‘Dejamos Todo y Nos Fuimos’: Conocé la Familia Detrás de McConhals Camp, un Retiro Cannábico en Argentina
En tiempos de pospandemia, “multitasking” e hiperconectividad, el sueño de dejar la ciudad con rumbos más amenos para echar raíces en la playa, al campo, o la montaña, sin excesos, se vuelve una conversación recurrente.
Si bien una ínfima parte puede trabajar desde su casa, la mayoría encuentra limitaciones concretas como el acceso a la tierra y el desafío de tomar distancia de afectos, relaciones laborales, mandatos sociales y expectativas.
Contenido relacionado: Diputado Uruguayo Presentó Proyecto para Legalizar el Cannabis para Turistas: Hablamos con Eduardo Antonini
“¿De qué vamos a vivir?” “¿con quién dejamos lxs chicxs?” y “¿cómo empezamos?” son solo algunas de las preguntas que se hicieron Matías y Paola cuando decidieron dejar el Partido de La Matanza, en el AMBA, y mudarse a las sierras de San Luis para comenzar la construcción de un retiro cannábico.
Algo que llaman “Ecoturismo 420-friendly” o, en sus palabras, “un lugar libre de estigmas donde las familias con pacientes dentro del Registro del Programa de Cannabis (REPROCANN) pueda disfrutar, aprender y experimentar sin que les miren mal’’.
De vuelta a las raíces
Pero, ¿cómo llegaron estos cannabicultores en sus 20 años a viajar 800 km en un fiestita hasta San Luis? Y ¿cómo fueron capaces de lograr esto de forma colectiva?
“Mis abuelos son aborígenes de acá, nativos. La familia de mi abuela son los primeros pobladores de este pueblo. Mi abuela se fue a Buenos Aires a los 18 años. Con sus hermanos mayores tuvieron que emigrar para mandar un mango a la familia que quedaba en el interior”, cuenta Matías, descubriendo las raíces que los unen a las sierras.
“Cuando conozco este lugar, veo el potencial que tenía. Uno siempre está viendo donde está su lugar en el mundo. El llamado era acá, pero allá en la Matanza te hacés de un oficio, una profesión, estudios y te vas quedando, te vas quedando…”, explica y agrega que su afición por las plantas no es una casualidad.
Contenido relacionado: Cultura, Breeders e Industria: Así Fue Flipex, el Nuevo Evento Cannábico Argentino
De hecho, creció “en el rubro”. “Nací en San Justo. La actividad principal de la familia era vender plantas de vivero, y me pasé la infancia en invernáculos, vendiendo plantas en la feria. Empecé admirando el norte de California, pero ya con una familia y los números y la oportunidad me quedaba lejos. Entonces hicimos un trabajo de logística y encontramos que el microclima para el cannabis estaba acá, de donde es mi familia”.
McConhals Camp
Matías y Paola cuentan que, de entrada, si bien se prestaba todo para cultivar, incluyendo el microclima local y el agua de vertiente, los números no cerraban.
Encontrar el lugar, construir su casa con ahorro energético sin alterar el terreno o las especies del lugar, les tomó nueve años. “El tema es que mi generación no puede comprar terreno en Buenos Aires, por lo que tengo entendido. Y en este país hay terrenos”, dice Matías.
“¿Cómo es dejar todo? Bueno. Se puede, se puede conseguir un terreno. Se puede empezar. Este es el lugar. Hay tres microclimas en el mundo, uno en California que ya está muy explotado. Y este país tiene todo para crecer en esto”, continúa el autocultivador, sentado en un invernadero DIY, bajo un ejemplar de Desfran, genética argentina de cannabis.
¿De qué se trata McConhals Camp?
“Lo primero y principal, la premisa, es ser amigable con el medio ambiente. Hagas lo que se haga, no se puede negociar eso. De ahí en más. Es armar un retiro con tecnología de cultivo equipado para recibir a algunos viajeros, compartir conocimientos sobre el medio ambiente y el cannabis medicinal”, explican desde San Luis.
“El concepto es parecido al de un bar pet-friendly, los bares que son amigables con las mascotas, todos están de acuerdo con aceptar las mascotas. Esto sería, ecoturismo 420 friendly, ponele. Y que tengan un servicio estandarizado, algo global, con desayunos y terapias holísticas”, agregan componiendo la imagen del retiro.
A la hora de la construcción, el retiro plantea algunos desafíos, sobre todo, respetar la flora y fauna local, reducir los desechos y recuperar energía.
Por eso, para el ojo acostumbrado a ver paisajistas en Instagram o admirar malvones en balcones, el terreno puede parecer desordenado.
Contenido relacionado: Hedonism, el Centro Turístico en Jamaica que Permite Comprar Marihuana y Consumirla Sin Ropa
Cuesta un poco y los anfitriones ayudan mucho a entender el equilibrio natural que existe entre las plantas naturales que afloran en cada rincón. La presencia de insectos y microorganismos locales, los hongos en el suelo nativo y los animales, aportan lo suyo para hacer del cultivo, algo perfecto por naturaleza.
En perspectiva, estos autocultivadores prefieren la permacultura como modelo de gestión del espacio. Es decir, un sistema de diseño ecológico de áreas productivas que trabaja a favor del medio ambiente.
