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Sueños, Pesadillas y Un Club de Creaciones Demasiado Cortas: Conocé Gestrococlub, el Graphzine Más Flashero del Mundo

Por Hernán Panessi

Sueños, Pesadillas y Un Club de Creaciones Demasiado Cortas: Conocé Gestrococlub, el Graphzine Más Flashero del Mundo

✍ 19 November, 2022 - 12:05

No hay forma de tomarlo por ningún lado. Si fuese un futbolista, sería un revulsivo. Si fuese un animal, sería un pez húmedo y escurridizo. Si fuese un boxeador, sería de los que no se les puede encajar ni una sola trompada. Si fuese un boss de un videojuego sería uno de esos que provocan desde el principio hasta el final y que, sí, cuestan vencer.

Y así anda el alemán Andréas Marchal, un artista a contramano: revulsivo, escurridizo, provocador desde el principio.

Sus proyectos entronizan la idea de vanguardia pero, también, curiosamente, la de resistencia.

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Y en épocas en las que los libros y publicaciones atraviesan umbrales de incertidumbre -¿cuándo no?- provocados por la avanzada digital, Marchal edita una revista de arte en papel. Y cuando la música encuentra cauce en los caireles de las plataformas, el tipo se planta con Vaatican Records, un sello de música independiente que edita, promueve y agita.

Vida de papel

Lo suyo es un apostolado artístico, digamos. Sin embargo, la propuesta que tiene a su arte viviendo en el “mundo 1.0” no es 100% contestataria. De hecho, simpatiza con otros formatos. Convive con ellos.

Dice: “Los libros impresos de verdad son sagrados y divinos en mi corazón, en mi mente y en mi vientre, pero me encantan todos los formatos, incluso los videojuegos o los llamados ‘juegos de realidad alternativa’”

Gestrococlub, su graphzine, es una revista de arte en papel que publica ilustraciones de artistas de todo el mundo. “Me gusta la idea de mantenerla viva aunque pueda parecer absurda o incluso no ecológica. Todos los datos de Internet son más peligrosos para el medio ambiente que las pequeñas ediciones autogestivas y hechas a mano”, cuenta.

Además, Gestrococlub se presenta como “un accidente”.

Imágenes: Algunas portadas de Gestrococlub

Es que, basados en “las reglas humanas del mimetismo”, Andreás y un amigo comenzaron este graphzine hace tiempo, primero con ingenuidad, luego con convencimiento. “Éramos jóvenes y la idea de publicar nuestro propio libro era más que atractiva”, recuerda el artista germano en conversación con El Planteo.

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Los primeros números del fanzine se publicaron en el año 2001 y 2002 con la ayuda de artistas como Pataprodukt y Cafe Creed. De esta manera, empezó una especie de ritual: un número por año.

Después de un tiempo de trabajar juntos, quien era su socio se marchó desde Alemania hasta Burdeos, Francia, para crear Meconium, su propia casa de edición. Y fue así que Andréas Marchal quedó solo haciéndose cargo del proyecto.

El milagro del niño interior

“Cada año descubro nuevos artistas fantásticos y mi amor por los libros es el origen de todo esto”.

Y, ¿qué significa concretamente “Gestrococlub”? Su nombre se refiere a “Club des Gestations Trop Courtes” o “Club de las Gestaciones Demasiado Cortas”. Es decir, una palabra intervenida, rara, inventada.

En tanto, sus páginas agolpan a un convoy de artistas de distintas latitudes. “Yo soy el responsable de Gestrococlub, así que asumo este papel para lo bueno y lo malo”, dice a propósito de la selección de talentos que pasan por el graphzine.

Imágenes: Algunas ilustraciones del tomo 17° de Gestrococlub

“La mayoría de las veces me siento cómodo pidiendo piezas de arte específicas aunque no sea material exclusivo. Todavía no veo por qué debería importarme eso. Todo el libro resultante ‘es’ el material exclusivo”, asegura.

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Y sigue: “Cuando te gustan los dibujos y el arte y un día te das cuenta de que puedes imprimir y publicar pequeños libros por ti mismo con poco dinero, realmente haces algo valioso para salvar al niño que llevas dentro. Es que, a fin de cuentas, decidí publicar en papel cuando era un niño y nunca dejé de creer en ello. Amo los libros desde el comienzo y fueron mis mejores maestros”.

Una mirada versátil

Para cada respuesta, Andréas Marchal elabora una especie de manifiesto espontáneo, una mirada que él mismo pone en duda, de la que asegura que -además, posiblemente- existan más miradas posibles y que, en tal caso, sus palabras podrían mutar en nuevas formas.

“Todas las generalizaciones son peligrosas, incluso ésta”, arroja citando a un viejo chiste de Alexandre Dumas. Y en ese torbellino de referencias saltarinas, a lo largo de la conversación, también cita a James George Frazer, Groucho Marx, Alfred Hitchcock, Stanley Kubrick, Umberto Eco, Frank Zappa, Jim Morrison, Ígor Stravinski y Roald Dahl, entre otros.

