Zona Ganjah: Microdosis el Bosque y la Música como Sanación

En constante evolución, José Gahona, cantante y compositor y productor de Zona Ganjah, no se asienta en ningún adjetivo. Músico, sanador y guerrero social, busca transmitir coherencia en tiempos de incertidumbre utilizando a la música como sanación.

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“En un contexto donde los medios independientes toman más relevancia, la gente busca verdades e información fuera de los medios tradicionales”, afirma José. Sin lugar a dudas, él mismo es parte de ese fenómeno social transmitiendo su sabiduría a través de sus letras.

La música como herramienta de sanación

“El Público de ZG no es el público del reggae, ni el del hiphop: es el público del mensaje, del que va a escuchar el contenido”.

Zona es búsqueda, es I&I y es la conexión con uno mismo, con una verdad sostenible en el tiempo en oposición a las verdades efímeras que abundan en la actualidad.

José llegó a sus letras en un momento de su vida en el que necesitaba escuchar esas palabras. Con frases de aliento, el primero que experimentó el poder de sanación de ZG fue el propio autor.

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Con el tiempo, siempre desde el under, ya desde principios de la década del 2000, Zona Ganjah supo posicionarse como una banda referente de la música consciente.

Las primeras canciones fueron grabadas en Chile y nunca publicadas oficialmente. Sin embargo, de alguna manera terminaron en la Nube, a través del viejo Ares, y de boca en boca, o  p2p (peer to peer). Así, el primer disco se esparció de forma orgánica por toda América Latina.

Un pionero de los sellos independientes

Hoy en día, muchos artistas jóvenes apuestan a su propia difusión evitando caer bajo las tentadoras garras de un sello discográfico mainstream. Zona Ganjah no, ZG siempre supo entender el panorama musical y usó las redes sociales para esparcir su música sin la necesidad de contar con un respaldo institucional. El único respaldo que necesitó fue el de su propia gente.

“Hoy en día es más fácil… Hoy tenemos todo más barato y software. En ese momento sólo había Fruity Loops y no había plugins. Pero, por otro lado, como es más fácil hay una saturación de ofrecimientos y el artista tiene que hacerse un lugar lleno de artistas y propuestas”.

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Él supo entender que la música es de dominio público y, en ese momento, la música era pirateada. Sabiendo eso, Gahona mismo pirateo sus temas subiéndolos a Internet y habilitando su descarga gratuita.

Pero las cosas cambiaron. Jugando bajo las reglas algorítmicas de Spotify y YouTube, ahora el público no sólo desea escuchar música, sino también verla. Por eso, amplió su oferta audiovisual con nuevos proyectos como “Sesiones CC Records”, un streaming desde las hermosas montañas mendocinas y más.

Chau Babylon: De la ciudad a la montaña

Como digno guerrero de Jah, José buscaba su inspiración caminando por la ciudad y nutriéndose de lo que iba viviendo. Previamente, había afirmado que, por el momento, sentía que su lugar no era irse de la tóxica ciudad, sino esforzarse para sanar desde adentro, desde la frivolidad del concreto de una metrópolis capitalista.

Hoy en día, ya está instalado en la naturaleza y sigue necesitando conectarse con la realidad para encontrar la energía de creación. “Necesito ver lo que está pasando para que me suceda algo emocionalmente y sentir que es mi momento de actuar. Y mi momento de actuar es a través de la música”.

Así es como ZG llegó a clásicos como “Qué Será De Mí” y “Despoblamiento Global”.

Psilocibina, cannabis y otras plantas de poder

Sin lugar a dudas, Zona Ganjah se constituyó como una de las voces más fuertes para combatir la demonización del cannabis en Latinoamérica.

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“Ya se puede hablar de la marihuana. El gran trabajo fue quitar el primer estigma y que la gente sepa que, detrás de la marihuana, hay algo medicinal. Ahora la gente puede preguntar qué es; antes, no”.

—¿Cuál es tu opinión sobre la legalización que se está llevando adelante en Argentina?

—Me hubiese gustado que se hubiese legalizado por la necesidad de los niños que están sufriendo, pero no: fue porque vieron el negocio. Ahora, empresas como Monsanto estudian cómo intervenir la planta devaluando el valor moral y espiritual de esta medicina. El cannabis impulsa la conciencia, detrás del uso del cannabis hay un uso espiritual. Al optimizar la planta para el beneficio económico, podría debilitarse su aporte espiritual.

José se considera un observador de las plantas de poder. En sus palabras: “Cuando experimenté, me di cuenta que hay mucho más de lo que podemos tocar. Es una llave que solo te la dan las plantas”.

Al igual que el micelio conecta a los árboles, los hongos regeneran el tejido neuronal interconectando neuronas con nuevas redes.

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En ese sentido, acompañado de una terapeuta profesional, José realiza una terapia de microdosis de psilocibina.

—¿Qué beneficios te trajo esta terapia con psilocibina?

—Vi cambios en mi conciencia, en la manera de ver mi mente, el ego. Lo vi desde otro lugar y esto nunca lo había sentido. No es un viaje invasivo, ya que no sentís efecto alguno. Va al lugar más oscuro de nuestra mente, ahí donde nos inventamos todos nuestros problemas y luego los exteriorizamos. Ahí es donde va esta medicina.

Fotos de cortesía