“Nos dejamos influenciar por los tiempos y por ser muy jóvenes, por el método de construcción tradicional. Nos gusta más, mucho más la permacultura, ok. Aun así, la casa no contamina aguas, se tratan con bacterias y vuelven al medio ambiente, tenemos inverters con paneles solares y termotanque solar. No conocemos los apagones, no gastamos más y se siente buenísimo, parecen costos elevados, pero se recuperan,” suma la pareja.
Y agregan que si bien el terreno se presta para el proyecto, podrían evaluar otras opciones. En ciernes se encuentra un Bio Estanque y la construcción de un primer domo de montaña o refugio, similar al que usan los montañistas, con un twist.
“Son del segmento Glamping. O sea, un camping más tecnificado con una estética hermosa que incorpora el medio a la estadía. Son muy versátiles y van re bien con el entorno de los árboles”, agrega Matías, que además planea ofrecer caminatas y talleres de granja, huerta y piscicultura.
—¿Cuánto se ahorraron con la casa sustentable? ¿Un 70%, 80% menos que en La Matanza?
—Te quedás cortísimo. Ahorramos mucho más. Además, soy electricista matriculado y todo el tiempo estamos generando ingresos con el reciclaje.
¿Ecoturismo 420 en Argentina?
La oferta de McConhals Camp promete ser variada. Esto se debe a un sondeo de mercado que encuentra una necesidad insatisfecha entre el turista local inscripto en el programa nacional de cannabis medicinal, REPROCANN.
“Es un lugar para las familias, que en otros lugares se sentirían incómodas. Porque no es lo mismo para todo el mundo. Vos, llegas de un viaje, y ¿qué querés hacer? Te querés relajar, armás todo y de repente estás al lado de gente que te reprueba o te estigmatiza. No podés, aunque estés de vacaciones. Y esto lo haría todo con permiso REPROCANN”, explica Matías y ahonda en el branding del retiro.
Contenido relacionado: Cómo Inscribirse en REPROCANN Gratis: Guía Paso a Paso para el Registro
“Me gustaría crear una comunidad, una red de visitantes al retiro. Gente que tiene realmente ganas de venir. Entonces lo que es el porcentaje de ocupación está garantizado porque la gente tiene ganas de venir, de vivir la experiencia”, dice Matías.
En esa oferta, y pensando en el futuro, en el McConhals Camp apuntan a compartir saberes con todas las generaciones y para eso planean incorporar la variable aprendizaje. Es decir, compartir conocimientos con los visitantes de todas las edades sobre cómo funciona el medio ambiente, cómo y por qué preservarlo.
“Por eso quiero que esté equipado con un stock de plantas. Acá viene un colega y queremos cortarla al medio y la cortamos al medio. Además, hago testeo de semillas para marcas, testeo de sustratos y de fertilizantes, seguimientos y lo acompaño con algunos videos para Redes Sociales. Aprendemos, intercambiamos experiencias, para conocer, hay que tocar, hay que manipular y demostrar”, suma Matías.
Acuñar un concepto
Sin decirlo, podrían arrancar no sólo con un micro emprendimiento dinámico y de nicho, sino también con un segmento nuevo en la Argentina, el del turismo 420, que alrededor del mundo ya suma unos 17 billones de USD.
Consultados sobre esta oportunidad, de escalar su concepto a desarrollos inmobiliarios, los residentes de las sierras prefieren tomarlo con la calma que inspira el lugar.
“En este momento somos una micro PyME. Todo inicia y termina en nosotros. Manejamos la técnica de cultivo de guerrilla [entre la vegetación], no va a ser nunca un cultivo outdoor o industrial en invernaderos gigantes. Nosotros buscamos estar a la vanguardia, siempre. Ahora tenemos un invernadero chico, pero para acuñar el concepto, armar la idea, por ahora alcanza”, explican.
Parece así que del “cultivo de guerrilla”, los bonaerenses, puntanos por adopción, han elaborado un concepto estético y de negocios.
Contenido relacionado: ¿Vacacionarías en ‘Kush’, Colorado? Este Pueblo Quiere Cambiar su Nombre para Atraer Turistas 420
“Diría un nivel estético o artístico. Les haces podas, las atas, les vas dando forma, podar plantas de cannabis es la terapia más linda del mundo para pacientes con ansiedad”, completa Matías.
—Al ser el cannabis una industria nueva en Argentina, muchas veces se piensa que las ideas son únicas, exquisitas, irrepetibles, geniales y sobre todo, dignas del secretismo. ¿Por qué comparten la suya con el resto del mundo?
—Si algo regalamos, son ideas, porque el sol sale para todos, esta luz, esta cultura, esta economía, tiene que brillar para todos.
Fotos de cortesía
Más contenido de El Planteo:
- REPROCANN: Cómo Inscribirse en REPROCANN Gratis, Guía Paso a Paso
- Aceite Cannábico: Cómo Hacer Aceite de Cannabis Casero
- Plantas que se Pueden Fumar
¿Tienes ideas o comentarios? Puedes contactarnos en info@elplanteo.com
Síguenos en Instagram, Facebook y Twitter.
Todo el material compartido por ElPlanteo.com tiene fines únicamente periodísticos e informativos.