Patagonia Rebelde: La Ley de Cannabis Que Podría Cambiarlo Todo, Contada Desde Adentro

Cuando la Cámara de Diputados de Chubut aprobó por unanimidad una ley que habilita el mercado de flores de cannabis cambió para siempre la historia de la planta en la Argentina. Y no, no es un título hypeado, chamuyo o clickbait.

Más bien, se trata de una ley única, cultivada en consenso, que regula el cannabis medicinal y conecta a la Patagonia con los mercados de cannabis más regulados y avanzados del mundo.

¿Un montón?

Veamos… Hasta el 26 de septiembre no existía en Argentina una normativa que regule efectivamente el mercado de la planta y reconozca el trabajo del sector. Deforme, amorfa, la cadena de valor del cannabis quedó trunca. La falta de visión, las disputas palaciegas y el prejuicio partieron la columna vertebral del cannabis en tres.

Por un lado, los pacientes medicinales que requieren flores de calidad; por el otro, los productores que no pueden comercializar su producción; y en el medio, el Estado… estupefacto. Sin categorías, licencias ni cuerpo administrativo, los productores argentinos siguen invirtiendo en la noche que duerme los expedientes. ¿Y las flores? Sin vender.

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Hasta que se prendió la lamparita en Chubut. Sociedad civil, gobierno y privados lograron por consenso darle forma al mercado provincial de cannabis en una ley de 5 carillas, que representan a cultivadores, pacientes y empresarios, bajo la fiscalización del Estado.

Lo que desde el Palacio de Hacienda en Buenos Aires parecía imposible, en la Patagonia Rebelde de 2024 ya tiene pronto despacho. Pero, ¿cómo hicieron? ¿Qué tienen los chubutenses? ¿Será que el viento sopla tanto que despeja hasta los prejuicios? ¿Será que el cordero y los mariscos les dan superpoderes? O, acaso, ¿el frío los hace juntarse y pensar parecido?

Emponchados, en una entrevista exclusiva con El Planteo, los protagonistas de la hazaña cuentan cómo y con quiénes pudieron articular la estrategia que podría cambiarlo todo en un efecto dominó. Una provincia tras otra.

Plan de operaciones

“La empresa estaba en un punto crítico, continuando con investigaciones sin ningún tipo de retorno comercial o económico”, cuenta Isabel, técnica superior en producción agropecuaria en Biocann, una empresa local que sigue tirando para no aflojar. Con un bosquejo de regulación en mente, la santacruceña pateó pasillos, golpeó puertas, tomó mate, café y convenció a un par.

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“Al principio no fue algo deliberado. Simplemente llamé a Leandro Cavaco, exministro de producción de Chubut, quien había impulsado una ley de acceso al cannabis que quedó estancada y le dije: ‘Queremos activar esto en la Provincia. ¿Te subís?’ Y él aceptó”, recuerda Isabel.

All-inclusive

Pueblo chico, en Chubut se corrió la bola y lo que arrancó con un mensaje de WhatsApp derivó en un equipo multisectorial que redactó la versión inicial de la ley. “Queríamos una ley concisa, que reflejara la identidad regional patagónica y que abordara tanto la producción, como la salud pública y el consumo seguro”, comenta Isabel.

Antes de llegar a la legislatura, la propuesta pasó por los ministerios de salud, producción y seguridad. Cada instancia aportó elementos importantes al borrador final. Si algo caracterizó al proceso chubutense fue la participación all-inclusive de ministerios, colegios profesionales, asociaciones civiles de pacientes y empresas de cannabis.

Tu cara me suena

Como cuenta Horacio, miembro fundador de la asociación civil de pacientes usuarios de cannabis medicinal Cuatro Almas, fue la militancia y la interacción cara a cara con legisladores lo que legitimó la ley ante todos los partidos políticos de la provincia.

Como muchos otros, el club que fundó Horacio con amigos nació para satisfacer una demanda insatisfecha. Y de a poco, como la araña que teje, lograron apalabrar a los legisladores que terminaron cambiando miedo por compasión.

“Cuando nos enteramos que existía un proyecto de este tipo nos propusimos que las asociaciones civiles tuvieran un lugar. Organizamos una charla con legisladores y a medida que iban llegando nos dimos cuenta que ya los conocíamos a todos. Ya habíamos hablado con todos, conocían como venía la mano y eso facilitó mucho las cosas”, recuerda Horacio.

Su enfoque fue claro: mostrar a los legisladores cómo las asociaciones civiles estaban organizadas y reguladas, y cómo ya estaban cubriendo una necesidad que el Estado no lograba satisfacer.

