Akapellah Habla de Weed: ‘Yo le Tengo Miedo al Alcohol, Prefiero el Cannabis’
“La gente a menudo nos juzga por el contenido de nuestras canciones y nuestros videos. Frecuentemente buscan asociar el consumo de marihuana con la vagancia, la violencia, la irreverencia… Pero el mundo está cambiando y la gente inteligente, la gente con cultura general, ya puede darse cuenta que si hay ventanas como esta, donde medios de la importancia de Forbes ya están abriéndose a ver qué carajo piensa un venezolano de 30 años que hace rap y trabaja con marihuana medicinal, es porque hay algo más detrás de todo esto”, declara Pedro Elias Aquino Cova, uno de los raperos más reconocidos de América Latina, mejor conocido como Akapellah.
Con un interés confeso en posicionarse sobre las bondades del cannabis y de sus propiedades medicinales, la historia de Pedro y la hierba fue muy de la mano con su acercamiento al mundo de la música.
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“Cuando comencé en la música, mi vida giraba en torno al hip-hop y toda la música de negros, a eventos de reggae. Y, obviamente, la relación que tiene el cannabis con la música urbana, con todos estos géneros, estos estilos de vida, esta cultura, es muy estrecha”, agrega, sentado en el sótano del teatro Espacio IFT en Buenos Aires, Argentina, iluminado por la tenue luz de un reflector, ostentando un look impecable.
El cannabis lo apasiona y la emoción que le genera discutir el tema es evidente.
Una planta, varios significados
Durante su niñez, Pedro aprendió sobre el cannabis a través sus padres y otros adultos a su alrededor. Todos le advertían sobre los riesgos de la lechuga del diablo, comparándola con otras drogas “duras”, por lo que el descubrimiento de lo que realmente representa el cannabis fue todo un shock.
“Cuando eres niño, se supone que un adulto te está dando información veraz: tú confías en tus padres y todo lo que digan se supone que es cierto, porque ellos son más adultos, están más preparados y han vivido más”, dice.
“Es delicado enterarte luego, de grande, que hasta tu mamá y tu papá te dieron una información falsa. El cannabis nunca fue igual que el crack o que alguna otra cosa; pero cuando te regañaban de niño, la marihuana era una especie de chivo expiatorio”.
En el mundo de Akapellah, el estigma alrededor del cannabis no sólo emanó de sus padres y de sus familiares, sino también de otras figuras de autoridad como el gobierno y la policía.
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“Hace unos años, la policía te trataba como un delincuente por un joint. Pero hoy en día, si a mí me llega un policía a quererme hacer sentir mal, ya no pueden. Lo mío es consumo personal, ni siquiera tengo una cantidad para que me enjuicie. El cannabis no tiene nada de malo. Se supone que así debería ser, pero no en todos los países se cumplen las reglas”.
Para su familia, la transición, el proceso de re-significación del cannabis, fue difícil de todos modos. Deshacer años de prejuicios no fue una tarea simple.
“Había demasiado interés en quién decidió incluir a marihuana entre las diez sustancias más perseguidas. Se hicieron estudios ridículos con ratones que se intentaron traducir al humano, todo ridículo, más aún en una época en que recetaban cigarrillos los doctores y la gente fumaba cigarrillo en los pasillos cerrados y en los aviones”, recuerda el rapero.
“Obviamente, con el pasar de los años aprendemos y no quiero subestimar a las personas de antes ni creerme más; pero a veces echo un vistazo a cómo era la humanidad y qué primitivos éramos y me sorprendo… A mí me encanta que nuestra época haya sido en la que nadie pueda discriminar a nadie. El mundo es diferente ahora: déjalo que sea negro, rosado, azul, amarillo, verde, cannabis, lo que sea. Mientras que nadie le haga daño a nadie”.
