Opinión: Hablemos del Sexismo en la Industria de la Marihuana

Por Mary Jane Gibson.

Antes de llegar a mi actual vocación de escribir sobre porro, tuve tantos trabajos diferentes que es una broma entre mis amigxs. Fui marinera en un barco salmonero durante cuatro gloriosos veranos en Alaska. Fui lanzadora de chupitos de tequila en la pista de baile de un club nocturno de Londres. Me volví muy buena poniendo un condón en un plátano cuando fui de gira a los institutos para hablar a adolescentes sobre sexo seguro. He actuado en obras de teatro; mi favorita tenía que ver con bailar con las cenizas de mi marido muerto en una urna. He sido asistente de producción, empleada de entrada de datos, camarera, niñera, paseadora de perros… Básicamente, desde que me fui de casa a los 16 años, he hecho lo que fuera para pagar las facturas. Conseguí un trabajo escribiendo sobre porro en esta revista hace más de una década y, desde entonces, he tenido la suerte de ganarme la vida cubriendo la cultura, tendencias y noticias sobre cannabis.

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Tengo que decir que, de todas las industrias en las que he trabajado, la de la marihuana ha sido la más frustrante cuando se trata de algo que va a hacer que algunxs de ustedes aprieten los dientes. En mi experiencia, es un tema profundamente impopular. De todos modos, voy a hablar de esto.

Bueno, entonces, chicxs, ¡sexismo y misoginia! Es agotador. Pero escuchen, es en serio: por mucho que estas cosas les haga poner los ojos en blanco, es algo de lo que tenemos que hablar, porque está cada vez peor.

Vivimos una época de tensión en todos los sentidos, en todos los niveles de la sociedad. Puede parecer implacable. Puedo rastrear mi ansiedad perpetua sobre las cosas que se joden hasta el 8 de noviembre de 2016, la noche en que lxs votantes de California legalizaron el cannabis para uso adulto. Yo era nueva en Los Ángeles, y estaba orgullosa de cubrir los resultados de las elecciones para High Times. Y todxs conocemos la otra gran noticia de esa noche: la amenaza naranja, Donald Trump, ganó la presidencia. Y un montón de gente de la comunidad cannábica celebró su victoria. Me quedé boquiabierta, junto con millones de mujeres de todo el país.

Durante los siguientes cuatro años, tuvimos historias del estilo “Por qué el presidente Trump está posicionado para ser el gran salvador de la marihuana”. Bueno, que conste que el fiscal general de Trump, Jeff Sessions, desató a los fiscales federales rescatando el Cole Memo; su secretario del Tesoro, Steve Mnuchin, se negó a proteger a los bancos que hacían negocios con la industria del cannabis; y cero reformas federales tuvieron lugar bajo la mirada de DJT.

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Ahora, te estarás preguntando: ¿por qué esta tipa se queja de Trump en el 2022? Porque -y suelta ese porro antes de seguir leyendo- además de ser imposiblemente racista, y de perpetuar la Gran Mentira (el fraude de las elecciones), las investigaciones muestran que Trump hizo a la sociedad más sexista.

Enfoquemos esa lente en la comunidad cannábica. Cuando empecé a escribir sobre porro, y a trabajar en las copas cannábicas de todo el país, un montón de mujeres estaban rompiéndola en la industria. Era una época embriagadora y optimista. En el 2015, Newsweek publicó un artículo titulado “Cómo la marihuana legal podría ser la primera industria de mil millones de dólares no dominada por los hombres”

Trabajé con muchas de esas mujeres, y me incluyo cuando digo que nos animaba la posibilidad de que la fiebre verde fuera un espacio justo y equitativo. Creíamos que el Brave New World of Weed no iba a estar dominado por los jugadores habituales, y que no tendríamos que luchar por sentarnos en la mesa; íbamos a construir la mesa juntxs, y a ocupar cualquier tipo de silla/trono/sillón que quisiéramos.

Pero las mujeres no han ganado terreno en la industria del cannabis; junto con lxs ejecutivos y propietarios de minorías, lo hemos perdido. El año pasado, el porcentaje de mujeres que ocupaban puestos ejecutivos en el sector del cannabis cayó por debajo de la media de otras industrias estadounidenses.

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“Lxs expertos de la industria sugieren que los mercados competitivos tienden a favorecer a las empresas con hombres blancos en puestos de propiedad y liderazgo, principalmente debido a su acceso establecido al capital“, informó MJBiz. “Más ejecutivos de los sectores principales están optando por la industria del cannabis como una nueva oportunidad, acelerando el aumento de los hombres blancos en posiciones de poder”.

Y vaya, ¡algunos de esos hombres están muy enojados con las mujeres! Hace poco, el CEO de una empresa de Oklahoma se enojó tanto porque una representante de ventas de una plataforma de empleo de cannabis incluyera sus pronombres en su firma de correo electrónico que le respondió: “No me comunico con conchud*s ignorantes que no saben lo que es una mujer. ¿Eres una “ella”? Por favor, muérete para que Dios pueda rectificar su error”.

A esto me refiero con que las cosas van a peor. Tipos como este se sienten envalentonados en la era post-Trump. Cuando empecé a cubrir noticias de cannabis, había muchas cosas en las que trabajar en cuanto a igualdad y representación, pero me sentía esperanzada.

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Retrocedamos rápidamente hasta hace unos meses, cuando un tipo comentó en una historia que había escrito que iba a meterme los huevos en la boca para callarme. Estoy bien, pero creo que podemos hacer un mejor trabajo cuando se trata de responsabilizar a tipos como éste. (Además, amenazar con meterme los huevos en la boca para callarme es una locura, que demuestra que no tienes concepto de la existencia de los dientes).

Anoche terminé en una fiesta de la industria en la que charlé con tres mujeres jóvenes sobre cómo se sentían en la industria. Cada una tenía una historia sobre cómo lidiar con algunas malditas tonterías sexistas. Y cada una dijo que seguía trabajando en cannabis, porque le gustaba mucho. Hablamos de nuestras esperanzas para el futuro del cannabis, y de cómo deberíamos decidir cómo es.

No deberían ser los chicos tontos los que dijeran “no se permiten mujeres en la sala de cultivo”, como se alegó en una reciente demanda. Ni deberíamos tener que preocuparnos por la intimidación y el acoso. ¿No sería jodidamente increíble que hiciéramos de la industria de la marihuana el entorno más inclusivo, progresista y beneficioso para todas las personas que quieran sentarse a la mesa?

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Bueno, ¡podemos hacerlo! Pero seguro que no podemos hacerlo sin los hombres. Y si los hombres quieren saber qué pueden hacer para mejorar las cosas, empiecen por apoyar a las empresas que apoyan a las mujeres. No hace falta que compren porro a imbéciles.

Si todavía estás leyendo y estás enojadx por lo que digo, dale otro toque a ese porro. Que sepas que no estoy enojada con los hombres. Estoy pidiendo a los hombres que se enojen en nombre de todas las mujeres que esperan y merecen más de esta industria y comunidad. No les perjudica que a todas nos vaya bien; no venimos a por su participación en el juego. Estamos diciendo que podemos construir algo que sea verdaderamente nuevo, con ustedes. Vamos.

Vía High Times, traducida por El Planteo.

Publicación original: julio 2022

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