En este video te contamos la historia de la ex Linera Bonaerense, la fábrica que supo tener la plantación de cáñamo más grande de la Argentina. Allí se producía cantidad de textil y cantidad de empleados, pero fue prohibida por la dictadura.
Desde que el cannabis comenzó a ocupar un espacio en los grandes medios de Argentina, la historia de la ex Linera Bonaerense volvió a salir a la luz. La empresa textil que, entre las décadas del 50 y 70, llegó a cosechar entre 250 y 400 hectáreas de cáñamo, en el pueblo de José María Jáuregui, recobró un espacio en la memoria y en las utopías de quienes sueñan con reactivar la industria y fundar una cooperativa de pequeños productores en Argentina.
Contar la historia de esta fábrica es mantener viva la memoria de aquellas familias de Jáuregui que vieron crecer a sus hijos en un pueblo que, gracias a la mentalidad avanzada del empresario belga Jules Steverlynck -que en 1928 fundó la algodonera Flandria- tuvieron su casa propia, una escuela industrial, un club de fútbol, un club náutico, un cine-teatro, una iglesia y la seguridad de un trabajo estable y bien remunerado.
Más de 3000 empleados tuvo esa fábrica ubicada a 8 kilómetros de la ciudad de Luján. Algodón, lino y cáñamo eran sus principales producciones. Esa estabilidad y la vida en comunidad comenzaron a desmoronarse con la irrupción de los militares al poder en 1976. Aliados a la política de Estados Unidos en su “guerra contra las drogas”, las plantaciones de cáñamo fueron un objetivo más a desaparecer. Y lo hicieron.
“No más cáñamo en esta Patria, señores”, sentenció la milicada. La estocada final llegó con el menemismo. La destrucción de la industria argentina con las políticas neoliberales de Domingo Cavallo y las importaciones sin control con el 1 a 1 aniquilaron a esa empresa que fue mucho más que una fábrica.
Lee la historia completa: Jáuregui: Viaje al Corazón de la Historia del Cáñamo en Argentina