Amar, Fumar, Procrastinar: ¿Cómo Disfrutar de la Marihuana en Pareja en el Siglo XXI?
—“¿Qué comemos hoy?”, pregunta Valeria y le da una seca al porrito.
—“Resolve vos amor, por favor te pido”, responde Andrea al instante.
Pregunta alarmante si las hay en una relación de pareja. Al igual que tantas otras tareas de cuidado que (cada vez más) se comparten de manera equitativa.
Y si bien el uso terapéutico de la marihuana puede contribuir a la convivencia, al incrementar la empatía y bajar la ansiedad del ajetreo diario, también existe la posibilidad del cuelgue o la postergación de estas tareas.
Podemos colgarnos observando una araña que teje su trama en el patio, con un disco de Spinetta, ensimismarnos con un hobby particular o con el trabajo, mientras dejamos escurrir las tareas de cuidado.
Entonces, ¿cómo podemos hacer uso terapéutico-consciente del cannabis sin depender del otro en una relación de pareja?
En una entrevista exclusiva con El Planteo, la Dra. Angeles García Vara, psiquiatra, experta en salud mental y cannabis medicinal, ofreció su perspectiva sobre la cuestión, abordando tanto los beneficios potenciales como los desafíos asociados al consumo de marihuana en pareja.
Cannabis Medicinal en Relaciones de Pareja
García Vara destacó la importancia de cuestionar la línea que divide entre el uso recreativo y medicinal del cannabis y habló “desde un enfoque de uso adulto y responsable de cannabis”.
La Dra. graduada de la UBA explicó que, en las relaciones de pareja, el uso de cannabis puede ser beneficioso si se aborda con “responsabilidad afectiva“. Lo cual implica ser consciente del impacto emocional de nuestras acciones en los demás.
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Si bien el cannabis puede generar bienestar si se utiliza para mejorar la comunicación, la relajación y el disfrute conjunto, la clave está en la intención y el contexto, es decir, el “set y setting“.
“Las relaciones de pareja se construyen sobre la base de la responsabilidad afectiva, para luego ‘habitarlas y alojarlas’. Responsabilidad afectiva es sentir y entender que aquello que decimos y hacemos genera emociones y sentimientos en la otra persona”, definió la psiquiatra.
Por ejemplo: “Si yo le planteara a mi pareja: ‘tomá, fuma un poco que estás nerviosa/o y no te soporto’ seguramente generaría un intenso malestar. Si, por el contrario, yo planteo ‘¿fumamos un poquito para jugar, hablar de determinado tema, mirarnos, relajarnos, comer juntos, acariciarnos, etc.?’, generaría bienestar”.
Pero, ¿hay que usar cannabis para pasarla bien en pareja?
“Si tal vez te sentís con gran ansiedad, con los músculos tensos y deseas usar cannabis para bajar un par de cambios, probablemente te siente bien”, responde García Vara y recomienda sumar al combo aromaterapia, música y preparar el lugar.
“Desear lo que tenés ganas de hacer. Elegir qué, cómo, cuándo y con quién, nos remite al set y al setting”, agregó.
Out Rutina: Creatividad y Empatía
García Vara mencionó que algunas personas experimentan un aumento en su creatividad y una mayor apertura al diálogo y la empatía cuando consumen cannabis en dosis adecuadas.
“Hay personas que realizan tareas o actividades de forma automatizada, lo cual afecta su humor. Es importante recordar que el cambio empieza en uno mismo, en animarse a cambiar conductas estereotipadas y repetitivas porque cierran una vía importante que es la de sentir placer, romper con lo establecido, ser curioso/a, utilizar el humor”, continuó García Vara.
Y advirtió: “Excesivas dosis pueden producir el efecto contrario: inhibición, ideas paranoides, sueño, inquietud, temores”.
