Bariloche Discute el Cultivo de Cannabis Medicinal (y Solidario)

“La idea que plantea la ordenanza es otorgar licencias de cultivo”, explica Julieta Wallace, concejala del Frente de Todos barilochense y una de las impulsoras del proyecto para regularizar el cannabis medicinal en Bariloche. “Se necesitará acreditación de DNI y una prescripción médica”, completa.

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Ciencia Sativa es otra de las patas que llevan adelante la discusión: es una ONG de Bariloche que trabaja desde la provincia junto a varios legisladores y concejales promoviendo una iniciativa popular que discuta el cannabis medicinal. A su vez, en lo formal, el gobierno provincial recibió varios proyectos, pero aún no debatieron el tema.

Tanto Bariloche como San Antonio Oeste (ciudad cabecera del departamento de San Antonio, en la provincia de Río Negro) trabajan en un proyecto parecido que –esperan- escale a nivel provincial. “Aparentemente hay consenso para alinearse con lo que sucederá a nivel nacional”, se esperanza Gabriela Calzolari, presidente de Ciencia Sativa y Lic. en Biología.

La importancia del aval municipal

“La idea es que el municipio otorgue esas autorizaciones y que el cultivador solidario pueda estar tranquilo. Si llegara a suceder alguna cuestión de índole legal, los cultivadores tendrán un permiso otorgado por la municipalidad”, detalla Wallace, una de las autoras del proyecto.

La concejala continúa: “Si uno ve la historia de ese permiso, siempre está asociada a una prescripción médica. Esto es importante porque apuntamos a un derecho humano fundamental como la salud. Entendemos a la salud no como una ‘ausencia de enfermedad’, sino ya como un bienestar físico, psicológico, emocional y demás. La ordenanza va a en ese sentido”.

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El proyecto que gestaron desde Ciencia Sativa propone habilitar el cultivo medicinal y crear un registro de familias que cultivarán para terceros. “Usualmente, no todo el mundo puede autocultivar”, señala Calzolari, y amplía: “Hay madres, familias o abuelos que no pueden hacerlo, por eso se suele hacer este cultivo solidario”.

Bariloche Cannábico

Según los relevamientos, en Bariloche hay aproximadamente unos 1.000 usuarios de cannabis medicinal. “Teniendo en cuenta que en San Antonio se acaban de dar 41 permisos, a lo mejor 1.000 suena como demasiado”, reconoce Wallace. Por eso, el reto es ampliar el espectro. “Será un desafío llegar a la mayor cantidad de gente posible. Falta mucho camino por recorrer”, agrega la concejala.

¿Cuál es la demanda ciudadana en Bariloche? “Piden poder cultivar tranquilos”, desarrolla Calzolari. “Muchos optaron por el autocultivo porque es difícil acceder al cannabis de otra forma. No está bueno desconocer qué contiene. Por eso, es clave tener el asesoramiento de la ONG. Eso hace que se empoderen y que quieran saber qué están consumiendo. Es fundamental que se pueda autocultivar de una manera legítima y sin estar expuestos a cualquier evento judicial o policial que pueda surgir”.

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Entretanto, asoma otro factor trascendental: la ordenanza declara que el cannabis medicinal tiene un interés sanitario. “Esto nos dará la legitimidad que buscamos hace tantos años”, completa Wallace. Las medidas, además, crearán un consejo asesor que estará conformado por representantes de las ONG, junto a médicos y diversos profesionales de la salud que asesorarán en la entrega de certificados.

Así las cosas, el trabajo de acción y militancia de Ciencia Sativa viene dando sus frutos dentro de la comunidad. “Es una ciudad con bastante aceptación social del cannabis”, confiesa Calzolari. Desde el año 2013, sus miembros (y activistas de otras ONG) vienen brindando charlas en hospitales y en universidades. “Hoy hay menos profesionales de la salud conflictuados con el tema”, completa.

Asimismo, en 2019, Ciencia Sativa consiguió tener personería jurídica, paso que les resultó crucial para encarar nuevas discusiones.

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A partir de un convenio con el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria – INTA Patagonia Norte, una estación experimental enclavada en el Alto Valle, a 500km de Bariloche, se está ensayando con un cultivo dedicado a fines científicos y médicos. “Esto también generó muchísima confianza en la comunidad, porque seguimos demostrando la seriedad de nuestro trabajo”, dice Calzolari.

El cultivo solidario

El proyecto se complementa con la autorización del cultivo personal y del registro de cultivadores y de familias solidarias.

A la sazón, suma Wallace: “La idea del registro de cultivadores solidarios es que sea un registro municipal, donde la reglamentación pueda ser asesorada por el consejo consultivo que proponemos crear”.

Sin embargo, afloran algunos resquemores en la comunidad cannábica con respecto a estos registros. “A veces, una de las desventajas es que las decisiones y los rumbos políticos pueden llegar a virar. Pero creemos que hubo un cambio de paradigma en ese aspecto. De cualquier manera, en la ordenanza está establecido el resguardo de datos”, aclara Calzolari, sobre las dudas que surgen de la comunidad después de años y años de clandestinidad.

Lo que viene

San Antonio Oeste ya tiene reglamentada su ordenanza municipal, mientras que en Bariloche se presentó el 16 de julio. “Ya entró al Concejo. Estamos esperando que avance en las comisiones”, aguarda la licenciada.

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Por estos días, el proyecto se está discutiendo en las distintas comisiones del Concejo Municipal de San Carlos de Bariloche, bajo el expediente n°95/20. El mismo ya tiene estado parlamentario y también tiene asignada una ruta legislativa con dictamen de Asesoría Letrada. Después irá a la Comisión de Desarrollo Humano y más tarde pasará a Gobierno y Legales.

Foto: Geronimo Giqueaux