Entrevista con PAZ: Descolonizar la Música y el Cuerpo

PAZ es el proyecto musical de Kümelen Berti, unx cantante, productorx, dj y performer que nació en la Patagonia argentina pero cuya identidad está, precisamente, en el mestizaje.

Agita los cuerpos desde 2014 con su sonido híbrido entre electrónicas varias, instrumentos autóctonos argentinos, funk carioca y hasta cumbia.

La música de PAZ es de lucha, una lucha festiva, y Kümelen tiene la lucha impresa en su corporalidad. No binarie y de ascendencia mapuche, lx artista creció en Río Negro, donde forjó su identidad de “marika de barrio”, como ellx mismx se ha descripto en varias ocasiones. Luego vivió en Buenos Aires, después en Brasil y hace no mucho regresó a Buenos Aires . El trascender fronteras es una constante tanto en su vida como en su obra, que se entretejen como un tapiz.

“Todos los lugares, desde el que nací hasta donde viví y a los que viajé, fueron parte de la composición de mi música y siguen siéndolo. Nunca pensé mucho en cómo construirlo: fue una cosa más genuina, de querer expresar las letras que escribía en música”, describe lx artista.

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Lx interpelan tanto la rave como los sonidos ancestrales. A la hora de hacer música le interesa poder tomar de todos lados sin, precisamente, restricciones de género.

“Me interesa con la música poder jugar, que sea como una danza. Lo muestro con mi cuerpo en mis shows, así como en mi música. Buenos Aires me influenció con su escena de música electrónica, Brasil con la samba y el funk carioca. Me inspiran muchísimo más los sonidos latinoamericanos porque tienen que ver con mi historia y me acercan a lo que quiero contar. Pero me gusta experimentar con los sonidos de todo el mundo”, dice.

En este viaje, la marihuana es una amiga. Lx productorx detrás de PAZ fuma cannabis desde la adolescencia. Según cuenta, el encuentro con la planta y su dimensión sagrada lx ayudó a constituir su forma de pensar y su forma de lidiar con las dificultades de una vida que no es sencilla.

La planta, define, es parte de su espiritualidad.

“Sé que me cura y me sana un montón de cosas.  No es sólo entretenimiento, me ayuda a equilibrar muchas partes de mi vida”, describe. “Gracias al cannabis conseguí procesar un montón de situaciones muy difíciles. Me ayudo a entenderlas y a aceptarlas y organizar un montón de ideas que partían de mi ansiedad”.

La palabra organización es clave. Según cuenta, también lx ayuda a la hora de producir y de componer: fumar marihuana le sirve para decantar y dar forma a su caos creativo. “Mi cabeza está muy llena de ideas todo el tiempo, y gracias al consumo de marihuana consigo darle un tratamiento a cada idea y poder organizarla”, describe.

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Su álbum de 2017, Patagonia Emergente, ya empieza como un manifiesto.  Transición, el track de apertura, arranca como una copla llena de eco, marcada por el ritmo de un bombo leguero alienígena. Transitando, traspirando, transformando, transición, repite como un mantra… y la canción pega un volantazo: la voz cambia de personalidad y aparecen el hip hop y el perreo sobre un caos sonoro organizado.

El segundo larga duración de PAZ está cocinándose y se espera que vea la luz antes de que termine el 2020. Este año también fue el del lanzamiento de Patagonia Emergente (Remix), un EP con remixes de otrxs artistas de algunos temas de ese álbum. Su último sencillo de este año fue el cumbiero “Pinta?”, junto a Poolpito.

Aunque ahora no sea posible a nivel físico, la música de Paz hace pie en la fiesta. El baile es inseparable de la música, y la fiesta es el espacio de encuentro en donde todo se mezcla; cuerpos y sensibilidades de lo más diversos vibran al unísono en busca del placer, la catarsis y la unidad.

En la mixtura cultural pero a conciencia, y en la integración de pasado, presente y futuro, está la autenticidad. “Nos estamos transformando en otras personas, en otro tipo de sociedad, y tenemos que empezar a adaptar a nuestra identidad esta ruptura de fronteras que se genera a partir del intercambio de información por internet, por ejemplo. Yo compongo con toda esa información adentro, que me gusta, me entretiene y forma parte de mi vida”.

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La música de PAZ está atravesada por la voluntad de exclamar la individualidad en la mezcla; descolonizar la mirada, los cuerpos y los oídos, precisamente tomando de todos lados.

Kümelen reconoce que, a veces, la globalización es una herramienta del mainstream para unificar y crear productos funcionales al sistema. Por suerte, la escena del underground a la que ellx pertenece hace un uso completamente opuesto del mismo artilugio: “Hay (en PAZ) una idea de querer descolonizar todo. La música y el cuerpo. Yo no separo el cuerpo de mi música. Los cuerpos bailando usamos estas herramientas globalizadoras para juntes poder emanar otro tipo de energía”.

“Poder contar nuestras luchas en nuestro arte es hermoso. Y ni hablar de si se puede bailar”, concluye.