Imágenes: Algunas portadas de Gestrococlub

“Evidentemente, el número de artistas esenciales en mi corazón, en mi mente y en mi vientre es innumerable, porque todos los detalles bajo el cielo están aquí para iluminarnos”, se excusa.

Asimismo, la voracidad omnívora de Marchal la llevó a abrir su propio sello, Vaatican Records, una plataforma internacional de promoción musical “cuyos únicos presupuestos son el tiempo, el amor y la pasión, tres cosas curiosamente muy parecidas”.

“No estoy aquí -quiero decir: en la Tierra- para ‘transmitir’, pero mi próxima obra de arte, de publicarse pronto, traumatizará al público. Los sueños y las pesadillas son mis padres”, avisa.

Corazón, mente y vientre: su mantra

Buscador incansable de artistas que lo conmueven, Andréas recomienda (¿o apenas sugiere?, ¿o, tal vez, sólo está respondiendo por cortesía?) levantar la vista y buscar “en tu propio barrio”, pues asegura que, ahí, de saber pesquisar, de tener la sensibilidad en alerta, “se encontrará rápida y fácilmente artistas interesantes”.

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Sin embargo, escapa a las recomendaciones, sube la guardia e invita a que los demás busquen por sí mismos: “Todo lo que sé es que no sé nada y no tengo derecho a contar o hablar de seres humanos que no tienen nada que ver conmigo. Si no conozco a esas personas ni su trabajo, prefiero no contar ninguna tontería. Por otro lado, las escenas más interesantes están dentro de tu corazón, de tu mente y de tu vientre. Siempre han estado allí”.

Nos comimos todos los amagues: un proyecto libre de drogas

Si bien Gestrococlub luce como un proyecto cocinado al calor del espíritu psicotrópico, la creación de Marchal nunca se acercó deliberadamente a las drogas.

El Gestrococlub nunca creó ningún proyecto sobre las drogas como tema o soporte o incluso como método. También creo que a menudo olvidamos que el alcohol parece ser mucho más peligroso que el cannabis, al menos en los hechos y situaciones de corta duración”, arremete diferenciando al cannabis de “las drogas”.

Imágenes: Algunas ilustraciones del tomo 17° de Gestrococlub

Y continúa: “Pero, una vez más, las generalizaciones casi nunca son ciertas y suelen ser totalmente inexactas, por lo que parece absurdo hablar de ello ahora. La droga nunca ha sido una solución, sólo eventualmente una venda. Ni siquiera estoy seguro de que Snoop Dogg fume realmente hierba todos los días. ¿No será parte del espectáculo?”.

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En ese sentido, Marchal se separa de la creación artística bajo el influjo de las sustancias ya que, según cuenta, no son su pasatiempo favorito.

Incluso, entra en cierto lamento con respecto a la juventud y a los consumos problemáticos: “Me da mucha pena que los jóvenes de hoy en día puedan caer muy pronto y muy fácilmente en las drogas o en las adicciones de todo tipo, porque el resultado se convierte en una auténtica ruleta rusa, en una apuesta para el resto de su vida”.

Que venga lo que tenga que venir

“Por su propia naturaleza, tengo la sensación de que el día de mañana seguirá siendo una fuerte sorpresa”.

Y si bien odia ser predecible (y, por la tangente, también odia profundamente a los newsletters), ya asumió que tanto los sueños como las pesadillas serán el foco principal de sus creaciones.

Mientras tanto, la materialización de -sí, justamente- sus últimos sueños y pesadillas pueden encontrarse en el número #18 de la Gestrococlub disponible a continuación o haciendo clic acá.

Mirá el tomo 18 de Gestrococlub

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ACERCA DEL AUTOR

Hernán Panessi, editor periodístico en El Planteo, es un periodista especializado en cultura joven. Escribe en las revistas InfoTechnology, Rolling Stone, THC y Lento. Además, en Página/12, El Planeta Urbano, El Cronista y en el periódico uruguayo La Diaria. Colaboró para Revista Ñ, Clarín, La Nación, La Cosa, Playboy, Haciendo Cine, Billboard, Los Inrockuptibles, Forbes, VICEBenzinga, High Times y Yahoo, entre otros.

Hernán escribió los libros Porno Argento! Historia del cine nacional Triple X, Periodismo pop, Una puerta que se abre y Rock en Español. Fue docente en el Centro Cultural Rojas (UBA) donde dictó talleres de periodismo. Además, es programador de la sección VHS del Festival Internacional de Cine de Valdivia, en Chile.

Conduce FAN, programa periodístico sobre cultura, sociedad y vida moderna. Por su parte, también condujo en las FM Delta 90.3 y Nacional Rock 93.7. Asimismo, fue columnista en La Once Diez y Metro 95.1.