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Cannabis Federal Argentino: ‘Cambiar la Ecuación de los Pueblos del Interior’

Cannabis Federal Argentino: ‘Cambiar la Ecuación de los Pueblos del Interior’

✍ 13 April, 2022 - 12:05

El paisaje variopinto del Flipex, el primer campamento cannábico de la Argentina, reunió a emprendedores, investigadores y funcionarios estatales, que prevén los beneficios de la industria para el desarrollo de los municipios del interior del país.

El nacimiento de la industria del cannabis puede traer beneficios como la generación de empleo, mejor salud pública y crecimiento de la actividad económica en tiempos de crisis. Además, los investigadores aseguran que el cannabis podría favorecer una transición social y productiva que podría cambiar a la Argentina desde adentro.

Cannabis Legal: Una herramienta ‘de manual’ para el desarrollo local

Hablar con Federico Labarthe, Ing. Agrónomo, cultivador solidario y Director de la Agencia de Extensión Rural del INTA, en Tornquist, es un poco volver al principio. Su detención en marzo de 2020, junto al exconcejal Cristian Raising, sedimentó el movimiento cannábico en la localidad. Desde 2017, Federico junto a otrxs se nuclearon en una agrupación que dona esquejes y semillas, y acompaña a adultos mayores con dolor crónico.

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A  la par de la presentación de la ordenanza que creaba un registro local de usuarios de cannabis (y que terminaba con los abusos del fiscal Mauricio Del Cero), en marzo de 2020, el INTA local fue allanado. Federico y Cristian fueron detenidos y el pueblo entero marchó para pedir su libertad. Finalmente, la Cámara de Apelaciones resolvió la nulidad de la causa en marzo de 2022. 

Sin aquello, esto no hubiera sido posible. De otra manera, sería imposible pensar en el cannabis en este pueblo. Trabajamos mucho en hacerle ver a la gente que tenía problemas de salud que esto era una ayuda que el prohibicionismo les negaba. Por eso salió la gente, no por nosotros, salió para reclamar una mejor calidad de vida”, recuerda hoy Federico.

El ingeniero quiere ver crecer el cannabis medicinal en Tornquist para emplear mano de obra local “capacitada de la mano de inversores y que aprovechen el know-how y el apoyo de toda la comunidad local”. 

El INTA de Tornquist ya presentó un proyecto de convenio con una PyME para investigar cultivares adaptados a la zona para validar este conocimiento local.

“Estamos en un stand by del INTA. El proyecto busca producir esquejes en invernadero y ser una escuela modelo, para la formación de nuestra gente, contamos con inversores, pero nos falta el apoyo estatal, que nos den la viabilidad del proyecto. Desde el INTA en Tornquist estamos listos”, explica Labarthe.

Asimismo, destaca que, en promedio, el cannabis emplea 17 personas por hectárea que producen alto valor, y cobran salarios dignos.  “Por eso impulsamos el aspecto humano y laboral del cannabis para cambiar la ecuación de los pueblos del interior”, afirma el extensionista rural.

Tras años de analizar el tema, se refiere al cannabis como una de las pocas, si no la única, alternativa ‘de manual’ para el desarrollo del interior. 

“Cuando leés un manual de proyecto de desarrollo local, se tiene en cuenta todo lo que da el cannabis. La transferencia de conocimiento, el desarrollo humano, la salud, el crecimiento económico, el cuidado del medio ambiente, la generación de empleo, el cannabis es todo”, afirma convencido.

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“Yo trabajo en extensión al lado del productor agropecuario en el interior y siempre estoy pensando en que se puede hacer para generar más trabajo, le doy vuelta al tema, y no hay mucho más: en el cannabis está todo, ‘¡ta-todo!’ Yo quiero dejar eso para las generaciones futuras. Para eso estamos los agentes estatales: si no hago eso, no cumplí con mi vocación de servicio. Y lo vamos a lograr, porque somos una red que se teje en lugares como el Flipex”.

Federico está convencido de la inevitabilidad de la industria del cannabis, porque son los mismos productores rurales quienes le piden una transición productiva. “Cuando visito campos les digo: ‘La ganancia que te queda de una hectárea de soja, el cannabis te la da en 1 m²’. Abren los ojos y me dicen: ‘¿Qué tengo que hacer?’.

