¿Libertad y Democracia? EEUU, entre los Países que Más Aplican la Pena de Muerte
Estados Unidos, nación considerada durante mucho tiempo “abanderada de los derechos humanos y la democracia”, experimentó un cambio preocupante en 2022. En EEUU, el número de ejecuciones por pena de muerte dentro de sus fronteras aumentó un 64%, de 11 en 2021 a 18 en 2022, según un informe de Amnistía Internacional.
Esta alarmante tendencia sitúa a Estados Unidos incómodamente cerca de países como Irán, Arabia Saudita, Egipto y China, naciones a menudo criticadas por su pésimo historial en materia de derechos humanos.
EEUU en medio del aumento de casos de pena de muerte a nivel mundial
Amnistía Internacional describe un panorama sombrío respecto a las ejecuciones en todo el mundo en 2022.
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El recuento alcanzó 883 ejecuciones en 20 países, lo que supone un significativo aumento del 53% respecto a las 579 de 2021, el mayor incremento registrado en cinco años. En medio de esta tendencia al alza, EEUU destaca de forma preocupante en su región. Tiene el dudoso honor de ser el único país del continente americano que ha llevado a cabo ejecuciones, un patrón que se ha mantenido durante 14 años consecutivos.
Países donde se realizaron más ejecuciones desde el 2018 al 2022:
Los 11 países resaltados en amarillo en el mapa han ejecutado personas de forma persistente en los últimos 5 años (2018-2022). Este mapa indica la ubicación general de las fronteras y jurisdicciones y no debe interpretarse como la opinión de Amnistía Internacional sobre los territorios en disputa.
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A pesar de sus 18 ejecuciones en 2022, las cifras de EEUU se ven reducidas por las asombrosas cifras registradas en China, Irán y Arabia Saudita.
Con la cifra exacta de China envuelta en el secreto de Estado, Irán se lleva la palma con nada menos que 576 ejecuciones, seguido de Arabia Saudita con 196, el mayor total anual de este último país en 30 años.
Estas cifras conducen inevitablemente a una pregunta apremiante: ¿Por qué EEUU, país defensor incondicional de la democracia y la libertad, figura en la misma lista que otros países criticados a menudo por su desprecio de los derechos humanos?
EEUU: pena de muerte y tipos de delitos
El panorama mundial de las ejecuciones en 2022 estuvo marcado por métodos escalofriantes como la decapitación, el ahorcamiento, la inyección letal y el fusilamiento. En EEUU, la inyección letal sigue siendo el método preferido en la pena de muerte. Sin embargo, una divergencia crucial radica en los delitos que dieron lugar a estas condenas, que variaron significativamente con respecto a los de otros países ejecutores.
En todo el mundo se llevaron a cabo 325 ejecuciones por delitos relacionados con las drogas. Esto supone una violación del derecho internacional, que reserva las ejecuciones sólo para los “delitos más graves”, como el asesinato intencionado. Los principales infractores fueron Irán y Arabia Saudita, responsables de 255 y 57 ejecuciones, respectivamente. EEUU, por el contrario, utilizó la pena de muerte principalmente para asesinatos, y los delitos relacionados con las drogas rara vez dieron lugar a ejecuciones.
Un rayo de esperanza: abolición y reforma
Incluso en este sombrío panorama, brillan algunos rayos de esperanza. Seis países abolieron la pena de muerte en 2022, total o parcialmente. Kazajstán, Papúa Nueva Guinea, Sierra Leona y la República Centroafricana la erradicaron para todos los delitos, mientras que Guinea Ecuatorial y Zambia la abolieron para los delitos comunes. A finales de 2022, 112 países la habían abolido para todos los delitos, y otros nueve sólo para los delitos comunes.
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En EEUU, a pesar del repunte general de la pena de muerte, algunos estados dieron pasos notables hacia la reforma. Un ejemplo brillante fue la gobernadora saliente de Oregon, Kate Brown, que conmutó todas las penas de muerte que quedaban en el estado, lo que indica un posible cambio de actitud hacia este tipo de condena.
La lucha continúa
Sin embargo, la pregunta persiste: ¿Por qué EEUU sigue manteniendo un castigo que cada vez se considera más inhumano e ineficaz? La respuesta es compleja y está profundamente entrelazada con factores históricos, políticos y culturales propios del país.
Sin embargo, a medida que más Estados empiezan a cuestionar el lugar de la pena de muerte en sus sistemas judiciales y aumenta la presión internacional, es evidente que la lucha está lejos de terminar.
Como declaró con contundencia Agnès Callamard, Secretaria General de Amnistía Internacional: “Las brutales acciones de países como Irán, Arabia Saudita, así como China, Corea del Norte y Vietnam, son ahora firmemente minoritarias. Estos países deben ponerse urgentemente al día, proteger los derechos humanos y aplicar la justicia en lugar de las personas”.
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A medida que cobre impulso la abolición mundial de la pena de muerte, será cada vez más inevitable que EEUU aborde directamente esta cuestión. La cuestión no es si lo hará o no, sino cuándo lo hará.
El camino hacia la abolición
En EEUU ya hay indicios de cambio, como demuestra la conmutación de penas de muerte en Oregon. Esto, unido a un notable descenso de las nuevas condenas a muerte en todo el país, apunta a un futuro en el que esta práctica podría quedar relegada a la historia.
Amnistía Internacional registró al menos 28 exoneraciones de presos condenados a muerte en todo el mundo en 2022, dos de ellas en EEUU. Esta escalofriante realidad de posibles penas de muerte erróneas subraya la urgencia de reevaluar el uso de esta práctica.
La paradoja de las ejecuciones
Sin embargo, a pesar de estos destellos de esperanza, el aumento de las ejecuciones reales en EEUU sigue siendo profundamente preocupante.
En 2022, se impusieron al menos 2.016 nuevas condenas a muerte en 52 países de todo el mundo, frente a las al menos 2.052 impuestas en 56 países el año anterior. EEUU figuró entre los países que impusieron nuevas condenas a muerte, incluso cuando sus homólogos regionales, Guyana y Trinidad y Tobago, se abstuvieron de llevar a cabo ejecuciones.
EEUU y sus severas penas de muerte bajo la mira
La comunidad mundial observa atentamente a EEUU. A medida que las naciones se alejan cada vez más de esta forma de castigo, los focos se intensifican sobre los países que siguen utilizándola.
EEUU se encuentra atrapado en una paradoja. Mientras que ciertas áreas de los derechos humanos han experimentado mejoras, el aumento del número de ejecuciones plantea una cuestión crítica: ¿Cómo un país que se enorgullece de ser defensor mundial de los derechos humanos puede conciliar la aplicación continuada de la pena de muerte?
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Aunque el camino hacia la abolición de la pena de muerte puede ser largo y estar plagado de obstáculos, la tendencia mundial hacia la erradicación de esta forma de castigo es inequívoca. Como líder mundial, EEUU tendrá que enfrentarse a esta realidad antes de que sea tarde.
Vía Benzinga, traducido por El Planteo
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