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Y continúa: “Yo asumo y sé cuando alguien domina más un tema que yo. Y digo ‘yo creo que él está más capacitado, pregúntale a él’. Me encanta esta generación, a pesar de que el mundo se está acabando, no hay agua, las guerras y todo eso. Pero que podamos caminar por ahí sin que un señor les de gritando a un niño algo que viene de otro país, me encanta. Me encanta que todo lo que está bien visto esté bien visto mientras no le haga daño a nadie. Me fascina ver esa señora súper alarmada porque está viendo caminando algo que en su época no existía y que ahora eso que está viendo caminar, esa pareja, esa persona, ese chico, esa chica, ese marihuano, lo que sea y que sea legal y esa señora no pueda decir nada y se tenga que quedar callada es como estar ganando la pelea”.
Legalícenla
Más allá del avance de la aceptación social del cannabis, Pedro reconoce y aboga por la necesidad de legalizar la planta en todo el mundo.
Haciendo alusión a su propio país, asegura, “la manera en la que está penalizado en Venezuela es brutal”. Según explica, en su país de origen, “una persona puede llegar a pasar años en la cárcel por una cantidad que no lo ameritaba, porque no se toma en cuenta la cantidad, sino el hecho que se le consiguió marihuana”.
Y agrega, “no hay un filtro donde se observe si estás mandando a la cárcel junto a asesinos, a un simple padre de familia o un jardinero, alguien que en su vida se ha robado un caramelo y simplemente fuma marihuana y ya. Ese es el primer filtro que hace terrorífico lo de caer preso en Venezuela con weed”.
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Para Akapellah, ésta es la principal razón para legalizar la marihuana: dejar de encerrar gente no violenta, dejar de perseguir a quienes no merecen persecución.
Por otro lado, el artista destaca las propiedades medicinales y terapéuticas del cannabis, hoy en día demostradas por incontables estudios clínicos y observacionales. “La gente que está en la política, viaja. Tienen que estar tan enterados; son gente culta. Yo estoy seguro que toda esa gente sabe las propiedades positivas, curativas y medicinales que tiene el cannabis”.
La tercera pata de su argumento gira en torno al cannabis para usos meramente recreativos o lúdicos. “Prefiero mil veces a 15 chabones [tipos] fumando porro [weed] en una esquina que a 15 bebiendo ron. Yo no confío en la gente que bebe”, confiesa.
“Yo no le hecho daño a nadie, nunca, con un porro en la mano. En cambio, yo estoy cansado de ver gente borracha haciendo estupideces y no confío en la gente borracha, no me agradan… Osea, venden botellas de Four Loko [una bebida alcohólica enlatada tan fuerte que se la ha llamada ‘cocaína líquida’ por su receta, que incluye guaraná, taurina y cafeína] en los supermercados pero la weed es ilegal. No tiene sentido”.
Consumo consciente
Enamorado del cannabis, Pedro pasó años intentando recrear su primera experiencia con la maría. Como todo consumidor asiduo sabe que rara vez vuelve a encontrarse esa primera sensación.
Pero Pedro también es un consumidor extremadamente consciente y responsable. “Fui usuario a tiempo completo hasta hace unos tres años, que me tocó parar un poco, es parte del proceso”, cuenta.
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Al parecer, el cannabis ya no generaba en él el efecto deseado. Por lo que decidió tomarse una pausa. “Si ya no me está haciendo sentir tan bien, no tiene ningún sentido. Si comencé, fue por eso y le agarré cariño. Considero que si llegó un punto de desbalance químico y de repente ya está creando alguna otra afección, no tiene sentido seguir siendo consumidor crónico. Aparte hoy en día hay demasiadas maneras de consumir cannabis sin fumarlo”.
A lo largo de los años, el artista también se formó en lo teórico. Empezó a distinguir a las flores del prensado, a la índica de la sativa, a las cepas corporales y relajantes de las energizantes.