—¿Cómo proteger al pequeño cultivador de competir con empresas con mayor escala y mercado? 

—Me contactaron de Canadá, pero querían poner todo y llevarse la producción. Les dije que no. Hay que regular pero darle la posibilidad a todo el mundo. Se habla de agroindustria y eso deja afuera a todos los cultivadores que vienen trabajando. Si hoy tenemos la planta y el conocimiento es gracias a ellos. La agroindustria excluye, incorpora a cuatro o cinco grandes. El de la estación de servicio de la ruta, acá enfrente, que tiene un resto [de capital] debería poder contratar a los breeders locales y poder invertir sin ser un laboratorio internacional. No es que soy un genio, pero cuando conocés la historia del cannabis, el rol de los cultivadores, de lucha, no los podés dejar afuera.

Cannabis en Tornquist

Sergio Bordoni es intendente de Tornquist, donde tuvo lugar el Flipex. Su administración acompañó el evento que busca posicionar al lugar como un destino turístico cannábico en la Argentina y en Sudamérica.

—¿Qué beneficios puede traer la industria del cannabis para un municipio ‘del interior’? 

Trabajo, mucho trabajo y mejor salud pública. Yo los productos para mi mamá los tengo que pedir a Capital Federal. Nosotros estamos a 600 km de Capital, no somos AMBA. Y hay que tener en cuenta esos parámetros si pensamos al cannabis desde una óptica federal del desarrollo. En CABA hay gente que riega las plantas de noche y nosotros no podemos ni comprar luminarias. En el interior, simplemente no tenemos el presupuesto para pagar sueldos.

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“El aceite que le compro con receta a mi mamá, en una farmacia de Mar del Plata, me saldría mucho más caro si lo tengo que ir a comprar al laboratorio. Si se legaliza y es un negocio para los grandes laboratorios, va a ser excluyente”, dijo Bordoni, que ya proyecta tener una plantinera de cannabis medicinal en Tornquist.

“Tener plantines nos permite seleccionar especies para distintas medicinas, para que cada persona tenga su planta bajo el REPROCANN, y si se legaliza el uso adulto nos va a dar una ventaja, en escala y conocimiento”, explicó el gestor municipal.

“Como político, creo que tenemos que cambiar la Ley de Drogas 23.737, no sirve que un policía detenga a una persona, llevarlo a la fiscalía, hacer el proceso, si esa persona busca crear fuentes de empleo digno, no la podemos tratar como narcotraficante”, detalló Bordoni.

El apoyo del Gobierno Nacional

Alejandro Gamboa es Director de Desarrollo de Capital Humano, de la Subsecretaría de Economía del Conocimiento del Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación. “En virtud del desarrollo de la industria en la Argentina venimos a acompañar el trabajo de los emprendedores locales”, afirmó el Director.

Gamboa comentó que la Subsecretaría está evaluando la posibilidad de coordinar un programa de financiamiento que consiste en aportes no reembolsables para provincias y municipios para formación en economía del conocimiento que diversifique la matriz productiva, la reconversión de puestos laborales y nuevos puestos de trabajo.

“Buscamos apoyar la industria mediante la formación de personal a nivel federal para potenciar el sector productivo. Reconvertir trabajos en el interior del país. Buscamos proyectos que incorporen tecnología, hemos aprobado proyectos de automatización de procesos de riego en cannabis, otras en investigación medicinal, otros con enfoque productivo, así que tenemos un amplio espectro que se adapta a las distintas localidades”,
explicó el funcionario nacional.

Cannabis, cáñamo, superalimento para el mercado interno

Peñi es desarrollador de la industria del cannabis, miembro de Proyecto Cáñamo y estudia la producción de alimentos a base de semillas de cáñamo. “El cáñamo representa un cambio fundamental para el interior”, embiste rápido.

El cáñamo es importante por una cuestión medioambiental. La planta renueva los suelos, se cultiva en alta densidad y no requiere de agroquímicos, como la soja o el maíz.

Además, el segmento ‘alimentos a base de cáñamo’ puede afectar a la formación de precios en el mercado interno y habilitar nuevas marcas a competir con marcas dominantes.

