Puerto Rico Entra de Lleno a la Revolución Del Cáñamo con PR Hemp Biz

Cada vez pasa menos pero hubo que explicarlo. Una vez, dos veces, mil veces. Sucedió no hace tanto que el mundo del cannabis comenzó a despojarse de los prejuicios y a apoyarse, fundamentalmente, en la medicina y la educación. Fruto de este cambio y del constante avance de las legislaciones, la industria del cannabis viene en franco ascenso.

“Para adherirse a la industria del cannabis y del cáñamo solamente hay que tener visión, educación y actitud, ya que esta industria va mas allá del hecho de cultivar”, asegura con firmeza Noemí Pérez, consultora especializada en el mundo del cannabis que trabaja sobre dos ejes: sí, justamente, sobre medicina y educación.

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Por caso, este 22 de mayo se llevará a cabo en formato online el PR Hemp Biz, un evento que pretende configurar una visión holística sobre el cáñamo. “Podrán participar desde abogados, aseguradoras, gente que hace etiquetas, empaques, publicidad, cosas que atienden esta creciente industria, entre otros”, desgrana Pérez, una de las speakers del evento.

Desde el año 2015 que Noemí Pérez viene trabajando en la industria del cannabis. Emplazada en Florida, Estados Unidos, dirige sus empresas dedicadas al mundo de la educación del cannabis. “La primera vez que toqué el tema fue viviendo en Buenos Aires, cuando se sancionó la ley en Uruguay. Ahí advertí el futuro del cannabis y mi futuro”, cuenta.

Ese mismo año regreso a su país natal, Puerto Rico, avanzó con una Orden Ejecutiva hacia un modelo de desarrollo económico y salubrista de la industria del cannabis medicinal. Pero no fue fácil, ni instantáneo, ni mucho menos automático. Para que se afirme, hubo que trabajar. Y mucho.

“Cuando lanzaron el proyecto, nadie quería solicitar licencias. Puerto Rico es pequeño. Por el problema del estigma, ni pacientes ni comerciantes querían acercarse. Fue como un reto tomar al cannabis medicinal y lavarle la cara y volverla a presentar en sociedad. Poder proyectar para que la gente se sintiera parte de él y pudiera adoptarlo, incorporarlo, no solo como tratamiento, sino como modelo de negocios”, explica Pérez.

La industria del cannabis

Con una historia encima de consultoría enfocada al universo de las startups y la tecnología en las ciudades, Pérez promovió el primer evento de la industria del cannabis de su país. Era 2016, se llamó Puerto Rico MedCann.Biz y, por estos días, ya va por su sexta edición.

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“Si miras la agenda, el evento tiene todos los componentes: desde un alto nivel, buen discurso, importantes conferenciantes. Todo atendido desde un lugar serio. Y todos los años sigue creciendo a un ritmo loquísimo”, se ensancha orgullosa.

En sintonía con su recorrido profesional, sus empresas están dedicadas a la industria, la educación y la medicina, y configuran un ecosistema: hay formación, charlas de especialistas, conferencias para médicos, para la fuerza laboral, para los pacientes, round-tables de industria, premios y mucho, mucho más.

“Ante la aprobación de la Ley Federal del cáñamo decidimos integrar a nuestras comunidades de habla hispana a conocer las oportunidades de este nuevo mundo de oportunidades que nos asechan. Quisimos emular el primer evento de 2016. Se explicaron los modelos de cómo participar, cómo comenzar y qué puedes pretender de la industria. Será un resumen ejecutivo y vendrán expertos de todas partes. Es un evento realmente muy robusto”, dice en mención a PR Hemp Biz.

Los avances

En el pico de sus propuestas, el evento de febrero 2021 de Puerto Rico MedCann.Biz tuvo una particularidad: en el preámbulo de la conferencia, Noemí gestionó los permisos estatales para tener una exhibición de cannabis dentro de un centro comercial.

