Qué Pasó con Rodrigo Ventocilla, el Joven Trans Detenido por Marihuana y Muerto Bajo Custodia Policial en Indonesia
Parece una película de terror, pero es la vida real.
Rodrigo Ventocilla decidió pasar su luna de miel en Bali, Indonesia. Al llegar al aeropuerto, las autoridades lo detuvieron por presunto tráfico de drogas. Cinco días después, tras ser internado por una descompensación, Ventocilla murió bajo custodia policial.
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Esa es la versión oficial condensada. No obstante, la realidad de los hechos demuestra ser infinitamente más complicada. Todavía no hay respuestas claras en torno a las circunstancias de la muerte de Rodrigo Ventocilla; pero una cosa parece ser segura: ésta tuvo menos que ver con un amargo desliz del destino y más que ver con transodio, racismo y políticas anticuadas de drogas.
La versión oficial
Como informa The Harvard Crimson, Ventocilla era un economista peruano de 32 años. Estaba realizando un posgrado en Harvard y acababa de terminar una pasantía en Sudáfrica. También era un hombre trans, muy involucrado en el activismo LGBT y miembro fundador de la organización Diversidades Trans Masculinas.
En mayo de este año, Ventocilla se casó con Sebastián Marallano en Chile, ya que ambos eran hombres trans y el estado peruano no reconoce su derecho al matrimonio. Decidieron celebrar su luna de miel en Indonesia, pero jamás lograron concretar el plan. El 6 de agosto, al llegar al aeropuerto de Bali, las autoridades encontraron “restos de marihuana”, dos (2) pastillas sin identificación y lo que sospecharon que era brownies de cannabis. Acto seguido, fue detenido. Su marido, que viajaba en otro vuelo, también fue detenido al llegar e intentar ayudar a Ventocilla.
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Acá es donde la historia se pone pantanosa. Por un lado, como reporta la BBC, las autoridades indonesias afirman que Ventocilla ingirió drogas no incautadas. Esto habría detonado una descompensación y vómitos dos días después de ser detenido. Tras ser trasladado al Hospital General de Sanglah, no pudo ser estabilizado (según el personal de salud, por sus antecedentes médicos, aunque no queda claro a qué antecedentes se refieren). El 11 de agosto, falleció.
Es de notar que, en su momento, no se ofreció una explicación de por qué Marallano también sufrió una descompensación y tuvo que ser trasladado al hospital.
La fuente de la cual recogimos parte de esta información (que se empeñaba en referirse a Ventocilla como “una mujer peruana”) fue eliminada durante la elaboración de este artículo.
La versión de la familia
A todo esto, la familia de Rodrigo Ventocilla aporta un ángulo muy distinto de los hechos. Según el comunicado oficial, “Rodrigo fue detenido y sindicado por tener medicamentos vinculados a su tratamiento de salud mental, las cuales contaban con su prescripción de personal de salud”.
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Pero eso no es todo: también afirman que la policía exigía “sumas exorbitantes de dinero” para liberar al matrimonio, comenzando en los USD 13 mil y escalando hasta los USD 100 mil (por persona) con el paso de las horas.
La pareja estuvo incomunicada a partir del 8 de agosto, día en que habría sucedido la descompensación de ambas personas. Según la familia, “en todo momento la policía de Indonesia obstaculizó el acceso al hospital tanto a los abogados contratados por parte de la familia, como a los estudiantes de Harvard que asistieron en su auxilio. La familia nunca pudo comunicarse ni saber el estado de salud/diagnóstico de Rodrigo”.
Además, el marido de Ventocilla habría sido privado de su libertad sin un cargo específico, aún luego de la muerte de su esposo. Recién el 17 de agosto lograron repatriarlo, “gracias a los esfuerzos sobrehumanos de las familias y organizaciones de activistas y derechos humanos”, reza el comunicado. Según informa Infobae, tales esfuerzos incluyeron una colecta económica para pagar el viaje de Marallano.
Y como si todo esto fuera poco, todavía no se conoce con certeza la causa de la muerte de Ventocilla. Esto se debe a que las autoridades de Indonesia no permitieron realizar una necropsia, no facilitaron informes médicos y hubo atrasos e irregularidades en torno a la repatriación de sus restos, informa La Répública.
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Por todos estos motivos, la familia reclama al Estado peruano justicia frente a la violación de múltiples derechos humanos por parte de la policía de Indonesia, ante los indicios presentes de secuestro, extorsión y tortura.
La policía niega rotundamente esta versión de lo sucedido, según reporta The Bali Sun. De hecho, asegura que la detención no fue irregular ni tuvo que ver con que Ventocilla fuera un hombre trans, y que “simplemente actuaron profesionalmente”.
Más recientemente, como informó Infobae, la Embajada de Indonesia emitió otro comunicado al respecto. Éste vuelve a contradecir categóricamente la versión de la familia, llegando a afirmar que la pareja no había estado incomunicada y que la sobredosis de ambos había sido voluntaria.
El que calla otorga
Cabe destacar la profunda inacción del Consulado de Perú en Indonesia ante lo sucedido. Según la familia, el Cónsul Julio Eduardo Tenorio Pereyra no dio respuesta a los pedidos constantes y desesperados de los familiares de la pareja ni a la presión de organizaciones de derechos humanos. “El accionar del consulado fue tardío, negligente y obstaculizó el pedido de ayuda de los familiares cuando Rodrigo estaba aún con vida”, afirma el comunicado de la familia.
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El 24 de agosto, la Cancillería Peruana emitió un comunicado. En él, respaldó la versión de la policía indonesia y afirmó haber asistido en el caso, informa RPP Noticias. También se negó que se tratara de un caso discriminación racial y transodiante. “Uno de los connacionales detenidos habría incurrido en un delito grave”, dice el comunicado, justificando el accionar de la policía con la política de tolerancia cero de drogas del país.
Ante esto, varias organizaciones LGBT+ y de derechos humanos se manifestaron en repudio a la tibia respuesta del Estado, protestando frente a la Cancillería y difundiendo el comunicado de la familia en redes sociales. Como reporta La República, hasta la Defensoría del Pueblo instó a la Cancillería de Perú a abordar el tema con urgencia.
Frente a tales presiones, el gobierno peruano cambió dramáticamente de tono. El segundo comunicado de prensa emitido difiere ampliamente del anterior (que ni siquiera mencionaba a Ventocilla por su nombre). Éste anunciaba que la madre de Ventocilla se había reunido con el Canciller Rodríguez Mackay en el Ministerio de Relaciones Exteriores. Además, el gobierno peruano por fin se dignó a solicitar un reporte oficial a las autoridades de Indonesia para esclarecer la situación.
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De momento, la familia de Rodrigo Ventocilla ha presentado una demanda a las autoridades de Indonesia y al Cónsul Julio Eduardo Tenorio Pereyra. Después de varios retrasos e irregularidades, se logró repatriar el cuerpo de Ventocilla. Su entierro tuvo lugar recién el 6 de septiembre. Ahora, su familia y las organizaciones que la acompañan continúan trabajando para conseguir justicia.
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