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Cultura

‘Esto se Convirtió en mi Misión’: Pluzito, Oracular Host de DAMN! y Flamante Presentador de FMS

Por Hernán Panessi

‘Esto se Convirtió en mi Misión’: Pluzito, Oracular Co-Host de DAMN! y Flamante Presentador de FMS

✍ 25 June, 2021 - 13:07

Era 1986, era el año de la hazaña de Diego Armando Maradona, del furor por el cometa Halley, del lanzamiento de “Raising Hell” de Run D.M.C., de la sanción de la Ley de Punto Final. Un poco el destino, otro poco las casualidades y otro poco más vaya a saber qué asunto divino, hicieron que el niño Alejandro Poza naciera en el Sanatorio Antártida de la Capital Federal, a pasitos del Parque Rivadavia, en el barrio de Caballito. El mismo parque que, pocos años después, fue imprimiéndole a su vida una especie de cartografía. Una ruta, un norte: la entronización de un tendal de pistas posibles.

Pero es junio de 2021, todavía no es invierno y hace un frío inusual. En su casa de Caballito (“Ya son 34 años en Caballito”), Alejandro Poza, también conocido como ALe! PLUZ y mucho más como Pluzito, muestra algunos de sus tesoros -figuras, Funko Pop, regalitos, misceláneos- y dice que lo de él es un camino y que todo estotodo esto: competencias, discos, marcas de ropa, programas de radio, hosteo en FMSes apenas el comienzo de la aventura.

Si esto fuese una película biográfica, el primer plano mostraría el interior de la casa de los Poza, un dos ambientes en el que convivían unas seis personas. De pequeño, su madre lo lleva al Parque a diario. Ahí, de fondo, asomaban algunas de esas pistas: había bulla, había skaters, había BMX, había pantalones anchos y estaba el incipiente movimiento hardcore.

En la radio sonaba “Abarajame” de Illya Kuryaki and the Valderramas y Alejandro sabía que, por alguna razón, ese sonido se parecía a todo lo que emergía del Parque, su parque.

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Llegó Molotov y “Rapper’s Delight” de The Sugarhill Gang. Y llegó, también, la chance de empezar a ganar personalidad. Corría el año 1998 cuando fue junto a su mamá al barrio de Once para comprar sus primeros pantalones anchos: eran unas bombachas de campo, unos pantalones de combate.

En la banda sonora suenan canciones de Control Machete y de Cypress Hill.

Hasta que en el 2000, una de sus tías viajó a la Triple Frontera y le trajo un “CD trucho” de The Marshall Mathers LP, el tercer álbum de estudio de Eminem. Y, en parte, aquí yace su mito de origen.

El Aleph se parece bastante al Parque Rivadavia

Con un poco más de marco teórico, para 2002 ya estaba pisando los primeros eventos de hip hop y comenzó a mezclarse entre los pibes que estaban metidos en el asunto.

“El Parque Rivadavia era como Internet. Un día, compré una Rolling Stone de EE. UU. porque en la tapa estaba Eminem. Adentro, había una foto en la que Marshall estaba vestido de nerd y, en la página siguiente, estaba la misma foto, pero con el fondo todo grafiteado. Eso me voló la cabeza”, cuenta.Desde ahí, empezó a imitar tags, a hacer bombas, a dejar su marca. Flipó con el freestyle, vio documentales, leyó libros, se cebó con la golden era de la Nueva York de los ‘80. “Eso me enamoró”, confiesa Pluzito, personaje inclasificable del hip hop argentino.

“Siempre sentí que quería aportar algo y me dije: ‘¿qué tengo para sumar?’ Yo nunca me encasillé mucho”, sigue.

De la plaza al living de Susana

Empezó a tirar rimas junto a sus amigos, a escribir canciones, a grabar beats con el MTV Music Generator de PlayStation, a despertar un sentimiento romántico por la cultura hip hop que todavía lo acompaña.

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Para 2004, Pluz y su crew de aquel entonces, Rimadores Crónicos, brindaron su primera fecha en el CBGB. Ganó algunas competencias de freestyle, se llevó la E-Sencial Jam, visitó el plató de Susana Giménez.