De la semilla a la floración, de la planta y su progreso. “A nivel nacional, es la única vez que ha pasado algo así. Me complace que la planta hoy tenga el lugar que merece en nuestra sociedad”, comenta Pérez.

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—¿Sentís que toda esta propuesta significó un avance para la consideración del cannabis medicinal?

—Hemos hecho un buen trabajo educativo. Me siento tranquila. Hay una aceptación del público general a la planta y a sus beneficios. Está aquí para quedarse. Los resultados de todo el trabajo que llevamos adelante significan un reconocimiento más a la planta que a nosotros.

En la actualidad, en las postrimerías de la revolución del cáñamo, PR Hemp Biz llega para ampliar el espectro, tender lazos y consolidar a la industria.

“Es el mayor movimiento que hemos tenido en nuestra economía desde el punto com. Ya está pasando. Esta aquí, se quedó. Queremos que nuestras comunidades estén alertas y se sumen a este movimiento global”, se entusiasma.

“Es el mayor movimiento que hemos tenido en nuestra economía desde el punto com. Ya está pasando. Esta aquí, se quedó. Queremos que nuestras comunidades estén alertas y se sumen a esta onda”, se entusiasma.

La importancia de la formación

En sus escuelas, Cannaworks Institute y Green Book Academy, Pérez y sus socios brindan formación a propósito de oficios usualmente considerados como informales pero que, en rigor, son formales dentro de la industria. Asimismo, cuentan con un servicio de staffing, en el que colocan a personas dentro de la industria.

El dato: solamente en Estados Unidos, unas 350.000 personas trabajan en forma directa en la industria del cannabis.

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“En Estados Unidos hicimos el Green Book Academy, un nuevo modelo de negocios. Es una escuela en la que emulamos carreras cortas, como un instituto técnico vocacional, con unas 40 horas para cada carrera. Con esta iniciativa queremos incluir a nuestras comunidades dentro de este circuito”, cuenta.

—¿Por qué decidiste volcar tu vida profesional al mundo de la educación?

—El cannabis necesita de una formación constante. Vi el espacio vacío. Advertí una oportunidad para sacar el proyecto adelante, como una herramienta más. Mi primera misión fue pensar cómo hacer para que la gente se adhiriera a la industria de cannabis medicinal. Y de la única forma que podés lograrlo es con la educación. Me tomé enserio el trabajo educativo y elevar la imagen de la planta.

—¿Cómo fue incidir en la construcción de la industria del cannabis en Puerto Rico?

—Parte de lanzar la industria en Puerto Rico fue ir de pueblo en pueblo, de lugar en lugar. Ver cómo esa información transformaba a los pacientes. Ver que un médico lo podía incorporar dentro del tratamiento. Luego, con la fuerza laboral. Y poder emular esa experiencia en otros ámbitos. Buscamos los protocolos educativos de la industria farmacéutica. El Estado exigía que eleváramos nuestro discurso. En esa época, había una crisis económica muy fuerte. Estábamos tocando fondo. Había miles de personas desempleadas. Hoy, vamos a terminar mejor preparados que el resto. Todo esto va a acelerar el proceso de las comunidades en la industria mundial. Tenemos 160 dispensarios, 25 instalaciones de manufactura. La industria está muy madura.

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—En lo personal, ¿qué significa para vos todo este progreso?

—Yo sabía que el cannabis era un trend en el mundo. Llegó Uruguay, pero había mercados desarrollados como Holanda y otros países de Europa. Sabía que era una gran oportunidad. Dentro de mi oficina no creían en el cannabis. Y creo que se instaló en mi vida para siempre. De verdad, creo que aquí voy a terminar. Y disfruto de todo: la transformación de los pacientes, el crecimiento del mercado laboral. Viniendo de hacer startups, ésta es la más grande que me tocó en mi vida.

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Fotos: Gentileza de Noemí Pérez.