5 Errores Clave en la Legalización del Cannabis en EEUU: ¿Qué Podemos Aprender?

• Minnesota y Washington D.C. enfrentan vacíos legales en su regulación de cannabis.
• California y Nueva York luchan contra la competencia del mercado ilícito de cannabis.
• La Ley Agrícola de 2018 generó un mercado caótico de derivados de cáñamo no regulados.

La legalización del cannabis en EEUU ha estado marcada por numerosos errores y retos, creando tanto quebraderos de cabeza como oportunidades para empresas, consumidores y reguladores.

Aunque las políticas suelen ser bienintencionadas, su aplicación suele acarrear importantes consecuencias inesperadas. Esto se debe a que, tras décadas de prohibición, la legalización del cannabis es esencialmente un experimento social: nadie puede saber con exactitud cómo va a resultar.

En este artículo, exploramos algunos de los errores normativos de la legalización del cannabis más significativos que han marcado la historia reciente de la industria del cannabis en EEEU. Ofrecemos un Top 5, del quinto al primero, aunque puede que tú tengas tu propia opinión.

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Errores en la regulación del cannabis de EEUU: Top 5

5. Lagunas en la legalización del cannabis en Minnesota

A pesar de legalizar el cannabis en 2023, Minnesota no emitirá licencias hasta 2024, dejando un enorme vacío normativo.

Viendo que la Oficina de Gestión del Cannabis tardaba demasiado, las tiendas de cáñamo y locales para fumar se han aprovechado y han empezado a ofrecer cannabis como “regalo” con otras compras. Resulta que las autoridades no están contentas con eso y han respondido confiscando casi USD 1,4 millones en productos ilegales.

Los reincidentes se enfrentan a una prohibición de licencia de cinco años y quedarán fuera del mercado autorizado, que se espera que incluya más de 3100 licencias.

4. El caos regulatorio de Nueva York

El programa de cannabis de Nueva York, ostensiblemente dirigido a la equidad social, se enfrentó a un drama debido a un liderazgo deficiente y a una normativa confusa. A mediados de este año, operaban más de 2.000 tiendas sin licencia, mientras que sólo se habían abierto 120 dispensarios legales. A principios de año, el alcalde de Nueva York, Adams, decidió crear un grupo de trabajo especial para reprimir el cannabis sin licencia, cerrando más de 1.000 tiendas.

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La falta de una concesión adecuada de licencias y de transparencia, combinada con una aplicación ineficaz de la ley, se destacaron en un informe interno como razones para que floreciera el mercado de cannabis sin licencia, por lo que se despidió al jefe de la Oficina de Gestión del Cannabis (OCM).

3. La Proposición 64 de California y el próspero mercado ilegal

En California, la Proposición 64, aprobada en 2016, pretendía legalizar el cannabis y reducir la actividad del mercado ilícito. Sin embargo, los elevados impuestos y las complejas normativas empujaron a muchas empresas hacia el mercado ilícito. Para 2024, el mercado ilícito estaba prosperando, a menudo superando a la industria legal, lo que demuestra cómo una regulación excesiva puede empujar a las empresas a la clandestinidad.

Teniendo en cuenta esta situación, el gobernador de California, Gavin Newsom, y la Cámara de Representantes de California avanzaron con una serie de proyectos de ley destinados a mejorar los balances de las empresas legales de cannabis y ofrecer mercados alternativos para los productores, incluidos Farm Markets, y coffee shops similares a los de Ámsterdam.

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Pero más recientemente, el gobernador decidió prohibir los productos derivados del cáñamo, imponiendo un estricto límite de contenido de THC y restricciones a la fabricación en el Estado. Entre otras consecuencias, esta decisión de emergencia —que tomó por sorpresa a la industria del cáñamo— está afectando a las familias cuyos hijos dependen de productos con alto contenido en CBD. La situación es ahora objeto de disputa en los tribunales, con una reciente sentencia contraria a las pretensiones de la industria del cáñamo.

2. La “economía del regalo” en Washington D.C.

En Washington D.C., la posesión de cannabis es legal, pero el distrito no puede crear un mercado regulado debido a la interferencia del Congreso. Esto ha llevado a la creación de una “economía del regalo” en la que el cannabis se vende junto con productos no relacionados.

Esta laguna ha impedido que el distrito genere ingresos fiscales y ha ahogado el crecimiento de un mercado legítimo de cannabis. Aunque los reguladores de D.C. no tienen toda la culpa (porque el estatus especial del distrito dificulta la legalización del cannabis en el territorio), el Senado aprobó recientemente una cláusula adicional que habría permitido a la ciudad crear su propio sistema de venta legal de uso adulto.

Ahora, las autoridades de D.C. pretenden tomar medidas duras contra las tiendas de regalos, destinando recursos públicos y esfuerzos policiales para empujar a estos negocios a convertirse en dispensarios de cannabis medicinal, algo que nunca han sido.

1. Lagunas de la Ley Agrícola de 2018

El campeón indiscutible de las meteduras de pata en materia de regulación es, sin duda, la laguna en la Farm Bill 2018 (Ley Agrícola 2018) que legalizó los derivados del cáñamo.

Esta ley legalizó el cáñamo, que se define como una flor de cannabis que lleva menos del 0,3% de THC por medida, pero inadvertidamente permitió que el delta-8 THC, el delta-9 THC y otros compuestos similares se derivaran sintéticamente en laboratorios utilizando métodos de extracción química.

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Estos compuestos psicoactivos son la base de toda una industria que vende productos no regulados, algunos de los cuales podrían estar respetando las exigentes prácticas de los fabricantes, y otros no.

La mayoría de los fabricantes de cáñamo ha aprovechado las ventajas legales sobre la industria del cannabis para montar una logística federal que está prohibida para los productores de cannabis. Aun así, el resultado de este imprevisto es caótico en términos de políticas públicas y regulaciones, obligando a tomar decisiones estado por estado, causando fuego cruzado entre lobbistas (grupos de presión) y confusión en los clientes.

Estos cinco casos ilustran cómo una normativa incompleta o mal diseñada puede tener repercusiones duraderas en la industria del cannabis.

A medida que el panorama legal siga evolucionando, es probable que en el futuro se cometan errores, ya que los reguladores y las empresas navegan por territorios desconocidos. Esta lista solo pone de relieve algunos problemas. Sin duda, hay más retos por delante, a medida que la industria del cannabis sigue creciendo y los reguladores intentan construir un marco sólido con el balón en movimiento.

Vía Benzinga, traducido por El Planteo

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