“Cuando me llamaron para ir a lo de Susana, todo se congeló a mi alrededor. Pensé en usarlo a mi favor. Fui a los estudios de Martínez, tiré un freestyle y misión re cumplida. Para esa época, fue el video de hip hop más visto de Argentina con unas 350.000 reproducciones”, rememora.

En 2007 quedó tercero en la Red Bull: Batalla de los Gallos. Asimismo, clasificó para la del año siguiente. Ese mismo año, en 2008, sacó un mixtape y, poco a poco, fue alejándose del rap. “Lo mío es representar. Me gustaba ser el cerebro más que el rostro”, dice.

Por ese tiempo, estudió diseño gráfico en la UBA, organizó eventos de basket, convites para marcas de zapatillas y mucho, mucho más. “Pasaron 20 años de hacer cosas. Nunca quise ser el mejor rapero”.

De pronto, el alza de su confianza coincidió con la baja de su diversión. Tenía su chain, su propio micrófono, su par de zapatillas importadas, pero se sentía algo vacío.

Self made man

Por eso, en esa transición, el aporte de Pluzito pasó por diseñar su propia marca de ropa y un portal de noticias (Doggs Hip Hop) que tirara data a propósito de las pandillas, los lowriders, los skates, los tatuajes y la movida. “Hablaba de eso cuando nadie más lo hacía y tenía unas 15 mil visitas únicas. Me compré mi chain de un cuarto de kilo con mi página de hip hop y lo pagó Google”, bromea.

“Estuve muy atento a estudiar el juego”, confiesa.

Comenzó a cebarse con las zapatillas, a diversificar su pasión. Así llegó Sneakerhead Argentina, la comunidad de fanáticos de zapatillas más grande del país.

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“Entiendo la parte capitalista, pero desde los reyes hasta los hombres de las cavernas que el aspecto dice algo. Cada uno le da la bola que le da. Siempre recibí críticas por estas cosas. Si bien las zapatillas no son fundamentales para el hip hop, están conectadas por un contexto. Travis Scott, Kanye West, todos tienen su línea de zapatillas”.

Foto: @fvcksociety

Sin embargo, lo que más motiva a Pluzito no es «tener», sino «hacer». “Yo cambié la mentalidad del enfoque periodístico: pensé en comunidad, en darle un servicio a la gente”, dice. “Por eso, a mí dame algo mágico, no algo material. Y eso pasa por la seguridad de cada uno: soy yo en pija o en ojotas. Jamás me sentiría más que otra persona por tener algo material”.

Su marca de ropa puso como protagonista a Caballito (“En lugar de a Compton”, dice, bromeando sobre Straight Outta Compton de N.W.A.) y el contador de visitas de su canal de YouTube siguió engordando.

Llegó el gobierno de Mauricio Macri (lo llama “Mugricio”) y tuvo que ponerle un stop al negocio de la pilcha. “Pero yo soy un buscavidas, como Jay Z, 50 Cent… Esos pibes arrancaron de la nada y lo lograron. Siempre busco el balance para que la joda la pague una marca y todos a disfrutar. Esto se convirtió casi en una misión para mí”, reconoce.

Recalculando

Así las cosas, 2016 y 2017 fueron años para mudar de piel y de reinventarse. “Me sentía incomprendido”, confiesa.

Enseguida, otra vez el espíritu emprendedor: lanzó Fashion Killers, un programa de radio en el que hablaba de la cultura de las zapas. Duró uno, dos, tres meses. Poco más, poco menos. “Sentía que estaba dando un montón y que no se me reconocía”, explica el sentimiento que lo atravesaba por esos días.

Y, una vez más, si esto fuese una película, la acción se posaría en Los Ángeles, en Estados Unidos. Corte A: corría el 2018 y esa era la primera vez que Pluzito conocía la geografía de todos sus ídolos. “Estaba en un mood muy desconectado de todo”. Suena el teléfono, Pluzito se sorprende del remitente, atiende y no sabe qué decir.

