medianos y grandes de la zona y, ahí, fue advirtiendo su relación con las comunidades locales. De esta manera y como pudo, viajó e interactuó con las comunidades por cuenta propia y fue incorporando saberes a su trabajo.
Así las cosas, en conjunto con las comunidades del lugar, fueron generando trabajos horizontales de monitoreo de fauna y de investigación. Paulatinamente, el trabajo fue creciendo y se encontraron con el chancho quimilero (Catagonus wagneri), una especie única en la región que se adaptó a los bosques secos del Chaco. Un animal que, formalmente, no existe en otros ecosistemas.
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“Está altamente amenazada por la pérdida de hábitat, por la cacería, pero sobre todo porque, como la región tiene una de las tasas de deforestación más grandes del mundo, necesita a los bosques para vivir”, cuenta.
Y avisa: “Tenemos menos de 30 años para evitar que se extingan. Tenemos que mitigar el avance de la deforestación, porque si no es una especie podría desaparecer”.
El peligro del desmonte
Micaela Camino indica que resulta insuficiente con las áreas protegidas y que una salida posible puede ser trabajar en el fortalecimiento de las comunidades locales, para que puedan conservar sus hogares y, así, prevenir la deforestación.
“Quitan el monte para hacer agricultura industrial: soja, vacas u otros productos para exportar. La gente local también tiene problemas con el avance del desmonte. Es un trabajo en conjunto que tiene que ver con la conservación, pero también con la garantización de los derechos de las poblaciones humanas. Por eso nos premiaron”, explica.
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“En Argentina hay leyes, pero no se cumplen. El ordenamiento territorial de bosques nativos indica qué áreas se pueden desmontar y cuáles no, pero eso no se está cumpliendo”, señala.
—¿Quiénes son los principales responsables de la deforestación de la zona?
—Hay un montón de niveles para analizar esto. Por un lado, tenés la macroeconomía y la presión que tiene Argentina para pagar la deuda externa. Y las divisas se generan con soja y extractivismo. Vienen compañías de afuera o multinacionales, y quieren producir soja o bienes de importación. Y van con la ventaja de que las poblaciones rurales del Chaco Seco tienen tenencia insegura de la tierra. Hay desmontes encubiertos y, luego, llegan las empresas para aprovecharse de que ya no hay bosques. El resultado final no es un beneficio para las poblaciones ni para el país.
—¿Qué puede hacer el gobierno local en el corto plazo para mitigar el cambio climático y todas sus consecuencias?
—Tiene que buscar la manera de aplicar las leyes que existen. En Argentina las leyes son buenas. Tenemos leyes que, de aplicarse, podrían hacer que estemos mucho mejor. Entonces, el gobierno local tiene la responsabilidad, como dice la Constitución, de cuidar nuestros bienes comunes, los recursos naturales y de responder por las necesidades que tenemos en las provincias. Acá nadie está diciendo que no se corten árboles, pero no se pueden cortar de esta manera. Sobre todo si no se beneficia a las comunidades locales.
—Si todo siguiera tal y como está, ¿cuál sería nuestro destino? ¿Podés trazar una imagen posible?
—Creo que la ciencia está diciendo: “O cambiamos o nos extinguimos, los humanos y muchas especies más”. O cambiamos o nos morimos. Estamos en la sexta extinción masiva de especies. Hay un calentamiento global como nunca vimos. Y está el cambio climático. Lo vemos todos los días, ¿quién podría decir que no está pasando?
Especie en peligro
Entretanto, la extinción del chancho quimilero podría tener un impacto directo en el ecosistema. “Cada vez que perdemos una especie es como una ruleta rusa. Las especies se complementan en sus roles. Con la pérdida de una o dos especies, por ahí zafas. Pero cuando llega a un punto en el que perdés muchas especies, ¿qué pasa? Bueno, llega el colapso”.
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Sucede que cada especie tiene su rol y, entre las funciones ecosistémicas de los mamíferos grandes, está la dispersión y predación de semillas. Esos animales pueden definir qué especies vegetales están presentes en los ecosistemas y cuáles no. Hay otros animales, como los predadores, que regulan plagas. Entonces, sus extinciones tienen un impacto en forma directa “y no sabemos realmente todo sobre qué hace cada animal”.
Soluciones colectivas
Por estos días, Micaela Camino sigue trabajando en la búsqueda de soluciones. Como no le gusta protestar y quedarse a ver cómo los problemas persisten, propone constantemente diversas salidas posibles: “Creo mucho en las soluciones colectivas, en el trabajo en conjunto, en que la sociedad se involucre. Es la única opción que tenemos”, sentencia.
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Y si bien ya tuvo algunos contactos con grandes tomadores de decisiones, todavía no llegó a concretar reuniones. Mientras tanto, en territorio, Camino continúa trabajando con las comunidades locales, buscando fortalecerlas, brindando alternativas de producción y persiguiendo nuevas oportunidades de conservación del chancho quimilero.
Fotos cortesía de Micaela Camino
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