El Viceministro de Medio Ambiente Estrena Documental Sobre el Cambio Climático: ‘Nada Va a Ser Como Era’

A propósito del Día Mundial del Medio Ambiente, Sergio Federovisky, biólogo, ambientalista y viceministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la República Argentina, presentó el documental Punto de no retorno. Se trata de un trabajo que encaró de forma independiente junto con los cineastas Nicolás Capelli y Diego Corsini y que, según sus palabras, “permite hacer una reflexión sobre la problemática del cambio climático”.

Originalmente, el documental partió de una sugerencia del hijo mayor de Federovisky, quien le recomendó a su padre coronar su carrera periodística vinculada con el mundo del medio ambiente con un trabajo audiovisual. “Hiciste libros, tele, de todo, te falta el documental”, le dijo.

En lo formal, la película le permite a Federovisky colaborar con una discusión perdurable, abonando por el espesor que el cambio climático merece. “Lamentablemente, hoy el tema no tiene esa profundidad”, asegura.

Todos hablan, pocos dicen

Culminado en 2019 y demorado a causa de la pandemia, Punto de no retorno encuentra finalmente su estreno en junio de 2021. “Estoy muy conforme con el documental. Funciona como un contraste con la banalización de los medios y con esa sensación de que ‘todo el mundo habla pero nadie habla de verdad sobre el tema’”, sostiene.

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Punto de no retorno asume una mirada periodística, que se yergue en sintonía con Una Verdad Incómoda, aquel documental que tenía el protagónico de Al Gore, exvicepresidente de EE. UU. Y, en su despliegue, para alertar consecuencias y plantear medidas urgentes, incluye el testimonio de científicos e investigadores del CONICET y de la NASA, además de contar con la voz de políticos, intelectuales y figuras nacionales e internacionales.

En tanto, Federovisky aclara que, a pesar de desempeñar una función pública, Punto de no retorno es “un trabajo realizado de forma independiente, hecho por mi cuenta, aunque, por supuesto, tiene el acompañamiento del ministro Juan Cabandié”.

—¿Por qué sentiste la necesidad de filmar un documental sobre el cambio climático?

—Hace 30 años, cuando empecé a laburar en esto, había una necesidad de instalar el tema. Se veían periodistas, suplementos, de todo. Hoy diría que eso está reducido a la nada o al nicho. ¿Por qué pasa eso? Porque el mensaje se ha trivializado. Nosotros hablamos de medio ambiente. El periodismo habla de sequías, huracanes, sí, pero ahí entran algunas de las dificultades que tiene el periodismo para tratar el tema. Lo ambiental es del orden de lo complejo. Tiene que ver con procesos y nunca es una foto, ni algo coyuntural. La foto es la emergencia de algo que ocurrió antes. De ponerse a ver qué pasa con un proceso. Se ha naturalizado el tema. Poco menos que, cuando hablamos de cambio climático, es como “uh, qué bajón”.

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—¿Qué opinás del avance de ciertos sectores de la sociedad que radicalizaron su postura contra las temáticas que requieren un debate urgente sobre el cambio climático?

—Las redes sociales los han visibilizado mucho más, pero creo que esa discusión siempre estuvo. Es que, cuando hablamos de problemas ambientales, no estamos hablando de problemas ambientales. Estamos hablando de modelos económicos, modelos de consumo y modelos productivos. La transición de un modelo de estas características a uno de mayor sustentabilidad y responsabilidad a veces implica la muerte de muchos intereses. Solamente 100 empresas explican las emisiones de gases de invernadero. Si decidís migrar a una matriz energética renovable, los estás afectando. Y esas posturas radicales son la expresión brutal de esa ideología. Porque hablamos de ideología, no de cosas románticas. Las redes sociales facilitan la externalización de esos debates.

Tendencia peligrosa

Por caso, el viceministro asume que, en los últimos años, la dirigencia internacional ha fracasado con respecto a las políticas ligadas al cambio climático. Y que, en rigor, desde la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro de 1992, en la que se consagró el concepto de desarrollo sustentable, hasta la actualidad, la tendencia sólo empeoró.

De su boca: “Es como discutir con la metáfora de la rana hervida: si se la pone en agua hirviendo, salta; y si se la pone en agua fría y va calentándose, se queda. Al final, la rana se muere, aunque más lentamente. Y nosotros somos la rana. Tenemos que ver si estamos a tiempo de saltar, de apagar la hornalla o de morir achicharrados”.

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Por lo demás, el planteo central de Punto de no retorno no es el fin del mundo, es el fin del mundo tal y como lo conocemos. “Expone una responsabilidad y cambiar depende de qué mundo estamos creando. Se divisa el umbral tras el cual, independientemente de lo que hagamos, no vamos a volver para atrás. Y el mundo que veremos hacia adelante está plagado de incertidumbre”, Federovisky dixit.

Y sigue: “Los científicos que asesoran a Naciones Unidas y ganaron el Premio Nobel en 2008 elaboraron un estudio donde señalan que se puede llegar al punto de no retorno, con un aumento de la temperatura de alrededor de 1,5°, dentro de los próximos 15 años. Es decir, que será en 2030, literalmente pasado mañana. Estamos en la recta final de la llegada a ese punto de no retorno”.

El más allá del más acá

Aunque Argentina no esté en el lote de los más contaminantes, se destaca un gesto simbólico entre los desafíos posibles: ir asociándose fuertemente al movimiento de países que adoptan compromisos en materia de reducción de gases de invernadero. “Es un deber ético del Estado”, suma.

Y, de fondo, más crucial y más urgente, advertir que Argentina está entre los países más afectados por el cambio climático y esto puede materializarse en las sequías, incendios, inundaciones, ciclones, etc.

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—Entonces, ¿qué puede hacer el país para ir revirtiendo este escenario?

—La gran tarea es la adaptabilidad. Poder generar condiciones favorables para que el impacto de esos cambios y consecuencias climáticas sean lo menos drástico posible. Que esos impactos puedan ser absorbidos por la sociedad de la mejor manera. Tanto en relación a su bienestar como en términos económicos y productivos. El cambio climático está instalando un escenario donde la matriz productiva va a ser fuertemente afectada. Necesitamos una adaptación de la promoción del Estado a esa nueva realidad.

—En un momento de mucha confrontación política, ¿podrán ponerse de acuerdo en delimitar objetivos a largo plazo?

—Yo creo que sí, que podemos ponernos de acuerdo. Tenemos que ponernos a trabajar para encontrar la mejor productividad en los nuevos escenarios, que se incluya a los privados, a las organizaciones no gubernamentales y que haya políticas públicas que sostengan esas decisiones. Es necesario que se transicione y que algunas actividades empiecen a quedar sumidas en función de desarrollar otras que tengan mayor sustentabilidad. Por supuesto que, en este contexto, no es sencillo. Y no es a partir de mañana. Es la responsabilidad que tenemos los que hacemos política ambiental. En la medida de la decisión política, hay que darle continuidad y persistencia. Y tener objetivos claros y mensurables.

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Entretanto, el documental revuelve ideas sobre la importancia de las políticas públicas y cómo pueden desarrollar estrategias que cambien la conciencia individual y colectiva. “Algo que hay que hacer además de lamentarnos y de decir que vamos a tener más energías renovables: hay que desarrollar una fuerte política de adaptación social y productiva para un clima diferente. Allí está el título del documental: Punto de no retorno significa que nada va a ser como era”, concluye.

El documental puede verse de forma gratuita a partir del sábado 5 de junio a las 20 hs en el canal de la Fundación Ambiente & Medio.

Fotos de cortesía.