Fue esta exploración la que en última instancia lo llevó a lanzar su propia línea de semillas en sociedad con el famoso banco de semillas BSF Seeds: O.B.G. Kush.
Pedro conoció a uno de los cofundadores de BSF, Mariano Duque Velazco, y al resto del equipo en Chile. Rápidamente identificaron un interés en común: el cannabis y su genética.
Luego de una discusión breve, llegaron a un acuerdo: lanzarían una semilla dedicada al rapero y sus seguidores. De acuerdo a las especificaciones de Akapellah, la O.B.G. Kush es “súper, híper, mega, recontra índica. Una cepa que da sueño, para el insomnio, para los problemas musculares y con mucho CBD. Todo lo medicinal que se pueda, que ayude a calmar a alguien que quiera descansar de noche, ver películas”.
Al respecto, comenta: “Me da risa porque siento que a nivel comercial, a la hora de comercializar un strain, no es muy comercial que sea totalmente relajante y que de sueño. Siempre la gente está buscando algo para conversar, para trabajar, para hacer música…”
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A pesar de buscar este nivel de relajación extrema en el cannabis, Akapellah es un tipo muy activo, una persona que desafía los prejuicios sobre los consumidores de cannabis y la supuesta pereza que genera la hierba.
Además de producir música incesantemente, hit tras hit, Pedro es copropietario de una marca de ropa y streetwear, Rela 4 Life, junto a su socio y manager Jack Russell. La dupla también posee una tienda de sneakers en Medellin, Colombia. “Somos muy amantes de los zapatos”.
Pero espera, hay más. Pedro y Jack tienen también un local nocturno en Medellín, una especie de disco que comenzó enfocada en la música urbana pero de a poco fue ampliando su espectro, en respuesta a las demandas del público.
Sin embargo, el emprendedor no pierde el foco. Él sabe bien qué representa y qué lo representa. “No nos salimos del ámbito artístico: música, sneakers, streetwear y, obviamente, cannabis”.
Contrario a la creencia popular, la vagancia no es inherente al consumo del cannabis, sino a la persona que lo consume, argumenta el rapero.
“Yo creo que a uno no lo define el cannabis. Hay gente vaga y gente que no lo es”, explica. “Yo crecí viendo gente emborracharse sin problemas. Culturalmente, el alcohol siempre fue legal. Entonces, estos últimos 60 años, la gente que no fue yonki, fue alcohólica. Es horrible. Pero no había como una carga tan negativa. Era como: ‘el tío es un borracho, pero por lo menos no es marihuana. Todo bien. Mientras no sea droga, déjalo que se destruya la vida igual’”, relata.
“Yo le tengo más miedo al alcohol. Creo que hay otras sustancias que sí te pueden consumir. Pero el cannabis, no”.
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Por supuesto, aclara, el set and setting, el cómo y cuándo, son importantes a la hora de consumir cannabis. “Si fumas algo a las 09:00 am, alguna hierba de esas californianas, obviamente te vas a quedar sin ganas de hacer nada. El horario es también como que complementa las actividades que vayas a hacer, saber cuando es bueno. Como cualquier otro producto”.
Please don’t stop the music
Siempre en la búsqueda de lo nuevo, hoy en día Akapellah se encuentra trabajando en un nuevo disco, una especie de mixtape a la antigüita, “aprovechando un poco que culminamos esa fase de estar con disqueras y todo eso”.
“Queremos estar libres un ratito. Y volver de repente a hacer más que un disco, un mixtape, donde no hay tantas reglas, donde puedes invitar a muchos amigos en un tema, tres o cuatro, sin que haya alguien diciéndote ‘creo que tres es mucho, mejor dos’. Estamos haciendo un disco con esa nostalgia de todos los tiempos de antes”.
Hablando de “tiempos de antes”, Pedro se remonta a sus comienzos en el rap, de la mano de SPL Clan, una banda que lo sigue acompañando en muchas de sus giras al día de hoy.
