La Solución Riojana Basada en el Valor Agregado: Argentina como Proveedor Mundial de Productos de Cannabis

Por estos días, luego de que el Gobierno nacional autorizara el Proyecto de Investigación sobre el cultivo de Cannabis presentado por el Vivero del Oeste Riojano (Agrogenética Riojana Sapem), La Rioja se proyecta como una industria fuerte. ¿Su base? Un modelo enfocado en el valor agregado, en ofrecer un producto terminado.

A través de la Resolución 618/2021, publicada en el Boletín Oficial, el Ministerio de Salud de la Nación resolvió autorizar el proyecto que lleva adelante la sociedad anónima con participación del Estado.

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“Vengo trabajando en esto hace 8 años”, asegura Benjamín Enrici, ingeniero agrónomo y presidente de Agrogenética Riojana Sapem. “Lo que pasa es que para el cannabis se necesitan dos cosas: decisión política y marco legal. Cuando empecé, no había marco legal ni decisión política. Ahora, sí”.

El antecedente californiano

Enrici desarrolló un centro de biotecnología que prestó atención a la manera en la que fue cambiando la producción de cultivos. En el proceso, advirtió que la mecanización de los commodities excluía a los pequeños agricultores.

Por eso, viajó a California, que tiene un clima similar al riojano. Viendo su éxito (basado en el cultivo, consumo y comercio), se focalizó en el nacimiento de una oportunidad para la economía regional.

“El cannabis es una oportunidad para el sector minifundista. Una hectárea de cannabis representa la rentabilidad de 300 hectáreas de cultivo de olivo”, comenta Enrici.

Y dicen los expertos que, gracias a su clima, La Rioja tiene de los mejores aceites de oliva del mundo.

“Investigando entendí que el cannabis estuvo 70 años prohibido. No por lo psicoactivo, sino porque jodía a corporaciones de Estados Unidos que hacían plata con plásticos, papeles y combustibles”, comenta.

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Sin embargo, Estados Unidos fue el primer país en regular, admitiendo la potencialidad de un negocio. “El cannabis va a evolucionar con valor agregado”, se suma Enrici rápidamente.

A contrapelo del modelo agro

A la sazón, el modelo riojano está planteado al revés que el actual modelo agro latinoamericano.

Lo explica el ingeniero agrónomo: “En el agro, somos contratistas de marcas internacionales. Prestamos manos de obra y tierra a precio convenio y el paquete tecnológico lo tienen empresas de afuera. El cannabis puede producir el proceso inverso. Por eso, el valor agregado quedaría en Argentina”.

Así, Argentina puede convertirse en proveedor mundial de fitoderivados, cosméticos y suplementos dietarios.

“Si Argentina hace lo mismo que con los granos, vamos a quedar siendo contratistas de tierras. ¿Qué plantea La Rioja? Un modelo industrial mixto, con empresas del sector privado y con el Estado participando”, aclara.

Para eso, La Rioja planea repartir licencias estratégicamente pequeñas con un horizonte diverso en el mercado del cannabis.

“El rol fundamental lo van a tener las empresas del Estado. El mercado va a tener producción propia y va a incluir al sector minifundista. Va a permitir la plantación a pequeños productores y se va a redistribuir mediante una empresa testigo. Vamos a elegir qué privados entrarán. Queremos solamente empresas que tengan un destino determinado y un producto”.

De esta manera, se pretende que el know how y el valor agregado queden en La Rioja.

Luz verde del gobierno

En términos políticos, La Rioja cuenta con luz verde del gobierno provincial, atado ideológicamente al desarrollo federal del cannabis. “Fue muy bien visto por Matías Kulfas [Ministro de Desarrollo Productivo de la Nación] y Luis Basterra [Ministro de Agricultura]”.

“El negocio no va a estar en vender el aceite a un paciente de La Rioja, sino en vender un producto terminado al mundo”.

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En este camino, en connivencia con la Universidad de La Rioja, la provincia capacitará a los médicos y reforzará la formación académica. “Queremos muchos consultores que prescriban el cannabis. Con un producto seguro y con prescripción, atenderemos el problema de salud”.

Además, ofrecerán una “solución parche”: el análisis de aceite de terceros. “Estamos en manos de un montón de chantas. Por eso el tema de salud pública es prioritario”.

El marco legal

Enrici asegura que la antigua legislación argentina salió de un grupo de desprotegidos como Mamá Cultiva y no fue una propuesta del Poder Ejecutivo. Por eso, la nueva reglamentación trata de subsanar sus fallas.

“Sin embargo, tiene un problema: no le dieron plazo a SENASA, ANMAT e INASE para permitir el registro de variedades. Eso nos dificulta el acceso a la planta”, desliza.

“Esto va a ir sucediendo. Poner una planta es lo más difícil”.

A la sazón, La Rioja ya está lista: tienen el modelo de la empresa testigo y fuentes de financiamiento. Solo les falta la llegada de la semilla. “Muy pocas provincias tienen un proyecto integral y definido”, suma.

Enrici menciona los proyectos de Jujuy, Río Negro, Misiones y San Juan, pero sostiene que el de La Rioja es el que dejará el valor agregado en su territorio, se convertirá en sustentable y no perderá valor.

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“La Rioja tiene alineadas sus instituciones bajo un mismo proyecto. Hemos aunado esfuerzos y todas las instituciones participan según sus capacidades. Sin decisión política, esto no avanzaba”.

Entretanto, destaca la labor del gobernador Ricardo Quintela, del Partido Justicialista, y la proactividad de los ministros de Producción, Industria y Salud. “Nosotros trazamos la línea y ellos gestionan. Eso es proactivo para que los proyectos se concreten. Hay una misma mirada”, cierra.

Fotos cortesía de Agrogenetica Riojana SAPEM