Desafíos: Procrastinación y Equilibrio
Procrastinación vs. Postergación
Garcia Vara diferencia entre “procrastinar” y “postergar”. Mientras que procrastinar puede dañar una relación al evadir responsabilidades, postergar puede ser una elección consciente para priorizar el bienestar personal y de la pareja.
El uso de cannabis puede influir en esto, dependiendo de la dosis y la intención detrás de su uso.
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“Procrastinar” es una demora por falta de diligencia en el inicio, desarrollo o finalización de una tarea o actividad que íbamos a realizar, generándonos intenso malestar, ansiedad o culpa al no poder concretarla.
“Si yo soy procrastinadora, fumo cannabis y me desentiendo de todo lo que sucede en mi entorno afectivo y paso ‘estar sin estar’, lo más probable es que el vínculo se resquebraje, sobre todo si es una conducta que se torna estereotipada”, advierte García Vara.
“Postergar”, en cambio, implica la voluntariedad de aplazar la ejecución de una tarea para darle prioridad a otra que consideramos más importante en ese momento.
Garcia Vara explicó que en esa voluntariedad de postergar una respuesta rápida al WhattsApp, por ejemplo, cabe la posibilidad de respetar los tiempos propios, conectarnos con nosotros mismos y distribuir las tareas de forma amigable, terminar los pendientes y atender prioridades.
Uso equitativo y responsable de cannabis en pareja
Para un uso equitativo y responsable del cannabis en la pareja, García Vara enfatiza la importancia del diálogo, el respeto por los espacios individuales y compartidos, y la toma de decisiones conjuntas.
“Hay parejas que fuman cannabis y se comunican de manera no asertiva, nada empática. Y puede ser que el pensamiento mágico las lleve a pensar que fumando cannabis van a arreglar los problemas de comunicación que tienen”, deslizó García Vara.
“Si estamos abiertos a un diálogo con capacidad de escuchar sin juzgar es posible lograr una mejor comunicación y que el cannabis sea un condimento agradable. Mayor sociabilidad y sensorialidad con incremento de la percepción visual, auditiva, táctil”.
“El quedar ‘loco/a’ en un contexto en el que queremos comunicarnos o dialogar sobre algo que interpela al funcionamiento de nuestro vínculo de pareja, tampoco resulta productivo. Una cosa es fumar para dialogar y otra muy diferente es olvidarnos de lo que queríamos decir”, recomendó Garcia Vara.
Señales de Alerta
El cannabis puede tener un impacto positivo en las relaciones de pareja, mejorando la comunicación, la empatía y la creatividad, siempre que se utilice de manera responsable y consciente.
Es fundamental estar atentos a las dosis y al propósito de su uso para evitar la procrastinación o un desequilibrio en la distribución de tareas y responsabilidades. También es crucial observar señales de alerta que indiquen un impacto negativo del cannabis en la relación, como ansiedad, paranoia, irritabilidad o dependencia.
Garcia Vara recomienda el uso moderado y consciente para evitar estos problemas.
“Hace poco me llamó la pareja una persona para decirme que ésta se sentía mal porque era ‘nueva’ en el uso de cannabis y se había comido un brownie entero. La contuve 7 horas. El secreto está en la dosis: pequeñas dosis, ya sea por vaporización o por combustión, ayudan, mientras que altas dosis nos pueden bloquear o acelerar”, recuerda.
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La Dra. señaló que, en casos donde el cannabis parece causar irritabilidad y reacciones agresivas, es importante verificar si hay consumo simultáneo de otras sustancias, como el alcohol, que pueden inducir estos efectos.
Además, destacó la importancia de la “tolerancia”, un fenómeno donde el cuerpo se habitúa al cannabis, requiriendo dosis mayores para obtener el mismo efecto. Para evitar esto, recomienda períodos de “detox de THC” para restablecer el sistema endocannabinoide.
Por último, García Vara recalcó la importancia de la comunicación y el respeto mutuo para disfrutar de los beneficios del cannabis en la relación sin crear dependencias o desequilibrios.
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