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“Creo que es un cambio que la gente pide, que se cambie la forma de cultivar, y es importante conseguir apoyo, incluso privado, para crear una industria nueva, la maquinaria está, el conocimiento empírico existe y necesitamos más. Por eso decimos que ‘sembrar cáñamo es sembrar salud’”, afirma Peñi.

Entretanto, el desarrollador enfatizó la necesidad de impulsar la demanda del cáñamo a través de la educación del consumidor. “El aceite de cáñamo es un superalimento. Si la sociedad encuentra en la góndola este producto, que tiene un sabor exquisito, lo va a aceptar. La semilla sirve para hacer harinas, snacks, panes, aceites, y muchos subproductos, incluso pastas. Existen tallarines de cáñamo que son riquísimos”.

Las universidades y el acceso a la salud pública en el interior

Luis Acosta, es biólogo, docente investigador del Instituto de Salud Colectiva de la Universidad de Lanús, y director del Laboratorio de Producción de Cannabis. Se encuentra trabajando en el diseño de un plan de negocios sustentable, para producir fitopreparados de calidad al menor costo posible.

“Podemos ofrecer un gotero de 20 ml de cannabis medicinal a un valor final de AR $1400”, aporta Acosta. 

—¿Cuál es la diferencia entre un aceite nacional y un aceite producido por un laboratorio internacional? 

—Es una cuestión del modo de hacer ciencia y de mercado. El modelo médico hegemónico piensa el cannabis puramente como una mercancía que se pueda vender sacando la mayor rentabilidad posible. Sin regulaciones hay gente inescrupulosa que puede cobrarte un gotero unos $60.000 pesos.

El cambio legislativo que hace falta: modificar la 23.737

Emiliano Balbín es abogado y diputado de la provincia de Buenos Aires desde 2017 y, junto a su equipo de asesores, pasó por el Flipex. “Estamos en contacto con el INTA local y emprendedores locales para encontrarle un marco normativo al cannabis en la Provincia de Buenos Aires, debemos salir de las zonas grises, de la contradicción actual de la Ley [penal de drogas] 23.737”, afirmó Balbin.

El diputado reconoció que la movilización de Tornquist le hizo “dar un click”. “El cannabis se tiene que incorporar al sistema público de salud, para eso presentamos un proyecto de ley que incorpora al cannabis medicinal a las obras sociales”, afirma el oriundo de Salliqueló.

Queremos garantizar acceso seguro. Avanzar hacia la industrialización e incluso llegar a legalizar el cannabis recreativo. Por eso, declaramos al Flipex un evento de interés legislativo, más de 70 consejos de la Provincia de Buenos Aires pidieron el pronto tratamiento del tema, de esta manera la política puede impulsar que se legisle el tema. La provincia no tiene que depender del gobierno nacional,” agregó Balbin.

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El diputado cree que el cannabis puede ser una fuente importante de generación de empleo en el interior de la provincia. “Sería una posibilidad enorme para los productores y para el sistema público de salud. En la sexta sección electoral estamos avanzando. Cada pueblo tiene que poder elegir, no sólo soja, y que los jóvenes no se tengan que ir a las ciudades más grandes a buscar trabajo”.  

—Si se aprueba la Ley de Cannabis Medicinal e Industrial, ¿qué impacto creés que tendría en la zona? 

—Depende, es un cambio cultural en la cultura de productores. Las nuevas generaciones deberían poder innovar. Si se habilita, hay un camino enorme por recorrer y se generaría mucho trabajo, ingresos al fisco y a las comunidades. También, se reactivaría el mercado interno impactado por la pandemia. La innovación del cannabis nos puede traer valor agregado, puede ayudarnos a depender menos de cultivos en grandes extensiones de tierras y que el pequeño productor tenga alta rentabilidad. 

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ACERCA DEL AUTOR

Nicolás es Licenciado en Relaciones Internacionales e investigador del Doctorado en Política Pública y Urbana de The New School en la ciudad de Nueva York. En 2014, trabajo para Naciones Unidas en Kosovo y co-fundó la Open Data Kosovo Foundation for Digital Capacity-Building. En 2015 recibió un Master en Asuntos Internacionales y en 2020 un Master en Filosofía. Actualmente se dedica a estudiar la relación entre la industria del cannabis y las políticas de desarrollo económico equitativo, en Argentina, donde conduce su trabajo de campo.

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