Foto: @sergiovisor_ph

Corte B: mientras tanto, en Buenos Aires, el programa de radio referente del hip hop en habla hispana, DAMN!, se desarma: con el éxodo de Muphasa a España y de Juancín al mundo de la organización de eventos, Veeyam queda al mando del barco. Y, en lugar de matarlo, hundirlo o abandonarlo, decidió reinventarlo y hacerlo crecer.

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Después de unos días de suspenso, Veeyam llamó a Pluzito y le propuso ser el co-host de DAMN! junto a Tata. “Al principio iba a decir que no. Pero, al carajo: ¡otra obligación! Y DAMN! fue un renacimiento para mí porque encontré un canal en el que la gente me pudo entender”, señala.

Así, de camino a la reunión con Mario Pergolini, dueño de Vorterix, plataforma donde se emitía el programa, Pluzito inventó “Big Data”, una sección de carácter formativo en la que se explica un tema en profundidad.

“Me agradezco a mí mismo por nunca haber abandonado”, se dice, festejando su constancia, su coherencia y su consecuencia.

“Estuve listo para ejecutar la misión”.

Y este “renacer”, que le hizo explotar las redes sociales y lo puso en un lugar sacrosanto y oracular, llevó a que le propongan convertirse en el host de la próxima edición de la Freestyle Master Series, la liga de improvisación profesional más importante del país, reemplazando al mismísimo Misionero, el host más famoso de América.

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Foto: @irishsuarez

“Siempre fui y viví hip hop, pero hay muchísimo más. Esto es la previa, es la intro. Esto es una misión de toda la vida. La gente lo puede asociar con el éxito, pero es una estación más del viaje. Voy a aprovechar la llegada para seguir aportando al hip hop. Y al que no le gusta, que apriete los dientes”.

Relación respetuosa con el cannabis

De entrada, Pluzito banca el uso medicinal del cannabis y se maravilla de los estudios y del creciente número de aplicaciones y resultados positivos.

De hecho, incluso, está a favor de la despenalización y de la legalización. De su boca: “Me gustaría que el Estado esté involucrado y lo explote. Y que la explosión de este ‘mercado’ pueda dejar un beneficio económico en la sociedad”.

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Sin embargo, no se asume como un “evangelista del porro” ni le interesa demasiado promocionarlo. “Es algo muy propio de cada uno. No hay nada que esté bien ni que esté mal. Nunca me cebó ni cartelearla ni promoverlo. Está joya, tan joya como al que no le ceba”, resume.

En su intimidad, gusta de investigar, catas, sabores, pegues, historias y, fundamentalmente, revolver la relación estrecha que guarda con el hip hop.

“Mi uso es más recreativo que creativo. No es algo que hago todos los días. Es algo muy chill. Disfruto de los buenos sabores y de las buenas magias, pero nunca me pareció bien promoverlo ni nada de eso”, concluye.

Portada por @fvcksociety

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ACERCA DEL AUTOR

Hernán Panessi, editor periodístico en El Planteo, es un periodista especializado en cultura joven. Escribe en las revistas InfoTechnology, Rolling Stone, THC y Lento. Además, en Página/12, El Planeta Urbano, El Cronista y en el periódico uruguayo La Diaria. Colaboró para Revista Ñ, Clarín, La Nación, La Cosa, Playboy, Haciendo Cine, Billboard, Los Inrockuptibles, Forbes, VICEBenzinga, High Times y Yahoo, entre otros.

Hernán escribió los libros Porno Argento! Historia del cine nacional Triple X, Periodismo pop, Una puerta que se abre y Rock en Español. Fue docente en el Centro Cultural Rojas (UBA) donde dictó talleres de periodismo. Además, es programador de la sección VHS del Festival Internacional de Cine de Valdivia, en Chile.

Conduce FAN, programa periodístico sobre cultura, sociedad y vida moderna. Por su parte, también condujo en las FM Delta 90.3 y Nacional Rock 93.7. Asimismo, fue columnista en La Once Diez y Metro 95.1.

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