“Ellos me enseñaron todo lo que sé”, rememora.
“Viví con ellos mucho tiempo en Caracas y ahí fue cuando empezó casi todo. Mi carrera musical fue a raíz de estar con ellos. Yo soy de Maracay, un lugar pequeño en Venezuela. Caracas, al ser la capital, era a donde había que irse para darse a conocer, pero yo no tenía familia en Caracas ni alguien a quien visitar constantemente. Cuando los conocí a ellos fue que comencé a ir a Caracas, a darme a conocer y todo eso y nos dimos a conocer juntos. En Venezuela ellos son referencia, todo el mundo sabe que ellos comenzaron conmigo, tenemos muchas canciones que en aquella época se regaron y la gente las conoce y todos saben que yo soy SPL. Es como una especie de Wu-Tang Clan”.
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Con una mirada global, Pedro siempre piensa en el siguiente paso. “No he hecho nada con Original Juan y me encanta”, dice. “Lo veo tan referente… Es el tipo más rapero del mundo, es el rapero más cannábico que conozco. No sé por qué no me he sentado a decirle, ‘Original Juan, quiero hacer un tema contigo y que lo haga el Gordo del Funk’”.
Bizarrap también está en su lista. “Hicimos un remix de un tema de Frijo que se llama ‘Like Boss’, pero me gustaría hacer algo más”.
‘En Venezuela no hay bullying’
Akapellah a menudo se refiere a si mismo como el “Gordo Funky”. A veces, la gente se ve sorprendida u ofendida por el concepto: ¿cómo puede hablar de si mismo de una forma que socialmente se considera despectiva?
“En Venezuela no hay bullying”, explica Pedro. “Quizás hay muchos problemas más graves de qué preocuparse. No recuerdo en mi infancia que alguien me haya hecho sentir mal por decirme ‘negro’ o ‘gordo’. Hay tantas razas en el país. Las oportunidades son iguales para todos. Cualquier persona puede ser un homeless en la calle, un indigente sin importar su color de piel. Cualquier delincuente en Venezuela puede ser negro o blanco. No está como en otros países, en otras sociedades, tan arraigado al color de piel o la forma física como algo importante”.
“Pero bueno, nunca fue algo sencillo ni nada”, sigue. “Es como si vos te asumes como que eres el gordo del grupo. Hay un alto, hay un negro… Es como muy parte de nosotros. Quizás fue asumirme como que soy el gordo del grupo y soy el Gordo Funky”.
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La música también tuvo su influencia aquí.
“Hay mucha influencia de Biggie en mi vida. A mi me gusta mucho también ‘Funky Men’ de Lords of the Underground, que siempre usa esa palabra de funky. Como que obviamente buqué el contexto y cuando vi que englobaba tantas cosas, que funky era como algo divertido, algo muy estiludo, muy fachero, muy rítmico”.
¿Qué tienen en común Bob Marley y 2Pac?
A modo de conclusión, Pedro juega con una pregunta clásica de esta columna: si pudieras fumar un porro con alguien, vivo o muerto, ¿con quién sería?
“Yo creo que me encantaría fumarme un porro con Bob Marley, obviamente”, dice. “No porque es Bob Marley, porque de igual manera siento que tiene demasiadas cosas chéveres que comentar. Cada vez que voy a hacer entrevistas y lo veo hablando, mirando hacia el infinito y diciendo metáforas todas interesantes como ‘uf, qué duro fumarse un porro con Bob Marley’”.
“También me gustan mucho las entrevistas de 2Pac, siendo que también era todo poético, todo metafórico y eso como que me llama mucho la atención. Me encantan las buenas conversaciones tras un buen porro, así que creo que cualquier persona así que le haya dedicado su vida a alguna causa, que tenga bastante que decir, lo puedo escuchar”.
Vía Forbes, traducida por El Planteo.
Fotos cortesía de Akapellah.
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