El CBD Nunca Fue una Sustancia Controlada

Mi trabajo consiste en arrojar luz. Específicamente, sobre los grandes entresijos de la ley, la política y la regulación del cannabis. En los últimos años se ha producido un amplio debate sobre la situación legal del cannabidiol (CBD). ¿Es legal? ¿Fue alguna vez una sustancia controlada? ¿Cómo se regula?

Abogadxs, profesionales del sector y eruditxs debaten esto con tanto vigor que crea confusión, o una declaración errónea de los hechos. Me hiere los oídos y me quema los ojos escuchar o ver un argumento que identifique al CBD como una sustancia controlada, porque la ley es bastante clara en este sentido.

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Para que algo sea una sustancia controlada según la Ley Federal de Sustancias Controladas (CSA) de EE. UU., debe estar específicamente clasificada. Además, se le debe asignar uno de los cinco criterios de clasificación.

La lista I es la más restrictiva, que indica que esa sustancia controlada no tiene valor medicinal y tiene un alto potencial de abuso. La lista V, la menos restrictiva, indica que se trata de una droga con usos y tratamientos médicos actualmente aceptados en Estados Unidos y con un bajo potencial de abuso. Las drogas de la Lista V suelen consistir en preparados que contienen cantidades limitadas de ciertos estupefacientes, pero no siempre.

Cuando se revisa la CSA, la palabra “cannabidiol” o “CBD” no se encuentra en ninguna parte, ni en el código de regulaciones federales ni en la legislación promulgada. Hay que mirar más a fondo para saber qué está clasificado y qué no.

En primer lugar, veamos la definición de marihuana, que sí está catalogada. Ésta comprende todas las partes de la planta de Cannabis Sativa L., excluyendo las semillas no viables y la fibra, pero incluyendo las resinas y el resto de la planta.

El CBD, por supuesto, está presente dentro de la planta de marihuana. Si se obtiene CBD de la planta de marihuana, estaría de hecho controlado, porque proviene de una sustancia controlada. Esto se conoce como la “regla de la fuente”: la fuente del material dicta su legalidad.

Pero, ¿qué ocurre si el CBD y otros cannabinoides no psicoactivos proceden de una fuente legal, como las otras 25 especies de plantas que contienen niveles de cannabinoides o el cáñamo industrial?

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El único cannabinoide mencionado en la CSA es el tetrahidrocannabinol (THC), el compuesto psicoactivo del cannabis. Aunque está específicamente incluido en la lista, los tribunales han discrepado sobre si el THC tiene que ser de origen sintético o natural para entrar en la definición de tetrahidrocannabinol de la CSA. Hace seis años, el cáñamo industrial se definió por primera vez por separado de la marihuana, ya que contenía menos de un 0,3% de THC en peso seco.

La Ley Agrícola del 2014 autorizó específicamente el uso del cáñamo industrial como sustancia legal para fines de investigación de mercado, científica y agrícola. La industria del CBD explotó debido a la “excepción de la investigación basada en el mercado”: solo se podía estudiar la planta con un mercado viable para sus productos. Esta posición fue litigada en el 2018 en el caso HIA vs. DEA III; y las restricciones fueron eliminadas por la Ley Agrícola del 2018.

La planta de cáñamo industrial ya no es una sustancia controlada, incluyendo todos sus derivados, entre los cuales el THC no es menor. Incluso el THC del cáñamo industrial ya no se define como una sustancia controlada (nos sumergiremos en esto con más detalle más adelante). La Ley Agrícola del 2018 no eliminó el CBD de la Ley de Sustancias Controladas, sino que aclaró que nunca estuvo en ella. Para ser perfectamente claro, si el CBD se deriva de una sustancia legal, no es ni ha sido nunca una sustancia controlada. Es un hecho y la ley.

Sin embargo, siguen existiendo complejidades y desafíos legales. Greenwich Biosciences (la filial norteamericana de GW Pharmaceutical) había recibido la aprobación de su nuevo medicamento, Epidiolex, que fue identificado y colocado en la lista V. Mientras que el CBD no se incluyó en la Lista V, el Epidiolex sí, porque el CBD presente en él se deriva de la marihuana. Pero como en cualquier otro aspecto del crecimiento de la industria del cannabis, la ley manda. Los fabricantes de Epidiolex solicitaron que se eliminara por completo de la lista de sustancias y la DEA accedió a esta petición.

Cuando se derivan de materiales legales como el cáñamo, el CBD y otros cannabinoides no psicoactivos no son sustancias controladas porque no están específicamente catalogados. Aun así, hay oposición.

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Hay quienes se remiten a la Ley de Análogos, una sección de la CSA aprobada en 1986 que permite que cualquier sustancia química similar a una de la lista I o II sea incluida en la lista I si está destinada al consumo humano. Sin embargo, el CBD no está identificado como una sustancia química de la lista I o la lista II y es uno de los más de 100 cannabinoides identificados que contiene la planta de cannabis.

El nexo de la ley, la política y las regulaciones del cannabis han evolucionado mucho en la última década. Antes de la Ley Agrícola del 2014 y del 2018 no había ninguna distinción legal: todo era marihuana. Ahora, nuestras definiciones de cannabis se basan en la ciencia y la legalidad de una planta se juzga en función de su composición química.

A pesar de la incertidumbre percibida en relación con la legalidad del compuesto CBD, podemos dejarla de lado oficialmente. A menos que se derive específica y estrictamente de una planta de marihuana, el CBD no es ahora, y nunca ha sido, una sustancia controlada.

Vía Forbes, traducido por El Planteo.

Foto por Kindel Media vía Pexels