Arte Dominguero: ‘La Cara’ x Rocío Galarza

Arte en Cuarentena fue un espacio en que compartimos obras realizadas durante los período de distanciamiento social del 2020. Te traemos lo mejor del ciclo para revivir viejos amores.

“De las palabras que podrían definirla, la más precisa, creo, es genial.”

Esas son palabras que escribió Borges sobre Silvina Ocampo en 1982, y son la primera frase que me viene a la cabeza cuando intento describir a Rocío Galarza.

Ilustradora, diseñadora, tejedora de mundos, Rocío nació en Buenos Aires en 1990, y hoy en día dirige el estudio de diseño  y animación WE NOISE, además de su propia marca de joyería contemporánea, DÚ studio.

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Te dije que no te toques la cara

“Suelo decir que ilustro para entender algo. El dibujo es en mi más bien un canal para interactuar con los demás, para transformar las palabras, y en este caso de encierro forzoso, para salir de mi casa”, dice Rocío.

Su contribución a #arteencuarentena es una manifestación gráfica de algo que todos hemos sentido saliendo a la calle en épocas del COVID-19. A diferencia de otrxs participantes de este ciclo, las obras de Rocío no fueron inspiradas por el letargo del encierro, sino por la aceleración de esos fugaces momentos en que transitamos por la vía pública.

“Pasadas unas semanas de cuarentena, después de volver fastidiosa de hacer compras porque el barbijo me hacía picar la cara y en lo único que podía pensar era en lo mucho que quería llevar mi mano hacia ahí”, nos cuenta Rocío, y agrega que la primera ilustración de esta serie surgió como una forma de reírse de lo ridículo de su problema pero también como un método para ser consciente de lo importante de aguantarse, en tiempos de bichos invisibles.

El experimento personal se convirtió en un experimento social:

“Jugando, usé algunos frames como fondo de pantalla para tenerlo de recordatorio para mi y quien le sirviera, y propuse que quien estuviera pasando por lo mismo me compartiera su gesto tradicional y yo replicarlo con mis garabatos”, nos dice.

“Me mandaron un montón de fotos. Todos gestos espectaculares con las mañas propias y las manos en la nariz. Volví a repartirlos y los dejé para compartir en instagram [ver stories destacadas “La Cara”], para que quien quiera se descargue la cara de alguien más que desde adentro del reloj amablemente le sugiera “no te toques la cara”.”