“Logramos que muchos legisladores pasaran por el club, vieran lo que hacíamos, cómo cultivábamos y eso les cambió la perspectiva. Algunos hasta se emocionaron al compartir historias personales sobre cómo el cannabis había ayudado a sus familias”, recuerda Horacio.

Las formas sí importan

Si bien la militancia había construido un consenso de base en la Legislatura Provincial, Isabel tuvo que convencer a algunos legisladores.

El primer objetivo de Isabel y su equipo fue presentar un caso convincente para diversificar la economía de Chubut, tradicionalmente basada en industrias extractivas como la minería, la ganadería y la pesca.

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“Nuestro planteo inicial al gobierno se centró en la diversificación económica. El cannabis podría introducir una industria sustentable y generadora de empleo”, señaló Isabel.

La propuesta también destacó los beneficios para la salud pública, brindando acceso seguro al cannabis medicinal y aliviando la demanda en los servicios sociales.

“Todos los bloques políticos reconocieron que el cannabis estaba ayudando a muchas personas”, explicó Horacio.

Anticipación estratégica

Damián Domínguez, abogado y cofundador del club de cannabis Cuatro Almas, fue el encargado de explicar en la legislatura la importancia de incluir a las asociaciones civiles en la nueva ley.

Como secretario de la Federación de Clubes Cannábicos de Argentina (FECCA), Damián buscó sintonizar con los debates y las preocupaciones del sector público.

“Nos propusieron generar una mesa de trabajo para que se reconociera nuestra función dentro de la normativa. Una de las principales preocupaciones de los legisladores era la seguridad, especialmente en torno al transporte de cannabis y la posible desviación hacia el mercado ilegal”, señaló Damián.

Desde las asociaciones civiles se propusieron controles específicos, la capacitación de las fuerzas de seguridad y la creación de un sistema de trazabilidad. “Nos reunimos con el director de drogas peligrosas, quien presentó un formato para ejercer controles efectivos en el transporte de cannabis”, explicó el abogado.

Además, las asociaciones civiles y los productores acordaron someterse a análisis rigurosos para garantizar la seguridad de los productos, usando estándares como el análisis bacteriológico y cromatografía.

Ley de cannabis en Chubut: la negociación final

“Nuestro planteo al gobierno se centró no solo en el acceso seguro al cannabis medicinal, sino en crear una industria sustentable que generara empleos, incluyendo el turismo cannábico y las exportaciones”, añadió Damián.

“El gobernador entendió el potencial productivo del cannabis”, explicó el abogado.

El resultado final de las negociaciones fue la creación del Registro de Usuarios de Cannabis de Chubut, bajo la órbita de la Secretaría de Salud, que permitirá a los pacientes inscribirse para acceder al cannabis medicinal de manera segura, con productos que podrán ser adquiridos en farmacias locales.

También, regulará a aquellos que cultivan para sí mismos o para terceros, así como a las organizaciones que se dediquen a la producción y comercialización de productos a base de cannabis. Se emitirán certificaciones para las personas u organizaciones autorizadas, se actualizará el vademécum de salud pública para la incorporación de inflorescencias de cannabis y se creará la Agencia Chubutense de Cáñamo Industrial y Cannabis Medicinal.

Efecto dominó

Isabel, Horacio y Damián creen que el modelo de ley de Chubut podría establecer un estándar para la fiscalización del cannabis marca nacional. No sueñan con pajaritos de colores.

A la criolla, con sus medios, los chubutenses legalizaron el cannabis medicinal usando métodos, herramientas y estrategias que ya han funcionado en otros mercados como el de EE.UU.

“Hemos demostrado que es posible crear una industria de cannabis bien regulada. Ahora, se trata de expandir este éxito a otras provincias y formar acuerdos interprovinciales para abastecer de materia prima y apoyarnos mutuamente”, concluyó Isabel.

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Chubut podría estar sentando las bases de un modelo replicable en todo el país. No se trata únicamente de un avance local, sino de una estructura legal que podría ser adoptada por otras provincias para regular el cannabis de manera inclusiva y eficiente.

“Este marco legal no sólo genera empleo y fomenta el desarrollo económico, sino que también asegura que los derechos de los pacientes y cultivadores estén protegidos. En muchos aspectos, esta ley es un faro de lo que podría lograrse en todo el país, marcando un nuevo capítulo en la historia del cannabis en Argentina”, cerró Damián.

Fotos para el artículo Patagonia Rebelde: La Ley de Cannabis Que Podría Cambiarlo Todo, Contada Desde Chubut, de cortesía.

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